En su rueda de prensa diaria, Psaki reaccionó a las denuncias de abogados sobre el centro provisional de procesamiento de migrantes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Donna (Texas), según las cuales muchos niños duermen en el suelo, pasan hambre y no ven el sol durante días.
“(Esas condiciones) No son aceptables, pero creo que el desafío aquí es que no tenemos muchas opciones”, dijo Psaki.
La portavoz describió como “descorazonadora” la situación de los menores indocumentados que han llegado en masa en las últimas semanas a la frontera con México, pero subrayó que “las instalaciones de la CBP no están hechas para niños“, y por eso la Casa Blanca quiere “sacarles de ellas lo más rápido posible”.
Bajo la ley estadounidense, los menores indocumentados detenidos después de cruzar la frontera no deben pasar más de 72 horas bajo la custodia de la CBP, y después deben ser transferidos a sus familias o a albergues administrados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
Sin embargo, la llegada masiva a la frontera de niños y familias indocumentadas -procedentes en su mayoría de Centroamérica- tiene abrumadas a las autoridades, y los menores detenidos en las últimas semanas se están quedando en los centros de CBP una media de 107 horas, más de lo permitido por ley, informó la semana pasada la cadena CNN.
Aglomeraciones y hambre
Según las denuncias de abogados de inmigración citados el pasado jueves por la cadena televisiva CBS, los niños detenidos en el centro de Donna pasan en algunos casos siete días allí, en condiciones de tal aglomeración que debían turnarse para dormir en el suelo.
Muchos de los niños entrevistados por los abogados aseguraron que pasan hambre y la mayoría solo se ducharon una vez durante su periodo bajo la custodia de CBP, y que no veían el sol o bien “nunca” o únicamente a través de la ventana cuando se les permitía asearse.
La Casa Blanca insiste en que la situación en la frontera no es una crisis, sino un “desafío” y un “gran problema”, y el presidente Joe Biden está estudiando medidas para acortar el tiempo que pasan los menores tanto en los centros gestionados por la CBP como en los albergues de HHS.
El 13 de marzo, Biden ordenó movilizar durante 90 días a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) para atender a esos menores, albergarles y darles transporte.
Aunque una amplia delegación de asesores de Biden visitó este mes la frontera en el estado de Texas, el propio presidente no ha anunciado por ahora ningún plan de viaje a la zona limítrofe, en un momento de creciente presión de la oposición republicana para que contenga la situación.
Preguntada este lunes sobre por qué Biden planea viajar esta semana a varios estados para promocionar el plan de rescate económico pero no tiene intención de visitar la frontera, Psaki replicó que el presidente está centrado en “desarrollar soluciones” a la situación migratoria que no necesariamente pasan por desplazarse allí en persona.