Los ministros de Exteriores de México y del Triángulo Norte de Centroamérica se reunieron en Washington para sellar en un memorando un mecanismo oficial de coordinación de sus consulados en EEUU que permita ampliar el intercambio que ya existe.
Los cuatro países, con importante migración hacia Estados Unidos, han dado este paso ante el “miedo” que ha generado entre sus comunidades “la narrativa electoral” en el país norteamericano, con el discurso antiinmigrante como uno de los pilares de la campaña de Trump.
“La idea es crear una red de trabajo para poder actuar con un menor margen de error para garantizar la protección de los derechos de los migrantes”, indicó Morales.
“Tenemos que estar preparados por si algo llegara a ocurrir, pero lo que va a pasar no lo vamos a saber hasta después del 20 de enero”, añadió.
Morales prefiere no entrar en especulaciones sobre lo que hará o no hará Trump y esperar a su investidura, el próximo 20 de enero, pero, eso sí, “preparados”.
“Toda crisis genera una oportunidad y la retórica que se ha construido en torno al proceso electoral lo que nos ha permitido es la oportunidad de fortalecer el servicio consular”, señaló.
Guatemala tendrá desde enero 19 consulados en Estados Unidos, cuando hace cinco años tenía 8, al tiempo que ha reforzado sus servicios con más empleados locales en sus oficinas.
“Estamos aprovechando esta situación que se nos presenta primero para fortalecer la relación con la comunidad, decirle a todos los guatemaltecos que tenemos que estar unidos, organizados, juntos, bien identificados donde estamos”, informó.
“Y segundo estamos compartiendo contactos -con los consulados de México, Honduras y El Salvador- de organizaciones de protección de inmigrantes, organizaciones religiosas, legales, de alcaldes, jueces locales y de instituciones públicas”, agregó.
En EE. UU. viven unos tres millones de guatemaltecos y el 80 por ciento de las familias en Guatemala reciben remesas de sus parientes en el país norteamericano.
Esas remesas ascenderán este año, según Morales, a un total de US$7 mil millones de dólares, al tiempo que el 40 % de las exportaciones guatemaltecas tienen como destino Estados Unidos.
Guatemala confía en mantener su “relación privilegiada” con Estados Unidos durante el Gobierno de Trump y, por ello, la instrucción de su embajadora en Washington es la de “tejer los mejores lazos” con el nuevo Ejecutivo.
En esa relación diplomática, la inmigración es el “punto número uno” para Guatemala.
“Para ellos -el Gobierno Trump- es el tema de la seguridad, porque Centroamérica ha sido corredor de drogas, de tráfico de armas y personas, pero hemos dado pasos importantes con el apoyo de Estados Unidos”, defendió.
En ese sentido, Guatemala espera que Estados Unidos continúe contribuyendo con fondos al Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, para el que el Congreso ya aprobó una partida de US$750 millones.
“Esperamos que Estados Unidos nos apoye, pero la responsabilidad primera es nuestra. Si viene ayuda fenomenal, pero si no, igual tenemos la obligación de desarrollar nuestros países”, indicó.
Sobre la promesa de Trump de deportar a unos 2 o 3 millones de indocumentados en situación irregular con historial delictivo, Morales subraya que “los guatemaltecos no son delincuentes”.
De los 3 millones de guatemaltecos en Estados Unidos, 4.000 “tienen problemas con la ley”, según cifras oficiales consultadas por el diplomático.
“Quisiera que no hubiera ninguno, lo lamento mucho, pero es una cantidad relativamente pequeña”, concluyó.
