“Quizás ya venía con algún problema el niño o la mujer y simplemente se les complicaba la situación, creo que trataron de lavarse las manos”, precisó el activista.
Cuestionó el tratamiento que le dieron al niño, cuyo nombre no ha sido revelado, así como al de los cientos que se encuentran en centro de detención. “Hemos visto que no tienen protocolos para tratar de ver si los niños están enfermos; al revés, han puesto a niños y hombres a la intemperie expuestos al calor extremo o en cuartos muy fríos”, señaló García.
Para el director de la organización, es evidente que las muertes de los niños migrantes en EE. UU. que desde el año pasado suman por lo menos cinco —tres de las cuales ocurrieron mientras los menores estaban bajo custodia de agencias del Gobierno—, no han sido casuales, sino que responden a un patrón relacionado a las malas condiciones en que se encuentran los infantes en los centros de detención.
García denunció que, impulsados por la retórica antimigrante del presidente Donald Trump, los guardias fronterizos y en sí, los trabajadores de las agencias que están a cargo de la detención y atención de los menores migrantes no hacen un buen trabajo simplemente porque no valoran la vida de los niños centroamericanos.
En ese sentido, aseguró que la organización que él dirige tiene documentados varios casos de negligencia “intencional” en donde los padres han pedido atención médica para sus hijos y medicinas y se les ha negado y en otras ocasiones cuando responden ya es demasiado tarde.
“Esta intencionalidad se da por la actitud de esta administración hacia los refugiados y los migrantes. Han creado una narrativa de desprecio y odio. Se promueve una política racista en contra de nuestras comunidades, porque si estos niños fueran blancos fuera una revolución en Estados Unidos”, enfatizó García para quien las agencias a cargo de la atención de los migrantes están actuando “con mucha impunidad”.
“No podemos ver estas muertes aisladas, sino que están todas conectadas a una horrible estrategia que está causando la muerte a e estos niños de una manera intencional. Las manos de Trump y de los agentes están manchadas de sangre de los niños guatemaltecos”, agregó García.
Marisa Limón, activista del Instituto Fronterizo Esperanza de El Paso, indicó calificó la muerte del menor de “grave”, ya coincidió en que los fallecimientos pueden estar relacionados a las condiciones en que son recluidos los migrantes luego de ser detenidos por agentes fronterizos.
“Las áreas donde colocan a los niños no son aptos para familias y hay muchísima gente en esas celdas, tiene 50 en lugares para 35; además, no tienen acceso a suficiente comida y sanitarios, por eso hay más probabilidades de tener problemas médicos”, subrayó Limón.
No obstante, explicó que las medidas restrictivas del gobierno de Trump para los solicitantes de asilo han causado que estos busquen áreas inhóspitas y aisladas que les causan enfermedades que terminan siendo letales.
Limón consideró que los protocolos de atención no cambian pese a las muertes de menores porque “en los ojos del gobierno de Trump estos hechos son barreras para entrar”, por eso, si un niño muere se le ha dicho a los padres que es su culpa por ingresarlo ilegalmente a EE. UU.
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Niño tenía fiebre y respiraba con dificultad
El consulado de Guatemala en Del Río, Texas, que lleva el caso, precisó que el pequeño tenía fiebres altas y dificultad para respirar, según información que proporcionó la madre, de 23 años y que afirmó es mamá soltera.
La representación diplomática guatemalteca solicitó información y el análisis forense del niño para conocer las causas reales de su muerte que, en principio, se supo, fue por neumonía.
Por su parte, la CBP informó en un correo electrónico a Prensa Libre que el menor fue localizado junto con su madre el 3 de abril en un área cercana al Puente Paso del Norte en El Paso, Texas. Tres días más tarde la mamá avisó que su hijo estaba enfermo, por lo que ese mismo día fue llevado al hospital Providence, en El Paso.
Respecto a la liberación del niño aun estando enfermo, la CBP respondió que el 8 de abril fueron liberados con el “reconocimiento” (consentimiento) de la familia en el hospital y se dio aviso a las autoridades consulares de Guatemala.
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Viaje
El consulado en Del Río precisó que el menor y su madre ingresaron por la frontera sur de EE. UU. desde Ciudad Juárez, Chihuahua, México, hacia la Ciudad de El Paso, Texas.
El cuerpo del menor se encuentra en la morgue de esa ciudad a la espera que se le practiquen los estudios necesarios para determinar las causas de la muerte del niño y las condiciones en las que se produjo.
Añadió que la CBP informó al consulado sobre la hospitalización del menor el 7 de abril, decisión que se le comunicó a la madre a quien se le proporcionó asistencia hasta el 14 de mayo cuando su hijo falleció.
La Cancillería indicó que se hará cargo de los gastos de repatriación y agregó que la madre se encuentra bajo proceso y permanecerá en EE. UU. donde tiene una citación en la corte.
Regresa cuerpo de adolescente
Mientras se conocía la noticia del quinto niño migrante que fallece en EE. UU., a Guatemala regresaba el cuerpo de una de esas víctimas, el de Juan de León Rodríguez, un adolescente de 16 años que migró desde Camotán, Chiquimula.
El regreso del cadáver del adolescente se hizo sin ningún aviso de la Cancillería. Durante el jueves fue velado y el viernes será sepultado en Tizamarté, su aldea natal.
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