Desde octubre del 2018, cuando se dio el masivo y violento ingreso de migrantes en territorio mexicano por el paso fronterizo de Ciudad Hidalgo, las cosas han cambiado.
Desde esa época, los residentes de esa ciudad mexicana perciben que los índices de inseguridad han aumentado, y lo atribuyen a la presencia de extranjeros que deambulan por las calles.
Descontento
Según Ernesto Riviera, propietario de una venta de electrodomésticos, el comercio es una de las principales actividades de esa ciudad fronteriza; sin embargo, los disturbios y saqueos que los extranjeros provocaron meses atrás originaron una relativa baja en las ventas.
“Desconfío de ellos. Ahora no se sabe en qué momento arman un lío”, expuso Riviera.
“Para los migrantes, un celular es oro. Te acechan, y en el momento menos pensado te arrebatan el teléfono, de noche se ha vuelto inseguro salir”, comentó Domingo Sandoval, vecino de la ciudad fronteriza.
Héctor España, vecino de la zona central de esa ciudad considera que el gobierno de México debe expulsar a los migrantes y no ofrecerles trabajo.
“Ya lo decía Vicente Guerrero –– la patria es primero, pero ahora es al revés, primero los migrantes, eso no es posible”, subrayó España.
Ninguna autoridad municipal ni del gobierno mexicano reconoce que luego de que el presidente Donald Trump exigió a México frenar el flujo migratorio en la frontera sur con Guatemala, en las últimas semanas la presencia del Ejército y de las Policía Federal en las carreteras y calles de Tapachula es notoria.
Mejor futuro
Cuatro de los hijos de Miriam Espinoza, piden dinero en el parque central, ella con su hija mayor ofrecen a las mujeres trenzarles el cabello por unos pocos pesos.
“Cobramos desde 100 hasta 300 pesos, entre todos juntamos a veces 500 pesos, ese dinero nos sirve para comprar algunas cosas”, contó Espinoza.
Espinoza y sus hijos no abandonarán el albergue donde pernoctan, para continuar su travesía al norte necesitan tener la visa humanitaria.
“Queremos llegar a San Luis Potosí, nos dicen que allá hay trabajo y vamos a estar mejor. Si no podemos llegar a Estados Unidos, México será mi nueva casa”, expresó la hondureña.
Mohamed, es originario de Ghana, llegó hace dos meses a Tapachula y confiesa que para internarse en México entró por Guatemala por un camino de tierra.
El ghanés, habla poco español, pero explicó que está angustiado por el embarazo de su esposa.
“No sé qué pasará con nosotros, los alimentos nos caen mal, el clima es bueno, pero pienso en mi hija de 8 años y el bebé”.
Agobiado por no tener trabajo en Honduras y con la esperanza de lograr la visa humanitaria mexicana, Jesús Barahona, de 32 años, ruega a Dios porque su situación mejore en México o Estados Unidos le permita ingresar con su hijo Jesús Samuel Barahona López, de 7 años.
“Me estoy jugando la vida por el futuro de mi hijo. Allá en Honduras hay pobreza, aquí estamos mejor, pero hay que seguir para arriba, el objetivo es el norte”, acotó Barahona.
En Tapachula no existe las redadas de indocumentados, en cambio, las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) desde el momento que detectan a migrantes en Ciudad Hidalgo o Tapachula, les ofrecen comida y trasladarlos a un albergue, posteriormente les ofrecen una visa humanitaria que les permitirá movilizarse dentro de México.
Tapachula tiene al menos cinco albergues donde viven unos cinco mil migrantes de diferentes nacionalidades.
Los centros más grandes son la Estación Migratoria Siglo XXI y las instalaciones de la Feria Internacional Mesoamericana, escenario hace una semana de un intento de escape de migrantes haitianos.
Rechazan presencia
El jueves pasado, según una encuesta publicada por el diario El Financiero, el porcentaje de mexicanos que cree que se debe cerrar la frontera a los migrantes pasó del 54% al 63% en dos semanas.
La cantidad de mexicanos que apoya el cierre de frontera creció coincidiendo con las medidas migratorias establecidas a inicios de junio por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador luego de las amenazas arancelarias del presidente estadounidense, Donald Trump.
La encuesta refleja que ha disminuido hasta 35 % el porcentaje de personas que cree que hay que apoyar a los migrantes y facilitarles el paso hacia Estados Unidos.
Un 75% de los mexicanos está de acuerdo con que se deporte a los migrantes centroamericanos que pasen por el territorio nacional sin documentos.
Por otra parte, el 68% de los encuestados valoró positivamente la medida de enviar a agentes de la Guardia Nacional a la frontera sur para controlar esta problemática.
Pide no migrar
Kevin McAleenan, secretario interino de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, envió un mensaje a los guatemaltecos para que no traten de ingresar a ese país porque “no hay garantía” de que lo van a lograr.
“Esta es una llamada para todos los guatemaltecos: por favor, deben saber que no hay garantía de que ingresarán a los Estados Unidos, independientemente de si trae un niño o no. “Los procesos (para ingresar a los EE. UU.) son muy largos y usted arriesgará su vida y la de sus hijos”, aseguró.
McAleenan hizo el llamado en respuesta a una publicación del Gobierno de Guatemala en Twitter sobre un recorrido en la frontera que hicieron McAleenan en compañía de la canciller Sandra Jovel, el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, y Patricia Morales, esposa del presidente Jimmy Morales.
Los funcionarios viajaron a la frontera sur de EE. UU. a verificar la situación en la que se encuentran los migrantes guatemaltecos.
Esta semana, el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart reveló que trabaja en la posibilidad de que Guatemala se convierta en un “tercer país seguro” para acoger a migrantes mientras resuelven su petición de asilo a Estados Unidos.
Degenhart indicó que Guatemala actualmente “no tiene la totalidad de los recursos” para recibir a los migrantes bajo esa figura, por lo que Estados Unidos “está viabilizando ese apoyo”.