Según datos de la iniciativa Trac Immigration, que recopila información de las cortes de Inmigración de EE. UU., desde enero hasta el 30 de junio pasado, 14 mil 152 solicitantes de asilo centroamericanos fueron devueltos a México, de estos, seis mil 125 son guatemaltecos, el 43.28 por ciento.
Así, pese a que las caravanas de migrantes fueron conformadas principalmente por hondureños, son los guatemaltecos los que más han solicitado asilo. La mayoría de los connacionales fueron retornados después de haber sido escuchados por tres cortes, la de El Paso, Texas, dos mil 474; Calexico, mil 957, y San Diego, mil 657, estas dos ciudades del estado de California.
De esa cuenta es que un gran número de guatemaltecos permanece en las ciudades mexicanas fronterizas con EE. UU., sobre todo en Ciudad Juárez, Chihuahua, colindante con El Paso, así como en Mexicali y Tijuana, ambas en Baja California, que limitan con El Paso y San Diego, respectivamente.
Del total de guatemaltecos, cuatro mil 937 aún esperaban su primera audiencia hasta junio, y seis mil 59 no contaban con una representación legal.
¿Pero qué hacen los miles de migrantes en México?
Organizaciones humanitarias alertan de que, en Ciudad Juárez, por ejemplo, no existen las condiciones óptimas para los migrantes centroamericanos y se han conocido casos en los que estos han sido asaltados, secuestrados y extorsionados, casi ni pueden salir porque cuando los delincuentes se percatan de que es un migrante con la intención de llegar a EE. UU. pueden secuestrarlos para pedir dinero a sus familiares en ese país.
Por si eso fuera poco, los albergues no se dan abasto y a muchos que retornan les ha tocado dormir en las calles o parques y según las proyecciones más pesimistas, EE. UU. podría seguir retornado a esa ciudad hasta 300 migrantes diarios.
De hecho, el Instituto Fronterizo Esperanza de El Paso, estima que solo a Ciudad Juárez han retornado 13 mil 100 personas de todas nacionalidades desde que está en vigencia Quédate en México.
En Tijuana la situación también es problemática. Aunque ahora el flujo de migrantes que van de Centroamérica a EE. UU. ha disminuido, ha habido un considerable aumento de aquellos que retornan desde ese país luego de haber solicitado asilo.
De regreso
Erick Cardona, cónsul de Guatemala en Tijuana, misión que atiende casos en cuatro estados mexicanos confirmó que muchos connacionales han retornado desde EE. UU. asimismo, indicó que el consulado trata de gestionar albergue para ellos.
Lamentablemente, agregó, la desesperación ha hecho que muchos de los guatemaltecos varados en las ciudades fronterizas hayan tomado la decisión de regresarse a Guatemala.
En ese sentido la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registra que, hasta finales de julio pasado, 86 guatemaltecos habían utilizado el Programa de Retornos Asistidos, vigente desde noviembre del año pasado y financiado por el Departamento de Estado de EE. UU.
En su más reciente informe, la OIM dio a conocer que las operaciones de retorno se están incrementado en el norte, principalmente desde Ciudad Juárez.
La organización explicó que “estos retornos se efectúan mediante un acompañamiento en el cual se asesora a la persona migrante sobre las implicaciones y consecuencias de abandonar el proceso”, en escencia, el que se pierde la oportunidad de optar a un asilo en EE. UU.
Pero el cónsul guatemalteco estima que muchísimos más han decidido volver al país, empujados por la decepción de que sus casos no progresan con agilidad y por la desesperación, puesto que muchos de ellos ya no tienen recursos para sobrevivir y no soportan largos periodos en albergues.
A algunos, los más afortunados, sus familiares en Guatemala o Estados Unidos les envían dinero para que renten un pequeño cuarto; sin embargo, es incierto hasta cuándo podrían estar en esa situación.
De tal manera que, según estimaciones de Cardona, unos tres mil guatemaltecos ya habrían regresado a Guatemala por sus propios medios. Resaltó que el trayecto de retorno por México es legal puesto que el documento que EE. UU. les extiende previo a regresarlos a las ciudades fronterizas mexicanas, donde consta que están tramitando asilo, en la práctica les concede un estatus legal.
“Yo me atrevería a decir que se ha regresado el 50%. Lo que sucede es que después de la tercera o cuarta cita se pierde el interés y piensan que no lo van a lograr —obtener asilo—”, expuso Cardona.
Añadió que, en tan solo una semana, cuando una aerolínea mexicana ofreció hacer traslados a Guatemala por solo US$1, al menos 47 guatemaltecos retornaron.
Respecto a las condiciones en que se encuentran los migrantes en esas ciudades, el cónsul considera que donde se producen más inconvenientes es en Ciudad Juárez ya que ahí confluyen viajantes no solo de Centroamérica, sino también de Haití, Cuba y del resto del mundo muchos de los cuales son “bélicos” y de “ánimos caldeados”.
En cambio, el guatemalteco, resaltó Cardona, se reconoce por ser noble, humilde, trabajador y no se busca problemas. “De hecho hasta ofertas de trabajo les hacen, por ejemplo, en el sector de la construcción y agricultura”, subrayó.
Tratan de adaptarse
José María Lara, director de la organización Juventud 2000, movimiento que administra un albergue, explicó que muchos han tenido que adaptarse a esa vida y buscar empleo.
Lara coincidió en que, para tristeza de los requirentes de asilo, las citas para la segunda audiencia son programadas para un lapso de hasta cinco meses después, por lo cual el procedimiento legal de solicitud podría tardar incluso más de un año y eso no garantiza que recibirán asilo en territorio estadounidense.
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