Los mensajes se referían al reconocimiento de Prensa Libre como Personajes del Año 2018.
Ambos religiosos recibieron las felicitaciones en lugares distintos, pues se encuentran disfrutando de vacaciones en diferentes provincias de Brasil, país donde ambos nacieron, sus padres llegaron como migrantes de Italia, después de la Segunda Guerra Mundial.
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“Estimado Ademar, parabéns por esse reconhecimento!” —“¡Estimado Ademar, ¡felicitaciones por ese reconocimiento!—, cita uno de los tantos mensajes que recibieron por la red social Facebook, mientras que otros, en español, expresan su admiración: “¡Wow, eso solo se logra con el trabajo. Felicitaciones!!!”.
Barilli, quien llegó al país en 1995 y Verzeletti, en 1998, fundaron la Casa del Migrante, una en Tecún Umán, San Marcos, y otra en la zona 1 capitalina, fueron reconocidos por Prensa Libre por su trabajo en favor de los migrantes durante este año, y que tuvo su mayor expresión durante las caravanas de hondureños y salvadoreños, en noviembre, las cuales pasaron por Guatemala en su camino hacia México y luego a Estados Unidos.
En casa de sus padres
Verzeletti aprovechó el fin de año para volver a sus orígenes, pues viajó a la provincia de Rondinha, Río Grande del Sur, Brasil, para pasar unos días en la casa de sus padres Sergio y Élida y compartir con sus hermanas Rossana y Marisete, así como su hermano Moisés.
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La casa de los Verzeletti, que se dedican al engorde de cerdos, se encuentra en el área rural de Río Grande del Sur, donde el religioso disfruta del silencio que ofrece el campo.
“Es un lugar maravilloso, lleno de tranquilidad, justo para relajarse después de varios meses de trabajo”, comentó a Prensa Libre.
Sin embargo, aseguró que no deja de pensar en los migrantes que se encuentran en plena travesía durante estos días de Navidad.
“Siempre pienso en la ruta migratoria, los que están en la frontera de Guatemala y México, y los que están en el sur de Estados Unidos viviendo las amenazas del presidente Donald Trump”.
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De pesca
Barilli, por su parte, también goza de la campiña de Brasil, pero en la comunidad de San Gabriel cercana a la frontera con Uruguay. “Es la época de las vacaciones colectivas de las empresas, por lo que aproveché para viajar con unos amigos a un campamento. Una de nuestras mayores distracciones es la pesca”, cuenta.
Desde muy temprano, el religioso recibió en sus redes sociales la portada de Prensa Libre donde aparece su foto, junto a la de Verzeletti, con el titular “Personajes del año 2018”. Uno de los mensajes que más le emocionó es el siguiente: “Dios le siga bendiciendo con sabiduría y salud para seguir adelante al servicio del migrante siendo ejemplo de amor al prójimo. Un fuerte abrazo”.
Las más de dos décadas que los dos sacerdotes brasileños de la Congregación de Misioneros de San Carlos Borromeo —conocida como scalabrinianos— han vivido en el país les ha servido para convertirse en dos verdaderos apóstoles de la migración centroamericana, y quizás mundial.
Reciben felicitaciones en redes
El reconocimiento al trabajo que los sacerdotes brasileños Mauro Verzeletti y Ademar Barilli, de la Congregación de Misioneros de San Carlos Borromeo, hacen en favor de los migrantes, causó reacciones en las redes sociales, tanto en las cuentas de los religiosos, como en la de Prensa Libre, quien los declaró Personajes del Año 2018.
“Bien merecido tienen el reconocimiento los sacerdotes Verzeletti y Barilli. Trabajar por alcanzar la justicia por medios pacíficos es una tarea de todas y todos los que habitamos este planeta”, escribió Gerardo P..
“La gente que sale de sus países en busca de una mejor vida no lo hace porque le da la gana, sino porque la propia injusticia que hemos ido construyendo como sociedad a lo largo del tiempo, los obliga a migrar hacia rumbos desconocidos, arriesgando sus vidas y teniendo esperanzas de un futuro mejor”, agregó Gerardo P.
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Verzeletti y Barilli, dirigen desde hace 24 años, la Casa del Migrante, que tiene sedes en Tecún Umán, San Marcos y la Ciudad Capital. En ambos espacios, los miles de centroamericanos que se dirigen al norte en busca de oportunidades, encuentran un refugio para recuperarse y continuar su viaje en busca del sueño americano.
“Dios los bendiga”
Los amigos de ambos religiosos también escribieron algunos mensajes donde los apoyan para que sigan adelante en su labor de ayudar a los miles de migrantes (en el 2018 atendieron 17 mil) en su viaje hacia Estados Unidos.
“Dios lo bendiga padre Mauro Verzeletti, que el Señor y la Virgen guíen sus pasos siempre”, indica Hilda Graciela Carranza de López.
En la misma línea Caty Castro Ramírez escribió: “Admirable trabajo humanitario que realiza. Mis respetos a una gran labor en favor de los migrantes en su caminar, abogando por sus necesidades. Que gran ejemplo de amor al prójimo. El Señor lo bendiga”.
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Bravo, bravo
Barilli también recibió algunos mensajes en las redes sociales, los cuales reenvió a Prensa Libre. En ellos muestran su admiración y respeto por el trabajo que lleva a cabo en favor de los que viajan a Estados Unidos y efectúan una escala en la Ciudad de Tecún Umán, Ayutla, San Marcos.
“Más que merecido honor! Bravo! Bravo! Bravo!, reza uno de los mensajes reenviados a este diario. “Muy merecido reconocimiento mi viejo chulo”, escribió otro amigo de Barilli.
Desde México unos amigos le expresaron: “Nosotros en el rancho de Michoacán estamos todos reunidos y te mandamos muchas felicitaciones”.
“Razón he tenido de admirarlo y quererlo tanto padre Ademar. Usted merece tantas cosas buenas. Felicitaciones. Un abrazo”, cita otro.
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Parabéns
Los mensajes de sus paisanos brasileños no se hicieron esperar. “Ademar, parabéns por esse reconhecimento!”; “Recebi sua mensagem com o financial report. Obrigado!”, citan textualmente dos de los mensajes que recibieron por la red social Facebook.
Los dirigentes de la Casa del Migrante también recibieron mensajes de voz por la vía del WhatsApp. En uno de ellos se escucha la voz, en apariencia de una empleada de la Casa del Migrante, quien expresa: “Padre: El Facebook se encuentra abarrotado con la noticia de usted; se merece eso y más. Que Dios lo bendiga donde esté, que alegre que mi jefe aparezca en todos lados”.
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