Migrantes

EE. UU. sigue firme en su política de deportar migrantes

DHS reitera que si un indocumentado es sorprendido tras haber ingresado a Estados Unidos sin autorización será detenido y deportado.

Ken Cuccinelli, subsecretario de Seguridad Interna de EE. UU., habla con periodistas en la localidad de Donna, Texas, donde se construye parte del muro. (Foto Prensa Libre: Douglas Tobar)

Ken Cuccinelli, subsecretario de Seguridad Interna de EE. UU., habla con periodistas en la localidad de Donna, Texas, donde se construye parte del muro. (Foto Prensa Libre: Douglas Tobar)

Los programas de asilo con los que cuenta EE. UU. contemplan procesar casos, pero no la permanencia de una persona en ese país, salvo casos excepcionales, mientras en Guatemala las deportaciones siguen rompiendo récords sin que se vislumbre una reducción en el mediano plazo.

Al mismo tiempo que decenas de centroamericanos —a veces cientos— son detenidos a diario en la frontera sur de EE. UU., arriban a los aeropuertos de Guatemala, Honduras y El Salvador aviones transportando deportados.

Esta dinámica que se ha mantenido durante los últimos años se ha recrudecido ahora y —por lo menos hasta que dure la actual administración—  se mantendrá o tal vez empeorará.

Hasta el momento, las autoridades estadounidenses destacan la reducción de hasta el 75% de la migración irregular al comparar los números actuales de detenciones en la frontera sur con los de mayo del año pasado cuando ocurrió una crisis en centros de procesamiento a cargo de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).

Parte de esa disminución se atribuye a los programas de asilo que EE. UU. firmó con México y Guatemala, llamados Protocolo de Protección al Migrante (MPP, en inglés) y Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA).

Otro factor que influyó decisivamente fueron los acuerdos de seguridad signados con los mismos países, sobre todo el que se alcanzó con México, mediante el cual este país se ha encargado de evitar el paso de migrantes que buscan llegar a EE. UU.

Así, mientras las detenciones de migrantes en la frontera sur de EE. UU. disminuyeron hasta en un 75% de mayo a diciembre del año pasado, las deportaciones de Centroamericanos desde México aumentaron 34% en el mismo lapso.

Un migrante es documentado por la Patrulla Fronteriza en un centro de procesamiento. (Foto Prensa Libre: Cortesía CBP)

1. Programa Quédate en México

 

Hasta antes del 2019 existió en EE. UU. la práctica conocida como “captura y liberación”, mediante la cual un migrante que cruzaba sin autorización la frontera podía pedir asilo y la CBP lo dejaba en libertad dentro del país en lo que se resolvía su situación judicial.

Pero las cosas cambiaron a partir de inicios del 2019.

Después de que no tuvo el efecto disuasivo deseado la política Tolerancia Cero, mediante la cual se separó a miles de niños de sus padres que viajaban para pedir asilo, el gobierno de EE. UU. comenzó a analizar opciones, fue así como nació el Protocolo de Protección al Migrante (MPP, en inglés) más conocido como Quédate en México.

En este se incluye a personas de cualquier nacionalidad, menos hondureños y salvadoreños, que llegan a la frontera y aseguran que tienen miedo de volver a sus países de origen. Estos migrantes pasan primero por una entrevista de “miedo creíble” con un oficial del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis, en inglés) donde exponen las razones de su temor.

Si el oficial determina que no hay un temor fundado, pero a pesar de ello el solicitante insiste en que tiene miedo de volver a su país, se judicializa el caso, y en lo que las cortes lo citan y resuelven si aprueban o no su petición son devueltos a México.

Los migrantes que logran que sus solicitudes de asilo sean procesadas por EE. UU. son llevados a un albergue temporal. (Foto Prensa Libre: Cortesía CBP)

 

MPP entró en vigor en enero del año pasado y a la fecha han sido devueltos a las distintas ciudades fronterizas mexicanas 61 mil migrantes que solicitaron asilo, entre ellos 15 mil 230 guatemaltecos.

Según organizaciones humanitarias, el tiempo en que un caso es resuelto puede tardar años.

Los solicitantes de protección esperan la resolución en albergues a cargo del gobierno mexicano, aunque en teoría, deberían incorporarse a la vida productiva y social de esas ciudades, con todas las cargas que eso implica, salud, empleo, educación y seguridad.

2. Acuerdo de Cooperación de Asilo

 

Igual o más controversial que MPP fue el ACA, acuerdo firmado entre EE. UU. y Guatemala en julio del año pasado.

A diferencia del primero, en este programa de asilo el Gobierno de EE. UU. no procesa los casos ni los judicializa y aplica solo para ciudadanos de El Salvador y Honduras, quienes de llegar a la frontera sur y afirmar ser víctimas de persecución en su nación de origen se les envía a Guatemala —que hace el papel de un tercer país seguro— para que pida protección a ese gobierno.

Henry Lucero, director ejecutivo adjunto de ERO-ICE

Ya en suelo guatemalteco el migrante decide si se acoge al mismo o si prefiere ser retornado a su país.

De noviembre pasado hasta el 3 de marzo, EE. UU. devolvió a Guatemala bajo el acuerdo ACA, a 789 personas, 489 hondureños y 300 salvadoreños, de los cuales menos del 2% solicitó protección a las autoridades guatemaltecas.

3. Programa Pacer

 

El programa Pacer, que no es más que las siglas en inglés de Acceso Público de la Corte de Expedientes Judiciales Electrónicos, y que consiste en revisiones rápidas de solicitudes de asilo, está reservado para aquellas personas que logran fundamentar su miedo ante el oficial de asilo de Uscis.

“Si tienen un reclamo válido se les deja entrar al país, no quiere decir que nadie está entrando a EE. UU. Lo que estamos diciendo es que ahora hay un proceso para que un juez escuche el caso, y el migrante no tiene que esperar dos o tres años en el limbo”, afirmó al respecto el oficial de la CBP, Oscar Escamilla.

Si son admitidos en este programa las personas son trasladados hacia un albergue temporal bajo la responsabilidad de CBP, en lo que se resuelve su situación. La decisión de a quién se incluye en MPP o en Pacer dependerá del oficial de asilo de Uscis.

Destaca reducción

El subsecretario del Departamento de Seguridad Interna (DHS, en inglés) de EE. UU., Ken Cuccinelli, explicó que los programas de asilo han logrado una disminución de hasta 75% de los cruces ilegales, lo cual ha impactado a las bandas de traficantes de personas que antes llevaban a sus víctimas a la frontera para que se entregaran y solicitaran asilo.

“Llegar a la frontera y pedir asilo no te garantiza entrar a EE. UU.”, advirtió el funcionario estadounidense durante la vista que hizo a Donna, Texas, donde se construye una parte del muro divisorio con México, y donde instó a los centroamericanos a no “ponerse en riesgo siendo parte de una caravana”.

Dos hondureñas al llegar a la frontera muestra una denuncia por extorsión que presentaron en su país. Pese a estas evidencias, es muy complicado que un ciudadano de ese país obtenga asilo en EE. UU. Lo más probable es que sea enviado a Guatemala bajo el acuerdo de ACA.  (Foto Prensa Libre: Sergio Morales)

 

Cuccinelli explicó que los programas de asilo califican a la gente para una posible protección del gobierno estadounidense y han agilizado el procesamiento de estas solicitudes.

Por su parte, Henry Lucero, director ejecutivo de la división de Operaciones y Remociones (ERO, en inglés) afirmó que más de siete mil personas de esa dependencia se dedican actualmente a hacer cumplir las leyes de inmigración.

“Nuestras fronteras no están abiertas para la inmigración ilegal. Si trata de venir ilegalmente será arrestado y deportado, algo que está pasando más rápido ahora”, aseveró, al tiempo que aseguró la deportación de familias se ha incrementado en un 80%.

Cuccinelli añadió que por mucho tiempo los coyotes dijeron a los migrantes que podían quedarse en EE. UU. si solicitaban asilo o si venían con un niño, pero es algo que ya no ocurre porque la política captura y liberación “ya se acabó”.

Sigue migración

 

Sin embargo, pese a todas las medidas ejecutadas por EE. UU. la migración parece indetenible. Las deportaciones de guatemaltecos desde ese país son un indicador de ello, puesto que al cabo de los primeros dos meses de este año retornaron ocho mil 593 guatemaltecos, 257 más que el mismo periodo del año pasado.

Esto demuestra que las personas siguen atravesando de forma irregular la frontera sur.

Además, dentro de EE. UU. hay personas que ayudan a estos migrantes ilegales, posiblemente ciudadanos estadounidenses. Según los propios agentes de CBP, algunos coyotes conocen mejor las rutas que los propios oficiales y ganan millones de dólares al cobrar hasta US$8 mil por un cruce ilegal.

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