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Sus expresiones apuntan a que se trata de una estrategia para incentivar el miedo entre la comunidad inmigrante y trascender ante los demócratas.
Lo que persiste y se ve claramente son sus cambios de postura.
El viernes último, luego de insistir en la redada por tanto tiempo, Trump indicó a reporteros en la Casa Blanca que los movimientos empezarán “bastante pronto”, aunque dijo que prefiere llamarle remociones y no redadas.
“Estarán empezando bastante pronto, pero yo no les llamo redadas, estamos removiendo personas, toda esta gente que ha venido por los pasados años de manera ilegal”, indicó Trump.
El discurso sobre el megaoperativo parece cambiar cada semana sino en cuestión de días.
La primera vez que la administración mencionó concretamente las redadas, se indicó que empezarían el 23 de junio. Los objetivos de estos procesos en unas 10 ciudades serían hasta 2,000 familias que ya tienen casos abiertos de deportación, declararon las autoridades.
Pero un día antes, el presidente tuiteó que pospondría el proceso por dos semanas para ver si los líderes del Congreso (republicanos y demócratas) se ponían de acuerdo sobre temas migratorios clave.
“A solicitud de los demócratas, he demorado el proceso de remover inmigrantes ilegales (deportación) por dos semanas para ver si los demócratas y los republicanos pueden reunirse y encontrar una solución a los problemas de asilo y cruces en la frontera sur. Si no, ¡comienzan las deportaciones!”, dijo Trump.
Posteriormente, Trump comenzó a ubicar la fecha de las redadas en algún momento después del feriado del 4 de Julio.
“A menos que hagamos algo bastante milagroso, pero a los demócratas me parece que quieren tener fronteras abiertas. Vamos a eliminar a un gran número de personas”, dijo el presidente.
También mencionó que las redadas vendrían “a partir de una semana después, en algún momento después del 4 de julio”, y luego agregó que “al final de la segunda semana estaremos eliminando personas, eliminándolas legalmente”.
Esta semana, volvió a insistir en lo mismo.
“Después del 4 de julio, mucha gente va a tener que salir”, indicó a periodistas.
El presidente explicó que los agentes de ICE “los van a detener y llevar de vuelta” a sus países.
“Tenemos un gran sistema para eso, y ha sido muy efectivo y será muy efectivo”, dijo el presidente. “Entonces, la gente que viene puede que esté aquí por un tiempo corto, pero van a irse, van a regresar a sus países. Se van a casa”.
Hoy, es 6 de julio, y hasta esta fecha, no se tienen reportes de detenciones desde ninguna de las ciudades mencionadas por Trump como foco de intervención.
Lo que se tiene certeza al momento es de la deportación esta semana de 40 indocumentados (tres de éstos hispanos), convictos por delitos, quienes ya tenían órdenes finales de remoción.
Mientras el juego de palabras continúa, los inmigrantes, la mayoría que no ha cometido delito alguno, tratan de manejar el temor por el fantasma de las redadas, mientras organizaciones en defensa de este sector informan sobre herramientas en derecho en caso de una visita de “La Migra”.
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