Migrantes

La migración de niños y jóvenes en Latinoamérica y el Caribe alcanza nuevo récord (y estas son las razones por las que huyen de sus países)

Informe de Unicef señala que una de cada cuatro personas en movilidad en Latinoamérica y el Caribe son niños o adolescentes, la más alta a nivel mundial.

Esther, una madre haitina, junto a su esposo y dos hijos llegan al Centro de Recepción de Migrantes Temporales  Lajas Blancas, Panamá,  luego de cruzar la jungla del Darién. (Foto Prensa Libre: Unicef)

Esther, una madre haitina, junto a su esposo y dos hijos llegan al Centro de Recepción de Migrantes Temporales Lajas Blancas, Panamá, luego de cruzar la jungla del Darién. (Foto Prensa Libre: Unicef)

La cifra de niños y adolescentes migrantes en América Latina y el Caribe alcanzó un nuevo récord y la proporción de menores de edad en movilidad en estas regiones es la más alta a nivel mundial, reveló un estudio de la Unicef, que menciona que las principales causas de este son la violencia de las pandillas, la inestabilidad, la pobreza y situaciones relacionadas con el clima.

Una nota de prensa, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), este 7 de septiembre, señala que los menores migrantes representan una proporción mayor de la población migrante que en otras regiones del mundo, según el informe La infancia en Peligro, de esa entidad, que fue publicado por esa entidad.

Explica que los menores se desplazan a través de tres rutas migratorias principales en América Latina y el Caribe los cuales son:

  • A través de la selva del Darién entre Colombia y Panamá
  • La migración hacia el exterior desde América del Sur
  • Puntos de tránsito clave en el norte de Centroamérica y México.

 

La nota de prensa señala que “la naturaleza de la migración en América Latina y el Caribe ha cambiado dramáticamente en la última década”.

Las causas

“La violencia de las pandillas, la inestabilidad, la pobreza y los acontecimientos relacionados con el clima se están apoderando de la región, de una manera alarmante, y empujando a más niños y niñas a abandonar sus hogares”, expresó el director de Unicef  para América Latina y el Caribe, Garry Conille, según la información.

“Cada vez hay más niños y niñas en movimiento, de edades cada vez más tempranas, a menudo solos y de diversos países de origen, incluso de lugares tan lejanos como África y Asia. Cuando cruzan varios países y, a veces, toda la región, las enfermedades y las lesiones, la separación familiar y los abusos pueden plagar sus viajes e, incluso si logran llegar a su destino, su futuro puede seguir en riesgo”, señaló Conille.

Cifras

Según la información, al menos 29 mil niños, niñas y adolescentes cruzaron la peligrosa zona de Darién en 2021 y las estimaciones señalan que 40 mil menores cruzaron ese mismo sitio en 2022, pero en los primeros ocho meses del 2023, la cifra se elevó a 60 mil.

Se señala que la mitad de los niños que han cruzado la selva del Darién en los primeros ocho meses de 2023, son menores de 5 años, y esto convierte este año en el que más cruces de niños y niñas se ha registrado.

La información también señala que el número de menores refugiados y migrantes detenidos en la frontera sur de Estados Unidos también ha ido en aumento.

Se detalla que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) registró más de 149 mil niños que cruzaron su frontera en el año fiscal  2021 y más de 155 mil en el año fiscal 2022.

“En los primeros siete meses del año fiscal 2023, más de 83 mil niños ingresaron al país según la CBP. Estas tendencias se reflejan en otros flujos migratorios más pequeños en toda la región, a medida que el aumento de la violencia, la inestabilidad y los desastres relacionados con el clima provocan más desplazamientos y migraciones forzadas”, se lee en el comunicado.

La proporción de niños que se desplazan a lo largo de las principales rutas migratorias en América Latina y el Caribe también ha aumentado a un nivel récord en los últimos tres años.

Explican que en todo el mundo, los niños representan el 13% de la población migrante, pero en esta región de Latinoamérica y el Caribe, aproximadamente una de cada cuatro personas en movimiento, es decir el 25%, es un niño. En el 2019, la cifra de niños migrantes representaba el 19%.

“Esto solo puede rivalizar con África subsahariana, donde los niños y niñas también representan el 25% de la población migrante”, señala la nota de prensa.

Más pequeños

“Cada vez más, son los niños y niñas más pequeños los que realizan estos peligrosos viajes; los niños menores de 11 años representan ahora hasta el 91% de todos los niños, niñas y adolescentes que se desplazan en algunos puntos de tránsito clave. Esta nueva realidad plantea desafíos a las políticas migratorias nacionales y a las respuestas humanitarias en los países de origen, tránsito y destino”, se lee en la información.

Se señala que a lo largo de las rutas migratorias irregulares son innumerables los riesgos físicos a los que los menores se enfrentan, pues además del peligroso terreno que atraviesan (selvas y ríos hasta vías férreas y carreteras), los niños y niñas también pueden sufrir violencia, explotación y abuso.

Testimonio

“Mi parte favorita fue dejar la selva porque ahí dentro es una pesadilla”, dijo Ángela -nombre ficticio- una niña de 8 años que caminó por la selva del Darién en 2022, menciona la información.

El testimonio revela que durante el viaje, Ángela y su hermana de 10 años se separaron de sus padres y estuvieron perdidas durante dos días antes de reunirse nuevamente. La familia viajó durante más de 40 días para llegar a Guatemala antes de continuar hacia su destino, se menciona en la información.

“Los flujos migratorios mixtos en América Latina y el Caribe son dinámicos y a menudo se interconectan; la mayoría de los países son simultáneamente puntos de origen, tránsito, destino y retorno. Esto implica desafíos y requiere un enfoque integrado dentro de la región para garantizar que los niños, niñas y adolescentes migrantes y refugiados y sus familias estén protegidos y se aborden las causas profundas de la migración forzada”, se lee en la nota de Unicef.

La Unicef también señala que trabaja con aliados y gobiernos a lo largo de las rutas migratorias para dar información precisa para promover una migración segura, ofrecer asistencia vital y apoyar el acceso de los niños y niñas a servicios esenciales.

Este trabajo incluye ayudar a los países a “prevenir, detectar y proteger a los niños y niñas de la violencia y ayudar a los niños, niñas, adolescentes y familias que enfrentan dificultades y explotación en su viaje migratorio”.

Señala que están solicitando US$ 160.5 millones para satisfacer las necesidades humanitarias de los menores de edad refugiados y migrantes en Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guyana, Perú, Trinidad y Tobago y Uruguay.

También se informa que en agosto de 2023, Unicef había recibido menos del 20% (unos US$32.5 millones) de sus necesidades de financiación.

La entidad dice que también está solicitando US$142.31 millones para niños y familias en la ruta migratoria a través de Centroamérica y México en 2023 y refiere que hasta agosto ha recibido el 26% de los fondos que necesita.

“La escala sin precedentes de la crisis migratoria de la niñez en América Latina y el Caribe requiere urgentemente una respuesta humanitaria más fuerte, así como la expansión de vías migratorias seguras y regulares para niños y familias para ayudar a proteger sus derechos y su futuro, sin importar dónde se encuentren”, dijo Conille.

Petición a los países

Se señala que la Unicef sigue instando a los países de la región, miembros de Naciones Unidas, a que garanticen los derechos, la seguridad y el bienestar de los niños, niñas, y adolescentes migrantes y refugiados, esto incluye:

 

  • Movilizar un enfoque regional para la protección internacional y abordar las causas fundamentales de la migración específicas de los niños y niñas, para aprovechar la naturaleza interconectada de los movimientos migratorios y las respuestas políticas en la región.
  • Invertir en los países de origen para mejorar el acceso a los servicios, prevenir y responder a la violencia, y crear oportunidades de educación y medios de vida para niños, niñas, jóvenes y familias vulnerables, y apoyar a los niños, niñas y adolescentes que siguen residiendo en el país de origen mientras sus padres tienen emigrado.
  • Ampliar vías migratorias seguras y regulares para niños, niñas y adolescentes y familias, incluidos mecanismos de reunificación familiar, al tiempo que se defiende el derecho al asilo territorial. Se debe permitir que los niños y niñas y las familias ingresen al territorio de un Estado para solicitar asilo y poder permanecer allí mientras dure el procedimiento de asilo.
  • Fortalecer los procesos fronterizos y de recepción que tengan en cuenta a los niños y niñas y que sean dirigidos por las autoridades de protección infantil en la etapa más temprana posible, implementar salvaguardias específicas para los niños, preservar la unidad familiar, incluso para los niños que viajan con sus cuidadores no parentales, y garantizar el acceso a servicios legales.
  • Invertir en sistemas nacionales sólidos de protección de la infancia para salvaguardar a todos los niños, niñas y adolescentes, incluidos los migrantes y refugiados, de la explotación y la violencia, garantizando el cumplimiento de procedimientos adecuados para determinar su interés superior y promoviendo el cruce fronterizo seguro.