“El movimiento de personas se desintegró”, informó a la AFP Alejandra Mena, vocera del Instituto Guatemalteco de Migración.
En la víspera, Mena había informado que la policía guatemalteca había retenido en el departamento oriental de Izabal, cerca de la frontera con Honduras, a unos 200 migrantes que habían entrado al país con la intención de ir a Estados Unidos.
Ahora, según la funcionaria, unas 80 personas han podido seguir adelante en pequeños grupos por tener los permisos migratorios para transitar por Guatemala, mientras que el resto tuvo que regresar a Honduras.
De este país había salido el sábado una caravana inicial de más de 500 personas, principalmente venezolanos.
Según medios locales, los migrantes salieron a pie desde la ciudad hondureña de San Pedro Sula, al norte del país, con destino a la localidad guatemalteca de Corinto, en la frontera con Honduras.
Según Mena, esta era la primera caravana de migrantes que había partido de Honduras hacia Guatemala en 2024.
“Se trata de un flujo migratorio mixto conformado por migrantes de diferentes nacionalidades”, detalló el sábado en X, antes Twitter, Allan Alvarenga, director ejecutivo del Instituto Nacional de Migración de Honduras.
Desde 2018 los migrantes hondureños forman caravanas de miles de personas para tratar de cruzar a pie Guatemala y México rumbo a Estados Unidos.
A estos grupos se les suelen unir otros migrantes que llegan desde Sudamérica y que también buscan el llamado “sueño americano”.
Algunos han cruzado la inhóspita selva panameña del Darién, en la frontera con Colombia, una ruta por la que transitaron, agobiados por la pobreza y la violencia en sus países, más de medio millón de migrantes en 2023.