La controversia en torno a los deportados de Estados Unidos durante la emergencia por el coronavirus continúa, a pesar de que por ahora los vuelos están suspendidos.
El diario informó que ICE somete a los guatemaltecos a un examen de salud, como la toma de temperatura, pero no se les practica la prueba para determinar contagios del coronavirus.
Si hay personas que no pasan el examen, son enviados a instalaciones de esa agencia para otro monitoreo. Especialistas y funcionarios han asegurado al diario angelino que esos exámenes son insuficientes porque hay muchos portadores del virus que son asintomáticos.
La Cancillería de Guatemala reporta 43 migrantes confirmados de coronavirus. La información habla de dos vuelos de deportados, el 26 de marzo, donde 13 dieron positivo, y el 13 de abril, con 30. Hasta ahora, en toda Guatemala, hay 214 casos registrados de la enfermedad.
Junto a la suspensión los gobiernos revalidan los exámenes a las personas que fueron expulsadas de Estados Unidos. Jenny Burke, portavoz de ICE, dijo a Los Angeles Times que funcionarios del Centro de Control de Enfermedades (CDC) están en Guatemala para esa tarea. Carlos Sandoval, secretario de comunicación de la Presidencia, dijo que el Laboratorio Nacional de Salud, encargado de las pruebas de covid-19, hará ese cotejo de datos junto a sus pares estadounidenses.
“Una vez que los resultados estén disponibles, ICE determinará si debe reevaluar los procedimientos médicos actuales con la guía de los CDC para garantizar que se implementen las prácticas recientemente necesarias”, dijo Burke a Los Angeles Times.
Según el diario, informes sugieren que hay muchos más casos de coronavirus entre los migrantes bajo custodia del gobierno de Estados Unidos, y potencialmente en Guatemala en general, de lo que se reconoce públicamente.
ICE ha confirmado cien casos de coronavirus de entre las 32 mil personas que están bajo su custodia, aunque está comenzando a hacer pruebas limitadas en los centros de detención a su cargo.
El 18 de marzo último, en los primeros días de la emergencia sanitaria, cuando Guatemala registraba ocho casos de coronavirus, el presidente Alejandro Giammattei dijo que la administración de Donald Trump haría certificados que garantizarían que los compatriotas no eran portadores del virus.
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Días después, el 3 de abril, Giammattei contradijo al Ministerio de Salud al enfatizar que no había guatemaltecos deportados positivos de coronavirus, a pesar de que los registros divulgados por las autoridades sanitarias ya tenían dos casos, e insistió en que Estados Unidos certificaba que cada migrante enviado no estaba contagiado.
Incluso Mauricio Claver-Carone, asesor especial del presidente de Estados Unidos Donald Trump, afirmó a CNN que dicho país no deporta a migrantes que estén contagiados de covid-19 a sus países de origen, y sí están enfermos, pasarán la cuarentena bajo custodia.
A eso se suma otra controversia, cuando el ministro de Salud, Hugo Monroy, dijo que entre el 50 y 75 por ciento de los compatriotas deportados durante esta emergencia estaban contagiados y que era necesario que Estados Unidos se asegurara que los guatemaltecos retornados no estaban enfermos, pero horas después cambió la versión y señaló que solo se había referido a un vuelo en particular.
Junto a la emergencia sanitaria se ha desatado otra polémica, donde las comunidades han mostrado rechazo a los guatemaltecos que, una vez deportados, debían guardar cuarentena en sus hogares o debían ser trasladados a centros sanitarios si eran positivos de covid-19.
Lo anterior forzó a las autoridades, la Iglesia católica y sectores sociales a no estimagtizar a los migrantes por ser portadores del virus, mucho menos a causarles daño, como se temió en cierto momento esta semana en Quetzaltenango, donde comunidades rodearon un centro de recepción de migrantes a la espera de resultados de exámenes de coronavirus. Cabe destacar que la población migrante es un pilar de la economía al punto que en 2019 envió más de US$10 mil 500 millones en remesas a sus familiares.
El gobierno de Guatemala no ha escapado a los cuestionamientos pues fue polémica la instalación de un centro de recepción de migrantes en el aeropuerto internacional la Aurora esta semana. Giammattei, quien pidió a los críticos que dejen trabajar a su administración, dijo que ese espacio fue utilizado temporalmente porque no había lugar donde mantener reunido ese grupo en tanto había resultados de los exámenes. Posteriormente ese grupo fue trasladado, siempre de manera temporal, al albergue Ramiro de León Carpio en la zona 13.