Los seis centroamericanos residían en el área de Houston y según el informe oficial, desde finales de 2010 hasta recientes fechas, conspiraron para facilitar que menores de 18 años participaran en actos sexuales con fines comerciales.
A los menores, hombres y mujeres, los trasladaban a apartamentos para que sostuvieran encuentros sexuales y el grupo compartía las ganancias de estos ilícitos. Según el informe del FBI, la mayoría, sino todas las víctimas, eran extranjeras.
El cargo formal que enfrenta el grupo es “tráfico global de conspiración de menores”, por lo que podrían enfrentar varios años de cárcel y una multa máxima de US$250 mil.
La investigación sugiere que el grupo cobraba unos US$40 por 15 minutos de sexo con las menores, en su mayoría migrantes indocumentadas, que eran obligadas a sostener los encuentros a cambio de no ser deportadas.
Diarios locales precisan que algunas mujeres y niñas eran originarias de México, Honduras y Guatemala.
La sentencia del caso será el próximo 9 de febrero, mientras tanto permanecen bajo custodia federal los seis acusados.