Los migrantes lograron entrar en territorio mexicano al amanecer, aprovechando la ausencia de las fuerzas de seguridad en la frontera. En pocos minutos empezaron a caminar formando una columna por una carretera de Ciudad Hidalgo, en el estado mexicano de Chiapas (sur).
Sin embargo, un contingente de más de 200 agentes de la Guardia Nacional los encontró en la carretera federal de Suchiate-Tapachula y a punta de fuerza hicieron que los migrantes retrocedieran mientras ellos gritaban “¡Queremos pasar!”.
Ante la resistencia de los hondureños, este cuerpo militar-policial los roció con gases lacrimógenos. Muchos de ellos tratan de huir mientras se resguardan en fincas privadas para evitar ser capturados por los elementos de seguridad.
Migrantes centroamericanos fueron contenidos por elementos de la Guardia Nacional, sobre la carretera federal Suchiate-Tapachula, para impedir su avance por el País tras cruzar el río Suchiate.
🎥Édgar Hernández pic.twitter.com/NKXaSPd5uL
— REFORMA Nacional (@reformanacional) January 23, 2020
Los migrantes retenidos serán regresados a las oficinas del Instituto Nacional de Migración, en la frontera con Guatemala, para que puedan regularizar su ingreso hacia México, varios autobuses se encuentran en espera para transportarlos.
Las autoridades mexicanas informaron que los buses también serán usados para movilizar a los migrantes a su país de origen.
El canciller guatemalteco, Pedro Bolo, mencionó la tarde de este jueves que al momento se han confirmado 17 buses con 40 personas cada uno en El Ceibo, frontera de México con Petén.
De esta forma serán trasladados 680 migrantes hacia Omoa y San Pedro Sula, Honduras.
Migrantes centroamericanos fueron contenidos por elementos de la Guardia Nacional, sobre la carretera federal Suchiate-Tapachula, para impedir su avance por el País tras cruzar el río Suchiate.
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Apenas horas antes, la caravana había ofrecido caminar en orden y solicitar de manera formal su asilo en México, como en un principio ofreció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Además, también pedían poder transitar libremente en Chiapas para evadir la agresión de la Guardia Nacional, que este lunes frustró su primer intento de ingresar a México.
La situación en la frontera de Tecún Umán, San Marcos, Guatemala, comenzó el lunes 20 de enero cuando la caravana de hondureños se lanzó al río Suchiate para ingresar de forma ilegal a México.
La situación fue tensa, ya que policías de la Guardia Nacional mexicana les impidieron el paso al lanzarles gas lacrimógeno, por lo que el grupo permaneció en la frontera entre ambos países por tres días.
Tras ser contenidos por elementos de la Guardia Nacional, algunos migrantes huyeron por un camino paralelo a la carretera federal Suchiate-Tapachula, otros más buscaron resguardarse dentro de casas cercanas.
🎥Edgar Hernández pic.twitter.com/3Kh5oikL45
— REFORMA Nacional (@reformanacional) January 23, 2020
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El miércoles 22 de enero, algunos decidieron regresar voluntariamente a su país, mientras que el resto del grupo se aferró a la esperanza de llegar a Estados Unidos en busca de un futuro mejor para sus familias.
“¡Ahí vamos!”
Entre silbidos y gritos de “¡Ahí vamos!”, los migrantes, en su mayoría hombres aunque también había algunas familias enteras, apuraban el paso mientras se dirigían a un punto de revisión fronteriza localizado a corta distancia de ahí.
El lunes pasado, unos 500 migrantes consiguieron cruzar a México por la misma zona, a pesar de los gases lacrimógenos que les lanzaban guardias nacionales, a quienes respondieron arrojando piedras.
Pero ese grupo fue detenido más tarde en un control de carreteras. Desde entonces, México reforzó fuertemente la seguridad en la frontera, lo que pareció por momentos disuadir a los migrantes, que se replegaron a la cercana localidad guatemalteca de Tecún Umán.
Los migrantes se empezaron a reagrupar en la madrugada del lado guatemalteco del Suchiate, que en esta época del año se puede cruzar caminando sin mayor esfuerzo, y dos horas después se decidieron a cruzar a México al percatarse que esta vez no había presencia de las fuerzas de seguridad.
Más de tres mil 500 migrantes integran la caravana, según estimaciones de autoridades migratorias centroamericanas.
El pasado fin de semana, el grueso de la caravana logró ingresar a México bajo controles de autoridades migratorias, quienes les ofrecieron diversas opciones como pedir refugio o aceptar trabajos en programas sociales, en el sur de México y en sus países.
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Sin embargo, los migrantes piden que les permitan circular libremente por México para llegar a Estados Unidos, donde quieren pedir refugio alegando que escapan de la violencia y la pobreza de sus países.
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