El más reciente lo hizo ayer viernes 12 de febrero la asistente del presidente Joe Biden y coordinadora de la frontera suroeste de EE. UU., Roberta Jacobson, quien pidió a los migrantes que se encuentran varados México, bajo el programa Protocolo de Protección al Migrante (MPP, en inglés) que no crucen la línea fronteriza hasta que sean admitidos legalmente.
El temor es que los migrantes puedan ser engañados por coyotes quienes pueden cruzarlos por la frontera con la promesa de que esta ya se encuentra abierta, algo que la autoridades de EE. UU. rechazan tajantemente.
“Lo más importante es que no escuchen a traficantes y criminales que les van a decir que la frontera está abierta porque no es así”, enfatizó Jacobson en una conferencia de prensa vía telefónica.
Horas antes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) había anunciado que “a partir del 19 de febrero va a comenzar la fase uno de un programa para restaurar el procesamiento seguro y ordenado en la frontera”.
Añadió que los primeros a ser tomados en cuenta serán aquellos solicitantes que se quedaron varados bajo el polémico acuerdo de MPP, instituido por la administración de Donald Trump a principios de 2019, también conocido como programa Quédate en México.
A través de este programa se envió a casi 70 mil solicitantes de refugio a ciudades fronterizas mexicanas en lo que esperaban su trámite. A la enorme mayoría de los que se les ha escuchado se les ha negado el asilo.
Mensaje
Jacobson añadió: “Solicitamos ayuda de todos ustedes -la prensa-, de gente de oenegés, y de las redes sociales para asegurar de que el mensaje que reciben los migrantes” llegue bien.
“Lo más importante es combatir la desinformación, que ellos -los traficantes de personas- difundan y que quieren convencer a las personas” a animarse a cruzar la frontera sin permiso, añadió la funcionaria.
Jacobson dijo que en total se procesará del MPP cerca de 25 mil solicitudes, aunque dijo desconocer estadísticas por nacionalidad.
En ese sentido, según datos recopilados por la Universidad de Syracuse, Nueva York, del total de solicitudes de asilo de migrantes que fueron enviados a México bajo el MPP, casi 16 mil fueron de guatemaltecos; sin embargo, como miles de peticiones fueron rechazadas se desconocen cifras exactas.
La coordinadora de la frontera sureste enfatizó en que se priorizará a las personas que tienen más tiempo de estar en espera, aunque también se tomará en cuenta a aquellos cuyas vidas corran peligro o que sufran persecución.
Agregó que pondrán a disposición una página web para que las personas consulten cómo está su estatus puesto que su procesamiento será por medio de una cita, que especificará un día y hora exactos. También habilitarán un número de teléfono para aquellas personas que no tengan acceso a internet.
“Lo más importante es no moverse” de los refugios donde actualmente se encuentran, indicó Jacobson, quien añadió que están por iniciar “otros programas” de asilo, aunque no dio mayores detalles.
“El mensaje es que la gente no debe llegar a la frontera, porque si llegan las condiciones se van a deteriorar otra vez y no podemos, quizá, atender a la gente hasta procesar antes a la gente de de MPP”, señaló la funcionaria.
Prueba negativa
Las autoridades estadounidenses recalcaron que están trabajando de manera muy estrecha con el gobierno de México y con organizaciones internacionales y oenegés en la frontera.
Debido a la pandemia las personas que sean trasladadas a Estados Unidos van a ser sometidas antes a pruebas de coronavirus.
Por su parte, el secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, que es el primer latino y el primer migrante en encabezar este departamento, recalcó que el gobierno de Estados Unidos está comprometido a “reconstruir un sistema de inmigración seguro, ordenado y humano”.
“Esta última acción es otro paso más en nuestro compromiso para reformar las políticas migratorias que no están alineadas con los valores de nuestro país”, afirmó Mayorkas en un comunicado.
Trump tuvo durante toda su presidencia la lucha contra la inmigración irregular como una de las marcas distintivas de su gobierno, lo que incluyó sus tenaces esfuerzos por levantar un muro en la frontera y planes como la política de “tolerancia cero” que separó a miles de familias migrantes.
Tras asumir Biden el 20 de enero, su gobierno anunció que revertirá las medidas más polémicas y creó un grupo de trabajo para reunir a las familias que siguen separadas, una política a la cual calificó como “una vergüenza”.
El mismo día de la toma de posesión de Biden, el DHS anunció la suspensión de nuevos registros en el programa MPP y pidió a todos los inscritos “permanecer donde se encuentren” a la espera de ser informados sobre sus casos.