Sobre dicho estudio y otras intervenciones institucionales presentamos la siguiente caracterización de los flujos migratorios actuales y desafíos para la institucionalidad.
1. Motivos y perfiles de quienes migran
A pesar de que continúan desarrollándose los patrones tradicionales de migración interna y transfronteriza, gradualmente se han ido sustituyendo por la emigración hacia los Estados Unidos.
Esta es una tendencia predominante en la actualidad y se refleja en un mayor ingreso económico para las familias guatemaltecas a través de las remesas.
Las causas son cada vez más mixtas; sin embargo, predominan las motivaciones económicas —mejora en los ingresos, búsqueda de empleo— y la reunificación familiar en Estados Unidos.
En el altiplano occidental guatemalteco la migración presenta una maduración en el tiempo y la experiencia. El capital social acumulado entre las comunidades de origen y destino facilita la migración de grupos familiares e incluso grupos comunitarios —teoría de causalidad acumulativa—.
El flujo migratorio guatemalteco se encuentra compuesto principalmente por hombres adultos; sin embargo, en los últimos años se percibe cada vez más un flujo de unidades familiares y menores no acompañados —indicios de ello los encontramos en los datos de detenciones en la frontera suroeste de Estados Unidos y los eventos de deportación registrados en Guatemala.
No deje de leer | Migración: una historia de guerra, pobreza y desastres
2. Dinámicas de expulsión y factores socioeconómicos
El XII Censo Nacional de Población mostró que han existido fuertes condicionamientos estructurales, de base económica, en los procesos de emigración internacional.
Los departamentos de Huehuetenango, Quetzaltenango, Quiché, San Marcos, Sololá, Baja Verapaz y Jutiapa presentan los niveles de mayor intensidad emigratoria internacional, cerca del 60% de todos los emigrados durante el período 2002-2018.
Se observa un fuerte incremento de la intensidad emigratoria a partir de la segunda década del siglo XXI (2010-2019).
Durante este proceso migratorio se confirma el fuerte peso de la emigración masculina proveniente de grupos de población indígena y de zonas rurales. Asimismo, la disminución de la migración en departamentos como Guatemala y un aumento en Petén, provocada por la ampliación de la frontera agrícola. Hay otros factores como el aumento de la PEA rural, poca disponibilidad de tierra y opciones laborales alternas a la agroexportación.
3. Tendencias en municipios expulsores
- a) Consolidación de la industria del coyotaje, aumento en el costo del viaje —“viaje especial” hasta US$15 mil 600 y “viaje hasta la frontera” de US$1 mil 950— y en las tasas de interés —20% mensual—.
- b) Aumento de la migración de mujeres y de menores de edad.
- c) Incremento y agravamiento de los peligros para los migrantes en la ruta migratoria.
- d) Aparición de nuevas formas de migración, como las caravanas de migrantes.
- e) Expansión de redes étnicas/comunitarias en EE. UU.
- f) Efecto demostración y migración como búsqueda del ascenso social.
4. Efectos de políticas anti-inmigratorias
Las medidas restrictivas a la migración irregular por motivos de seguridad de la agenda migratoria, acciones de militarización en la frontera y las deportaciones masivas han impactado en la migración guatemalteca de la siguiente manera:
- a) En la disminución de la circularidad y la postergación del retorno;
- b) Dificultades para el proceso de reunificación familiar en EE. UU.;
- c) Mayor vulnerabilidad en la ruta migratoria;
- d) Círculo vicioso: deuda-deportación- reemigración;
- e) Acumulación de las demandas de asilo y refugio en las fronteras sur de EE. UU. y de México.
5. Desplazamiento forzado interno y refugio
Entre los motivos del desplazamiento forzado interno están:
- a) La violencia perpetrada por el crimen organizado, las pandillas y la delincuencia;
- b) Ciertos proyectos empresariales a gran escala —minería, grandes hidroeléctricas o la expansión de la agroindustria y la ganadería—;
- c) Los efectos de eventos naturales o climáticos como huracanes, tormentas, erupciones volcánicas, terremotos, sequías e inundaciones.
Ante la amenaza y el riesgo, las personas huyen para protegerse, primero dentro de Guatemala, y en casos extremos huyen del país. Solo en ocasiones buscan la protección internacional, como en los últimos años lo demuestra el aumento en las solicitudes de refugio y asilo en Estados Unidos y en México, o los desplazamientos forzados de las llamadas “caravanas de migrantes”.
Desafíos y recomendaciones
Urge una política del derecho a no migrar y la reintegración. Abordar seriamente las causas estructurales de la migración.
Hasta el momento no existen a nivel gubernamental acuerdos, protocolos, políticas ni programas para el abordaje integral del retorno y la reintegración ni políticas sociales que eviten la migración forzada.
Entre los desafíos que enfrentan están:
- a) Oportunidades laborales descentralizadas;
- b) Capacitación financiera y empresarial;
- c) Educación y certificación a nivel técnico;
- d) Acompañamiento psicológico y/o psicosocial;
- e) Potenciar el liderazgo, la participación política y la vocación de servicio a la comunidad.
Hasta este momento la institucionalidad y las políticas públicas han sido dispersas y respondido a coyunturas específicas como la “crisis humanitaria” de la niñez migrante en 2014 o a las “caravanas de migrantes” en 2018.
Se destaca el avance que propició el Estado de Guatemala con la aprobación del Código Guatemalteco de Migración (Decreto 44-2016), ya que constituye un modelo jurídico de vanguardia por su enfoque en Derechos Humanos y seguridad humana.
También, el interés legislativo por la reforma del Consejo Nacional de Atención al Migrante.
- No obstante, estas medidas son insuficientes para la envergadura que obliga a miles de guatemaltecas y guatemaltecos a buscar mejores condiciones de vida fuera de Guatemala, y es por ello que se recomienda:
- a) Fortalecimiento y acoplamiento de la institucionalidad pública según la legislación vigente;
- b) Coordinación interinstitucional para alcanzar soluciones integrales y sostenibles que modifiquen las causas estructurales que generan dichas realidades;
- c) Profesionalización de los funcionarios públicos;
- d) Elaboración de una política pública integral que rija las diversas actuaciones institucionales para los diversos flujos migratorios;
- e) Fortalecer el poder local e integrarlo a esfuerzos que busquen el desarrollo territorial integral que incluya a la población migrante y sus familias.
En otras palabras, el camino por seguir es el fortalecimiento de la Autoridad Migratoria Nacional como ente rector de la problemática migratoria, para lograr una mayor coherencia del marco legal y el actuar interinstitucional en esta materia.
***
Texto elaborado por el subprograma sobre Movilidad humana y dinámicas migratorias del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT).