Y los temores parece que tienen fundamento.
Psicólogos consultados coinciden en que los episodios de estrés postraumático que sufren los migrantes hondureños que viajan en caravana pueden afectar su salud mental.
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Los migrantes sufren porque no tienen una vivienda, les falta alimento y van cansados por largas caminatas, afirma Meshélle Kababié, psicóloga forense. Al hablar del sufrimiento de estos hondureños, agrega que muchos van con su familia y sufren el doble al ver sufrir a sus seres queridos.
De acuerdo con la experta, los migrantes podría padecer pesadillas, trastornos de sueño o recordar espontáneamente los momentos difíciles que atravesaron en el viaje. Incluso, subrayó, pueden sufrir delirio de persecución debido a la presión que han padecido desde que salieron de su país.
“El estrés postraumático se desarrolla de acuerdo con la magnitud de una situación estresante, que deja a las personas sin recursos emocionales y físicos”, apuntó Kababié, quien añadió que estos síntomas pueden ser recurrentes en el futuro, aunque todo dependerá del ambiente en el que una persona se estabilice emocionalmente.
“En los niños deja secuelas, una de ellas es la depresión o sentimientos de desamparo, soledad o desesperación. También podrían tener problemas en su vida social en el futuro”, subrayó.
Según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), por lo menos dos mil 300 menores de edad hondureños viajaban hasta el pasado fin de semana en la caravana que atraviesa México, y necesitan asistencia médica urgente.
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Repercusiones en niños
Para Ángela Reyes, psicóloga de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, los padecimientos mentales eran de esperarse, debido a que en Guatemala la población los ayudó mucho, pero el choque con las autoridades en la frontera con México causó episodios de estrés intenso.
“Las personas que van ahí sabían que las cosas no iban a ser fáciles, pero tampoco tenían contemplados ciertos problemas. En Guatemala encontraron mucha solidaridad, pero los problemas en México les afectaron y están en un estado de desgaste emocional muy fuerte y así una persona va rebasando sus límites humanos de tolerancia, ganas y motivación”, expuso Reyes.
Según la psicóloga, el objetivo de esas medidas represivas implementadas por los gobiernos es precisamente cansar a los migrantes para que desistan de la caravana y regresen a Honduras.
Reyes explicó que los episodios de sufrimiento que han atravesado los niños pueden causar efectos en su carácter a futuro, como resentimiento o incluso pueden desarrollar sentimientos que los lleven a pensar que no se merecen una vida mejor.
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“Están percibiendo que no son merecedores de esa vida digna y lo que no pueden tener por la vía de trabajar lo intentarán obtener por la fuerza”, explicó Reyes.
“Mi idea no es decir que ahí —en la caravana— van futuros delincuentes, pero lo que sí es cierto es que los niños han sufrido ese desequilibrio y ahí hay una cuestión de violencia en contra de ellos, entonces, ¿cómo se puede reaccionar cuando a uno lo tratan con violencia?”, cuestionó.
“Drama espantoso”
La Embajada de Honduras en Guatemala registra el caso de un joven de ese país que decidió unirse a la caravana. Logró llegar hasta Tecún Umán, San Marcos, pero ya no pasó. Estuvo en los enfrentamientos con las autoridades mexicanas, pasó horas caminando con poca comida y agua, esto le habría causado trastornos psicológicos.
El hombre retornó a su país la semana pasada y es parte de los efectos que la embajadora de Honduras en Guatemala, Vivian Panting, califica como un “drama espantoso”.
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Según la diplomáticam este migrante hondureño no tiene idea de cómo logró regresar de Tecún Umán a la capital guatemalteca, solo se sabe que al venir sufría delirios, estaba deshidratado, hambriento y no tenía noción de su ubicación.
Las autoridades lo hospedaron en un hotel de la capital mientras arreglaban su regreso a Honduras. Cuentan que no quería quedarse solo porque le daba miedo y gritaba que lo estaban persiguiendo y que lo iban a matar. Al parecer también habría intentado quitarse la vida mientras estaba en un albergue de Tecún Umán.
“Esto es solo un ejemplo de lo que puede pasar, porque en el viaje los migrantes no comen bien, no duermen bien, van con sol con lluvia, miran dramas de niños gritando, violencia, gente peleando”, expuso Panting, al referirse a las posibles causas del por qué los migrantes terminan padeciendo problemas psicológicos.
La diplomática hondureña aseguró que por lo menos 4 mil 771 hondureños han optado por regresar a Honduras luego de haber sufrido durante el primer tramo de Honduras hasta la fronter Guatemala-México, y aseguró que cualquier persona que requiera ayuda para retornar recibirá apoyo de la embajada.
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