En el estadio municipal se reunieron familiares, autoridades locales e indígenas para rendir honras fúnebres a quienes buscaron llegar a suelo estadounidense, pero fueron masacrados por criminales el 22 de enero.
Sobre los ataúdes se colocaron banderas de Guatemala, además que familias portaron fotografías de las víctimas del asesinato.
Al principio del acto hubo una bienvenida póstuma para los jóvenes migrantes, para quienes hubo aplausos.
“Es injusto que los jóvenes no tengan posibilidad de trabajar aquí. Es injusto que las familias tengan que separarse por años”, denunció el padre José Luis González Miranda, cuya intervención fue traducida al mam.
“Estos hermanos nuestros quisieron ir al norte para dar una mejor vida a su familia y sus amigos. Eso es lo primero que debemos recordar”, agregó.
La tristeza también traspasaba a los vecinos. “No es justo lo que han hecho con estos jóvenes, que tenían sueños, aspiraciones y quería ayudar a su familia, porque en este país no hay oportunidades. Ellos son héroes para nuestro pueblo”, comentó Amílcar López, vecino de Comitancillo.