El 2021 había empezado ya con otra tragedia, cuando el 22 de enero 16 guatemaltecos fueron masacrados mientras viajaban hacia EE. UU., en Camargo, Tamaulipas, México. El múltiple crimen habría tenido su origen en la guerra que grupos delincuenciales mantienen en la región por controlar el tráfico de personas.
Las tragedias de Tamaulipas y Chiapas, a principio y fin de año, fueron el preludio y el prólogo de un año marcado por el aumento de las muertes de guatemaltecos que buscaban llegar a EE. UU. producto de un empeoramiento de las condiciones de vida en el país, que viene desde hace años, pero que se agudizó con llegada de la pandemia.
Un reporte del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) detalla que este año han repatriado los cuerpos de 138 guatemaltecos que murieron en México o en la frontera sur de EE. UU. Entre los fallecidos se cuentan 28 mujeres y ocho menores de edad, entre ellos, siete que tenían de 0 a 5 años.
A los datos del informe se suman 19 que ya fueron plenamente identificados en el percance ocurrido en Chiapas, México, a mediados de diciembre pasado, lo que da como resultado un aumento del 50% de muertes de migrantes en ruta, en relación con el 2020, cuando se reportaron 79.
Las estadísticas aumentarán en la medida que se identifiquen más migrantes fallecidos en el accidente de Chiapas, ya que se calcula podrían ser más de 50 en total.
El reporte fue elaborado con base a las personas que murieron el año pasado y cuyas familias fueron apoyadas para la repatriación del cuerpo a través del fondo especial para asistir a los migrantes guatemaltecos que mueren en el exterior. No incluye a aquellos que fueron repatriados por cuenta de los familiares.
De esa forma, el 2021 ha sido el más mortífero de los años más recientes, ya que en 2019 se registraron 135 fallecimientos y en 2018 murieron 92.
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Aumentan muertes en la región
El incremento de decesos de migrantes guatemaltecos en tránsito va de la mano con un aumento de los fallecimientos en general y de las desapariciones, que reporta el Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Según las estadísticas publicadas en su sitio en internet, en 2021 se registraron 1 mil 141 decesos en Centroamérica, México y la frontera sur de EE. UU. En este último lugar ocurrieron el 58% de las muertes.
Además, 324 personas perecieron ahogadas, 184 en accidentes de tránsito, 163 por condiciones ambientales extremas (falta de albergue, comida o agua), 105 por violencia, 29 por falta de acceso a la salud, 23 muertes fueron accidentales, mientras que la causa de 313 decesos fue mixta o es desconocida.
Más riesgos
Activistas que trabajan en favor de los migrantes en México confirman un aumento de los riesgos para transitar por ese país.
Juana Estela Morán es una migrante guatemalteca que trabaja para la organización benéfica Casa Guenda, en Tehuantepec, Oaxaca. Dijo que debido a que han aumentado los controles migratorios los migrantes son llevados por rutas más peligrosas.
“Si yo sé que en Tapachula hay un retén y me van a detener pues me voy a ir por otro lado”, explicó Morán. Pero si esa ruta es más silenciosa o menos transitada o con menos vigilancia policial en general, “hay riesgo de que me secuestren, desaparezcan o me asalten”, añadió.
La activista lamenta que en México “un guatemalteco no es nadie” porque, asegura, “lo pueden secuestrar, violar o matar y no pasa nada. Pero si le pasa algo a un ciudadano de origen español o francés, el Gobierno no se queda quieto e investiga”. “Eso es triste por que todos somos personas”, exclamó.
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Morán agregó que fue hasta el comienzo de la migración en caravanas que se hizo visible el “poco esmero de los gobiernos por retener a su gente”, y opina que las autoridades guatemaltecas debieran de preocuparse porque se generen fuentes de trabajo “para que los paisanos no tengan tanta necesidad de exponerse”.
“El aumento de las muertes también está ligado a un aumento de la migración”, remarcó.
Mueren en el desierto
Los que logran sobrevivir al tránsito por México y no son detenidos tiene que enfrentarse al paso del temible desierto mexicano-estadounidense, donde cientos han perdido la vida.
Gladys Abad, activista de la Red Migrante Guatemalteca en Tijuana, Baja California, expuso que los migrantes que no quieren ser detectados por Migración de EE. UU. son obligados por los coyotes a cruzar por áreas inhóspitas.
Contó el caso de un joven que el año pasado se internó a EE. UU. por un área donde no había nada ni nadie cercano y se perdió. Entonces, se puso en contacto con ella y le mandaba fotos de la locación donde se encontraba, pero no se distinguía nada.
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Las horas pasaban y el joven se iba quedando sin agua y sin carga en tu teléfono y sus pies estaban agrietados de tanto caminar. “El muchacho lloraba desesperado, y tuvo que llamar al 911 para que lo ubicaran y Migración lo llegó a rescatar en un helicóptero porque ahí no entran ni caballos”, contó Abad. “Estos migrantes sí sufren mucho, imagínese cuantos han de morir ahí, si no es por el calor es por el frío”, dijo.
Análisis
El sacerdote José Luis González de la Red Jesuita con Migrantes, expuso que el aumento de connacionales fallecidos tiene tres explicaciones, aunque “evidentemente” la mayor responsabilidad está en México y en las políticas de criminalización que el gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador ha implementado.
Recordó las palabras del exdirector del Instituto Nacional de Migración de México, Tonatiuh Guillén, respecto de que, lo que ocurre en Chiapas —la vulnerabilidad de los migrantes—, es el resultado de militarizar dicha institución.
“La consecuencia es el aumento de fallecidos por accidentes de tránsito, por deshidratación en el desierto, por caer víctimas del crimen organizado. Todo eso se podría evitar si se negociara una migración necesaria tanto para los países de origen como los de destino”, subrayó González.
No obstante, el sacerdote jesuita enfatizó en las otras dos causas del aumento de muertes y que están en los países de origen y de destino, ya que la economía estadounidense sigue requiriendo mano de obra migrante, mientras en los países de Centroamérica las condiciones socioeconómicas empeoran.
El caso del hombre que viajó en el tren de aterrizaje de un avión ilustra bien hasta qué punto pueden llegar los migrantes para salir de su precariedad, dijo. “Por lo tanto, las estadísticas de migrantes fallecidos en la ruta aumentan debido a las políticas de los países de origen, tránsito y destino”, concluyó González.