El diplomático, de raíces guatemaltecas, puesto que uno de sus abuelos era originario de San Marcos y migró hacia México, considera que las soluciones de fondo para acabar con la migración forzada deben abordarse ahora.
Respecto a la movilización masiva desde Honduras, refiere que cada país debe cumplir con sus deberes.
¿Cómo ve esta nueva caravana que, a juzgar por las condiciones que está dejando la pandemia, no será la última?
Que bueno que diga que no es la última, esto va a ser un ensayo de situaciones que se pueden complicar si no tomamos acciones ahorita, que trasciendan a México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Centroamérica y el mundo. No es un asunto de países del continente americano, el problema de las migraciones se ha acentuado en diferentes partes del mundo, con episodios dolorosos que vienen a cambiarnos a nosotros como ciudadanos de esta región.
Los jóvenes tendrán que empezar a construir en el siglo 21 un mundo nuevo y yo creo que, en esta parte del mundo, en particular en Guatemala y México y los países centroamericanos donde tuvo su origen la cultura maya vamos a encontrar respuestas que darán ejemplo al mundo para que no haya tanta miseria, ni marginación, ni pobreza porque ese es el centro del problema.
¿Cuáles son esas acciones que deben empezar a tomar los países?
Una inmediata es lo que por primera vez en estos años estamos haciendo ahorita, una coordinación entre los países del Triángulo Norte y México. Por primera vez hay un lenguaje y discurso común para tratar de dar una respuesta, para que cada país cumpla con lo acordado para tratar de detener, en la medida de lo posible, a estas gentes que andan buscando un destino en el momento menos adecuado. Nunca han sido buenas las migraciones irregulares, pero ahora, la pandemia nos coloca en una situación particularmente difícil porque no solo es exponerse quienes vengan, sino a sus familiares y los niños que vienen, sino a cientos o miles de gente que van encontrando en el camino.
Críticos señalan que los países se han reunido para detener la caravana, pero no para abordar las causas de la migración. ¿Esto también se piensa discutir entre los países?
Claro. Lo tenemos que abordar. Los inexpertos piensan, los expertos hacen. Hay que comenzar a hablar sobre cómo podemos contribuir para que esto tenga soluciones a largo plazo. Yo represento al gobierno del presidente —Manuel— López Obrador que ha hecho planteamientos y acciones muy concretas. El Plan de Desarrollo Integral Regional que con el apoyo de la Cepal (Comisión Económica para América Latina) hemos presentado a países como Guatemala, Honduras y El Salvador son las cosas que a largo plazo tienen que hacerse.
A propósito ¿cómo marcha ese plan?
Con ritmos diferentes. Nosotros somos respetuosos de las decisiones de cada país. Cuando uno analiza la propuesta de López Obrador, los tres países van a ritmos diferentes porque cada país… tenemos que ser respetuosos de las decisiones políticas internas de cada país, y ahí vamos, en unos más —adelantados— y en otros menos, pero eso es comenzar a encontrar soluciones a largo plazo para detener este tipo de tragedias.
¿En el caso de Guatemala, cómo avanza?
Ahí va
¿Ahí va, bien?
Ahí va
¿Qué va a pasar con la caravana si logra llegar a México?
Hoy —ayer— me dieron información de hondureños ya en Tapachula, ahorita tenemos más de 300 y no ha llegado la caravana. Nosotros tenemos que cumplir con nuestro deber como tiene que cumplirlo Guatemala, pero esto es un problema difícil, profundo. Querer detener y decir ‘¿Qué vamos a hacer?’ es como querer tatuar el agua, mientras no abordemos los problemas de fondo, regional e internacionalmente, y no haya un reordenamiento mundial en lo que corresponde a cuestiones de carácter económico, social y cultural pues…
¿Pero eso tomará tiempo?
Claro, mucho
¿Y qué vislumbra durante ese ínterin?
Cada uno que cumpla con su deber y lo dije hace un momento. Ahora por primera vez el director de América Latina de Relaciones Exteriores —Martín Alonso Borrego Llorente— y tuvimos encuentros con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala, fuimos a Corinto —frontera con Honduras— y vinieron altas autoridades de Honduras y El Salvador para tratar, de forma coordinada, cómo podemos contribuir para detener esto, donde no haya más dolor del que ya de por sí hay con la gente que sale de su casa.
No hay soluciones mágicas ni respuestas inmediatas, sino a largo plazo que hay que empezar ya. Tienen los jóvenes que empezar a sembrar y construir el futuro sobre nuevas bases.
Entonces ¿Cuál es el mensaje del Gobierno mexicano?
A guatemaltecos, hondureños, nicaragüenses, del país que sean, siempre serán bienvenidos a México, nada más que ahorita tenemos que ser cuidadosos con respeto a la ley de cada país. Nosotros tenemos, como lo tienen todos los países, normas, leyes, reglamentos, en que la migración que quiere entrar a México tiene que cumplir con esas disposiciones y creo que en ese mismo discurso está Guatemala y Honduras.
Nosotros estamos haciendo un trabajo coordinado para tratar de disuadir —algo— que por la vía de la ilegalidad, de estar al margen de la ley ahorita se les va a dificultar mucho.