Su sucesor, Joe Biden, asumió en enero de 2021 con la promesa de restaurar el sistema de asilo, pero dos años más tarde las cosas siguen igual y luego de finalizado el Título 42 —norma de salud que permitía las deportaciones exprés—, se plantean nuevas restricciones que hacen casi imposible que una persona pueda acceder a asilo.
Organizaciones que defienden los derechos de los migrantes en EE. UU. ya han presentado acciones legales en contra de las nuevas normas de asilo, que buscan un retorno al proceso legal anterior que permitía a una persona que ingresaba en los puertos de entrada pedir asilo y exponer su caso.
Nueva restricción
Ahora, de acuerdo con la nueva normativa, cualquiera que ingrese será considerado presumiblemente inelegible para pedir dicho alivio migratorio.
Fuera de ser un menor de edad no acompañado, las excepciones para poder optar son pocas y demasiado rígidas.
Una de las excepciones requiere que un solicitante, antes de llegar a los puertos de entrada de EE. UU., haya transitado por un tercer país, pida asilo y le sea negado. O bien sea, que compruebe que no pudo utilizar el mecanismo de citas para concertar una en un puerto de entrada.
La normativa dice que esta presunción de inelegibilidad es “refutable”, es decir, una persona tiene que demostrar que la norma no debe aplicársele porque atraviesa “circunstancias excepcionalmente apremiantes”, por ejemplo, demostrar que se sufre de una emergencia médica que amenaza la vida o que se ha sido víctima de una forma grave de trata de personas.
A criterio de Julie Bourdoiseau, abogada del Centro de Estudios de Género y Refugiados, estas excepciones son “una barrera casi imposible de superar”, entre otros factores, porque la nueva regla dicta que la circunstancia apremiante debe estar ocurriendo en el momento que se ingresa a EE. UU. no tiempo atrás, y debe relacionarse con la persona que entra o con alguien que lo acompaña.
“Debe ser una amenaza eminente, de violación, secuestro, tortura o asesinato, en el momento que se cruza la frontera, eso no incluye amenazas generalizadas. No se puede decir, ‘México es muy peligroso’”, explicó la abogada.
Otra forma de refutar laa presunción de inelegibilidad es demostrar que se es víctima de una forma grave de trata de personas, como esclavitud sexual o servidumbre involuntaria. No se puede argumentar que se sufrió de tráfico de personas por un coyote. La pregunta que se hacen los activistas es ¿cómo se demuestran estos vejámenes, y que se sufren justo en el momento de cruzar la frontera?
Dylan Corbett, Instituto Fronterizo Esperanza
Aplicación
Otra de las limitantes que ven diversas organizaciones es la dificultad que supone utilizar la aplicación CBP-1, la única forma para concertar una cita en un puerto de entrada de EE. UU.
Miguel Ángel Lugo, miembro de la oenegé Comité Internacional de Rescate, indicó que se habilitan mil citas diarias en ocho puertos de entrada, lo cual es insuficiente para los miles de solicitantes de asilo que están en la frontera norte de México.
El sistema, de manera aleatoria, asigna citas y las personas deben estar atentas a sus dispositivos y consultar la aplicación para confirmarla en las 23 horas siguientes después de ser agendada ya que de lo contrario se perderá la oportunidad.
Otra limitante es que, geográficamente, a la aplicación solo se puede acceder si se está en el centro o norte de México, dijo Lugo. Asimismo, otro problema es el desconocimiento de cientos de personas de cómo se utiliza esta tecnología. “Hay quienes que ni siquiera tienen un correo electrónico”, añadió.
Julie Bourdoiseau, Centro de Estudios de Género y Refugiados
Poca información de centros de procesamiento
Las organizaciones también se quejan de la poca claridad que hay acerca de los centros para el procesamiento de migrantes, anunciados por EE. UU., a ser instalados, en principio, en Guatemala y Colombia.
En ese sentido, cabe destacar que el propio Gobierno de Guatemala asegura que no conoce a profundidad la iniciativa estadounidense y que Washington no ha hecho una solicitud formal.
De lo poco que se sabe, está el que serán centros para solicitar ingresar al programa de refugiados de EE. UU. o para otros alivios migratorios como visas de trabajo o programas de reunificación familiar, y que, aparte de EE. UU. también se podrá viajar a Canadá y España.
También que se aplicará en línea y que más de 140 funcionarios examinarán a las personas para determinar si reúnen los requisitos para el programa de refugiados de EE. UU.
“Necesitamos más información sobre el funcionamiento, cuáles serán los criterios de elegibilidad, los tiempos de procesamiento y qué pasará con aquellos que no clasifiquen para ninguna opción”, enfatizó María José Espinosa, directora ejecutiva del Centro para la Democracia en las Américas.
Nuevas barreras
Dylan Corbett, director ejecutivo del Instituto Fronterizo Esperanza, refirió que, aunque la nueva política de inmigración de la administración Biden “está vestida con el lenguaje neutral de incentivos y desincentivos, es un duro golpe para el compromiso de EE. UU. con el asilo”.
Añadió que esta medida “resultará en dolor y muerte” ya que los nuevos procedimientos “continuarán negando a las personas el acceso a asilo en EE. UU.”
“Estas nuevas barreras seguirán obligando a la gente a esperar una oportunidad para entrar en EE. UU., dejándoles esperar en las mismas condiciones inhumanas en las que muchos ya han pasado semanas y meses atrapados bajo la política anterior”, subrayó Corbett.