Guatemala

Las Patronas preparan alimentos para miles de desconocidos todos los días

Las llaman Las Patronas, porque son originarias de un poblado de Veracruz, México, que lleva el mismo nombre, aunque en singular, en honor a la Virgen de Guadalupe. Cada día se esmeran por preparar alimentos para migrantes que nunca han visto y que quizás nunca volverán a ver en sus vidas.

Una mujer de Las Patronas da alimentos a los migrantes que viajan en "la Bestia". (Foto: Las Patronas)

Una mujer de Las Patronas da alimentos a los migrantes que viajan en "la Bestia". (Foto: Las Patronas)

Al sonido del pito del tren las mujeres se ponen de pie a un lado de la vía férrea sostienen bolsas con comida que los indocumentados, principalmente centroamericanos, recogen y que les ayudará a calmar el hambre y la sed.


Norma Romero, una de las fundadoras, fue invitada a Guatemala para participar en un diplomado que se lleva a cabo en Esquipulas, Chiquimula. En una conferencia de prensa habló sobre la labor que llevan a cabo en la comunidad La Patrona, Amatlán de los Reyes, Veracruz, así como las motivaciones que les impulsan a seguir adelante.

Cuenta que comenzaron con esa labor en 1995 sin saber qué era la migración y qué pasaba en los países centroamericanos, ya que se dedicaban al quehacer diario y la agricultura. 

“De repente dos mujeres salieron a comprar pan y leche. Cuando el tren bajó la velocidad los hombres vieron a las mujeres con la comida y les dijeron ‘tenemos hambre regálanos tu pan’” y por el acento reconocieron que no eran mexicanos”, relata Romero.

Fue así como comenzó la iniciativa junto con su madre y cuatro hermanas. Comenzaron con elaborar 30 raciones diarias de comida; hoy en día, reparten entre 500 y 600 a los indocumentados que continúan utilizando el tren de carga conocido como “la Bestia” para recorrer México.

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“Fue una gran alegría darle de comer a personas que no conocíamos y a dónde iban, pero la satisfacción de dar nos hizo sentir útiles”, comenta la mujer veracruzana. Agrega que el grupo de mujeres se mantiene con aportes de los mexicanos de buen corazón quienes facilitan víveres, frutas, verdura y cualquier tipo de insumos para elaborar alimentos.

Las Patronas permaneció 11 años en el anonimato hasta el 2006 cuando un grupo de universitarios de Monterrey hizo un trabajo de investigación sobre las migraciones y se percataron de la labor que las mujeres hacían, por lo filmaron un documental que se difundió en internet.

La labor que llevan a cabo ha mejorado para bien, hoy en día no solo reparten comida, sino que cuentan con un albergue y dan acompañamiento a los migrantes cuando se enferman o quieren denunciar algún atropello a sus derechos o cuando son víctimas de la delincuencia.

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Romero cuenta que la principal motivación del grupo de mujeres es “el amor al prójimo” y saber que, como se los han expuesto muchos migrantes, son una esperanza de vida en medio de tanta angustia, dolor y sufrimiento.

“La recompensa principal vendrá de Dios, la obra es de Él y va a terminar cuando Él decida y no cuando nosotros queramos”, dice de forma convincente.

Siguen viajando en “la Bestia”

Una de las revelaciones que la activista mexicana dio a conocer en su visita a Guatemala es que los indocumentados continúan utilizando el tren de carga conocido como “la Bestia”, contrario a lo que podría pensarse debido a las riesgos que han sido ampliamente difundidos y a las restricciones que gobiernos estatales han impuesto a las compañías ferroviarias para prohibir que personas viajen en el techo de las locomotoras.

“Para nosotros el número no ha bajado porque todos los días tenemos que hacer comida para los migrantes. Ellos nos dicen que pueden poner muros y militarizar las frontera, pero eso no nos va a parar”, dice Romero.

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El deseo de una vida mejor, vence incluso al temor de los riesgos del tren, como secuestros, extorsiones e incluso la muerte por mutilación ya que algunos de ellos se caen de la máquina. “Algunos de ellos dicen que los asaltan en el tren y les quitan lo poco que llevan, a veces dicen que son policías los asaltantes…”, explica la activista.

A la par de los indocumentados del Triángulo Norte también se han visto un incremento de migrantes de Nicaragua y de países como Cuba y Haití.

Hay que aceptarlos

Julia Ramírez, otra de voluntarias de Las Patronas, tiene 19 años de ayudar a los indocumentados que viajan en “la Bestia”, y asegura que cada una de las 12 integrantes tienen su propia historia que contar.

“La mía”, enfatiza, comenzó el día en que un menor de 16 años llegó a su vivienda luego de que el tren se detuviera. Él le dijo: “Madre soy de Honduras y quisiera que usted me de comida porque tengo tres días sin comer”.

Ella lo atendió y en lo que platicaba con él no podía evitar pensar en su hijo que por esos años era un niño. Ramírez no puede contener las lágrimas al recordar que el momento en que el joven partió, minutos antes regresó con ella y le pidió por favor que le diera su bendición.

“Me dijo que se sentía solo y triste de ir solo en los vagones del tren. En ese momento lloré porque se me reflejaba a mi único hijo y pensaba ¿qué sería de ese joven?”.

La activista dice que todos estamos obligados a ayudar a los migrantes porque “todos somos hijos de Dios y hermanos”. Añade que para Las Patronas no hay descanso, ni feriados, ni día de la madre, porque trabajan los 365 días del año ayudando a los indocumentados.

“Ellos viajan por necesidad no por gusto y tiene que seguir para buscar trabajo y enviarle dinero a sus familias porque tienen que comer”, enfatiza.

Estados responsables

Sectores consultados coincidieron en que los estados han sido los principales responsables de la migración indocumentada, debido a que los ciudadanos se ven forzados a buscar oportunidades de desarrollo en otro país.

“La principal causa de la migración sigue siendo la pobreza y falta de oportunidades. Hay que luchar porque nuestros países ofrezcan condiciones para permanecer aquí y no separar a las familias”, expuso José Luis González, integrante de la Red Jesuita con Migrantes.

Los estados tampoco han sido capaces de contener la violencia y no han sabido responder ante las emergencias climáticas, que también son consideradas como causas importantes de la migración.

Juan Luis Carbajal, secretario ejecutivo de la Pastoral de Movilidad Humana, indicó los estados son los responsables “en gran parte” de la migración forzada, por las injusticias, corrupción, hambre, miseria y desnutrición que golpean a los países.

Criticó las campañas que pretenden disuadir la migración al indica: “No van a parar las migraciones con campañas de miedo, los migrantes ya saben que hay peligros en la ruta, pero ya saben que si no migran van a perder la vida”, enfatizó.

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