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De acuerdo con una nota de Univisión, Malinek cobraba miles de dólares por el viaje a otros guatemaltecos y luego los retenía en su casa y los obligaba a trabajar.
El 26 de marzo de 2019, el Buró Federal de Investigación (FBI) rodeó su vivienda en Chicago y rescató a 33 migrantes guatemaltecos, entre los cuales había 14 niños.
En la casa, la Policía encontró una libreta con las deudas de los migrantes y la forma en que las iban pagando.
La guatemalteca, de 50 años, aprovechó su ciudadanía estadounidense para cobrar miles de dólares a sus compatriotas.
De acuerdo con la cadena noticiosa, esta semana fue sentenciada a seis años y seis meses de cárcel, y les deberá pagar a sus víctimas US$112 mil 545.
Las pesquisas comenzaron gracias a un obrero que rompió el silencio, y en secreto le contó a otro compañero que vivía hacinado en el sótano de una casa junto a varios inmigrantes, pero que temía denunciar porque estaba amenazado por la propietaria.
Tras la captura de la mujer, uno de los testigos guatemaltecos que cayó en su trampa, dijo que acordó pagarle a la mujer US$14 mil por llevarlo a Estados Unidos en el 2018, pero que al llegar, Malinek le dijo que su deuda había subido a US$18 mil, por lo que debió conseguir trabajo pronto para empezar a pagarle el dinero.
Otro guatemalteco contó que la mujer le cobró US$7 mil por ayudarlo a cruzar la frontera con su hijo. Cuando llegó, el hombre le suplicó que le ayudara también a llevar a EE. UU. a su otro hijo y a su esposa, para lo cual le cobraría US$30 mil.
Mientras trabajaban duro para pagar la deuda, dormían hacinados en el mismo sótano con todos los inmigrantes.
Entonces Malinek le dijo que los ayudaría a arreglar su situación y que frecuentemente les cobraba US$50 por supuestas citas y entrevistas que tenía con la Oficina de Inmigración, lo cual era falso, también.