La activista señaló que en estados como Texas, Arizona y California, “hay niños presos en carpas”, en momentos en que la temperatura en esta época sube a 37 grados centígrados y dentro de esas estructuras es mayor el calor.
En tanto, Estados Unidos anunció el sábado que ha reunido con sus familiares a 522 niños inmigrantes que fueron separados de sus padres tras cruzar la frontera con México, la primera consecuencia tangible del decreto que firmó esta semana el presidente estadounidense, Donald Trump.
El Departamento de Seguridad Nacional ofreció esa cifra en un comunicado, en el que da algunos detalles sobre su plan para reunificar a las familias inmigrantes que fueron separadas como consecuencia de la política de “tolerancia cero”, que comenzó a aplicarse en abril.
Según la nota, hasta el 20 de junio, el Departamento de Departamento de Salud y Servicios Humanos tenía a dos mil 53 menores bajo su custodia, aunque solo el 17 % fueron separados de sus padres mientras el 83 % restante corresponde a niños que viajaron solos a Estados Unidos.
Palabras de aliento
“¡Liberen a los niños!”, gritan desde dentro de cárcel para indocumentados en EE. UU.
“¡¿Dónde están los niños?!”, gritaban en coro varias mujeres detrás del muro de la prisión. “¡Queremos a los niños libres!”.
Fue el corto intercambio que sostuvieron el sábado cientos de manifestantes con internos de una cárcel estadounidense para indocumentados en Otay Mesa, en la frontera con México.
“¿Nos escuchan?”, les preguntaban desde afuera. “¿Qué necesitan?”.
Un grupo de reclusos de esta cárcel exclusiva para indocumentados, fue separado de sus niños como parte de la reciente política de “tolerancia cero” del presidente Donald Trump.
“¡Vergüenza!”, “¡Eliminen ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas)!”, “¡No están solos!”, vociferaban unos 500 manifestantes convocados por líderes religiosos.
“Sé que esas familias están sufriendo y es muy duro ver que niños tienen que pasar por el trauma de un centro de detención cuando tienen 10, 5 años”, dijo Erica Leyva, de 24 años, que viajó desde Los Ángeles para unirse a la protesta.
Aunque nació en Estados Unidos, fue detenida brevemente con sus padres indocumentados cuando tenía 4 años.
El viernes, la senadora demócrata Kamala Harris visitó en ese centro de detención a varias indocumentadas que fueron separadas de sus niños.
“Mi corazón está roto, las historias de estas madres demuestran el abuso a los derechos humanos cometido por el gobierno de Estados Unidos. Seguimos en la lucha”, escribió en Twitter.