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Experto propone invertir remesas en bonos que a junio alcanzó los US$10 mil 271 millones

El economista Rodrigo Méndez Maddaleno del Banco Centroamericano de Integración Económica expone distintos mecanismos que podrían utilizarse para aprovechar más las remesas a largo plazo.

La recepción de remesas aumentará en US$100 millones más de lo previsto y se espera que al cierre del año alcancen US$10 mil 100 millones. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Economista del BCIE propone inclusión financiera y permitir el acceso al ahorro. (Foto Prensa Libre:Hemeroteca PL)

Guatemala mantiene la tendencia al alza de las remesas, las cuales representan el 20 por ciento del producto interno bruto (PIB), similar a las cifras de los otros países del Triángulo Norte.

Las remesas tienen efectos en la economía en el corto plazo, pero no en el largo, expone Rodrigo Méndez Maddaleno, economista del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Méndez es un economista guatemalteco que lleva a cabo investigaciones en temas de finanzas públicas, migración, competitividad y mercados laborales. Asimismo, tiene experiencia en la implementación de políticas públicas.

El Banco de Guatemala presentó esta semana el reporte de Ingreso de Divisas por Remesas Familiares. De acuerdo con el informe a junio se reportaba que al país recibió US$10 mil 271 millones por ese concepto.

¿Cuál es el comportamiento de las remesas en el Triángulo Norte?

Las remesas son un flujo de dólares bastante grande. En Honduras representan más del 25 por ciento del PIB, y en Guatemala, de acuerdo con el último año, fue del 20 por ciento del PIB, un ingreso considerable comparado con lo que el país produce en un año. Es   una suma muy alta.

Esto subió mucho a partir del 2020 y se notó un cambio en la tendencia de crecimiento de las remesas desde entonces. Ahora se están llegando a cantidades que son máximos históricos, por lo menos desde que se tiene registro para todos los países.

¿Se espera que este año continúe la tendencia?

De momento pareciera que sigue al alza, pero no siempre se va a mantener así. Es cuestión de tiempo, porque depende mucho del desempeño de la economía de Estados Unidos, en particular del empleo y desempleo hispano. En el momento en el que EE. UU. desacelere su economía, la tasa de crecimiento de las remesas podría tender a disminuir.

En este momento eso es lo que estamos viendo según se pudo observar en los últimos dos años. Lo que se dio fueron tasas de crecimiento históricas de doble dígito, aunque se ha ido normalizando un poco.

¿Cuál es el impacto de las remesas?

Es difícil cuantificarlo, pero de acuerdo con la literatura y en términos microeconómicos tiene impacto porque un gran porcentaje de las remesas es para el consumo y muy poco para otras actividades como inversión, emprendimientos y ese tipo de actividades.

También tiene algún efecto sobre la medición de la pobreza.

Si se quisiera medir la desigualdad de ingresos, se estima que esta podría ser un poco menor a lo que sería si no existiera este flujo en los países. Sin embargo, a nivel macroeconómico, cuando uno lo ve desde el crecimiento de los países el efecto es más difícil de medir.

¿Qué mecanismos se pueden utilizar para promover las inversiones y el emprendimiento?

Siempre hay que tomar en cuenta que las remesas, por sí mismas, son un flujo muy personal. Lo que se puede proponer es una mayor inclusión financiera. Aquí solo se recibe la remesa, no se tiene acceso a una cuenta bancaria, de ahorro u otro tipo de instrumentos financieros, lo cual limita el uso de las remesas desde una técnica del efectivo. Aquí es lo cambio y me lo gasto.

Ello contribuiría a que se pueda empezar a presentar la opción y usar una parte para inversiones o emprendimientos.

Con el ahorro se incrementaría. Si se ahorra una pequeña parte de los US$20 mil millones —que se reciben de remesas en Guatemala—, y que de todo el consumo  se ahorrara el 10 por ciento, se estaría hablando de US$1 mil millones. Esto daría más liquidez al sistema bancario para otorgar préstamos, no solo para que el receptor de la remesa se alimente, sino que también tenga opciones de   obtener algún retorno.

¿Hay otro mecanismo, como los microcréditos, con los que ya se tenga experiencia en otros países?

Me parece que sí. No estoy seguro de qué resultados han tenido. Va a depender de las legislaciones —de los países— en cuanto que la idea, por lo general, es usar el flujo de la remesa como un elemento colateral, porque la persona que se quedó —en el país donde recibe la remesa— tal vez no tiene un historial crediticio.

La idea sería ver y estudiar, en términos de tributación y política pública, cómo hacer que con este flujo de remesas se pueda solicitar microcréditos y duplicarlo.

¿Qué legislación o políticas públicas serían necesarias?

Una parte es la inclusión financiera y permitir acceso al ahorro, promoción de fintech —empresas que utilizan la tecnología para mejorar servicios y procesos financieros— y banca tradicional. Con ello se lograría que las remesas se dirijan más a la inversión.

Existe alguna opción que es utilizada en algunos países que se conocen como bonos diáspora. En el caso de Guatemala, El Salvador y Honduras los migrantes podrían comprar bonos, lo cual les va a permitir tener algún retorno. Lo que se hace en algunos países es que esos bonos que se obtengan se dirigen a proyectos de inversión, por lo general, en sus propias comunidades.

Como ha funcionado en algunos países es que el Gobierno tiene una agencia que se encarga de gestionar esta emisión a los mercados internacionales. En algunos países africanos se ha implementado y también hay muchas experiencias en la India y en Israel. El porcentaje de intereses se define según el mercado.

Además, en países como México se han aplicado programas llamados “2x1 o 3x1”, en los cuales se decide invertir en los migrantes y por cada dólar que pone la persona, el Gobierno central y la alcaldía invierten US$2 o US$3 en mejoras en las comunidades.

¿Qué papel desempeña en todo esto el BCIE?

Lo que hace es apoyar las políticas que estén implementando esos países miembros. Tendría que ser con los instrumentos que existen dentro del BCIE para préstamos de inversión o asistencia.

Si se quisiera implementar en Guatemala, en ese caso es el país el que lo decide. El Gobierno está interesado en implementar esas políticas.

ESCRITO POR:

Fátima Najarro

Periodista de Prensa Libre especializada en el Organismo Ejecutivo, fiscalización y política, con varios años de experiencia en medios escritos.