Una investigación de EFE reveló que la nueva medida consiste en que un porcentaje de solicitantes llene un cuestionario —aplicación para quienes los agentes aduaneros consideren necesario— relacionado con nombres de usuarios en los últimos cinco años y la consignación de datos personales de los últimos 15 años.
“También les exige a los solicitantes precisar los números de todos sus pasaportes anteriores, los nombres y fecha de nacimiento de sus familiares, y los datos de sus empleadores en los últimos 15 años, así como los países que hayan visitado y todas las direcciones en las que hayan vivido en ese mismo período”, consigna la agencia.
El Departamento de Estado aclara que proporcionar esos datos “es voluntario, aunque no proporcionar la información requerida puede retrasar o impedir el procesamiento de la solicitud” de visado.
La medida responde a una orden emitida el pasado 6 de marzo por el presidente estadounidense, Donald Trump, en la que exigía que se endureciera el escrutinio de los solicitantes de visado en el extranjero, con el fin de bloquear la entrada a posibles terroristas y otras personas que pudieran amenazar la seguridad nacional, indica EFE.
William Cocks, portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., dijo que esa entidad “ha empezado a recolectar información adicional de los solicitantes de visado en todo el mundo cuando un funcionario consular determine que se requiere esa información para confirmar su identidad o para llevar a cabo un escrutinio más riguroso relacionado con la seguridad nacional”.
Ataque a inmigrantes
La medida desató de inmediato airadas reacciones de activistas e instituciones en favor de los migrantes, que la ven como una forma de control y acoso bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo.
“El Gobierno ha añadido estas preguntas sin claridad de a quiénes o cuándo se aplicarán, lo que probablemente resultará en instancias de discriminación por aspecto físico”, opina Faiz Shakir, director de política nacional de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, una de las más críticas a las medidas de Trump.
Félix Fuentes, de la Comisión de los Derechos de los Inmigrantes, en San Francisco, California, opina que la medida es un pretexto para detectar quiénes van contra las políticas del gobierno actual y representa un acoso y violación a los derechos civiles.
13 millones de solicitudes de visado recibe EE. UU. anualmente.
“Por medio de los dispositivos controlarán patrones de conducta, ideologías, forma de vida, entre otros datos, para negar la entrada a Estados Unidos, lo que violenta la privacidad”, dijo Fuentes.
César Hernández, ingeniero y experto en seguridad informática, coincide con Fuentes en que la normativa vulnera la protección de datos y es una invasión a la privacidad, aunque hasta cierto punto es comprensible por el clima de inseguridad.
Para el experto, acciones tan simples como compartir memes contra el Gobierno o un mensaje crítico podría convertirse en un motivo para la negación de la visa, lo cual es motivo de mucha preocupación.