Pero los hondureños que atraviesen la frontera se toparán con un plan estructurado por varias entidades guatemaltecas para cortarles el paso y deportados de vuelta a Honduras; es decir, el país se convertirá en el primer gran obstáculo por superar.
Desde octubre del 2018 cuando se formó la primera caravana, las autoridades han identificado que sus integrantes transitan principalmente por dos rutas. La primera que entra por la frontera El Corinto, Puerto Barrios, Izabal, hasta llegar al punto fronterizo de El Ceibo, en Petén.
La segunda ruta es la de los migrantes que ingresan por Agua Caliente, Esquipulas, Chiquimula; llega a la capital, y luego sobre la carretera al Pacífico se enruta hasta llegar a ciudad Tecún Umán, San Marcos.
El viernes pasado, el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) presentó el plan de contingencia ante el inminente ingreso de la movilización que se prevé, podría ser más grande que las más recientes, disueltas en octubre y diciembre del año pasado, y que integraban más de tres mil hondureños.
En qué consiste
“A lo largo de las dos rutas plenamente identificadas se contará con puntos estratégicos donde habrá puestos de control”, apuntó el director del IGM, Guillermo Díaz.
- Estas son las rutas utilizadas por los migrantes hondureños
Añadió que a la par de estos puestos se colocarán centros de atención y protección al migrante para las personas que se detecten con insolación o deshidratación, lo cual “le da un enfoque más humanitario” al plan.
“Ahí encontrarán agua y comida para pasar el momento mientras se desarrolla el procedimiento de expulsión y el regreso a la frontera por donde ingresaron, pero utilizando buses y no camiones”, resaltó Díaz.
El funcionario prevé que, según información de inteligencia de Guatemala y Honduras, la caravana será integrada por unos cinco mil a ocho mil migrantes y que irrumpirá en las fronteras, por lo cual advirtió que todo aquel que ingrese de manera irregular será expulsado.
Debido al Convenio Centroamericano de Libre Movilidad (CA-4), para que un hondureño pueda ingresar a Guatemala basta con mostrar su documento de identidad y registrar su entrada al país con Migración, mientras que los menores de edad sí deben portar pasaporte y viajar con ambos padres.
Por la pandemia del coronavirus, se añadió el requisito de presentar una prueba negativa de covid-19, PCR o de antígeno.
No será la última
Analistas consultados coinciden en que es muy probable que se formen más caravanas en los próximos meses, puesto que los factores que causan las expulsiones en Guatemala, Honduras y El Salvador se han agravado a raíz de la pandemia y por las tormentas tropicales Eta e Iota.
El más reciente informe del Banco Mundial refiere que la economía de Honduras se contrajo en 2020 un 9.7%, el decrecimiento más fuerte de Centroamérica después de Belice, lo que se ha traducido en cierre de empresas y pérdida de miles de empleos.
Por aparte, los daños causados por las tormentas tropicales de noviembre en ese país se cifran en US$1 mil 879 millones, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
Jahir Dabroy, analista en temas migratorios, considera que al viajar en caravana los migrantes pueden reducir significativamente los costos del viaje, por tal razón estas movilizaciones “estarán vigentes al menos unos años más”.
“Es de esperar que continúen estas movilizaciones masivas porque mantenemos una precariedad en la calidad de vida”, subraya el analista. A la economía, ya de por sí deteriorada, se le suman los efectos del covid-19, los fenómenos naturales y la histórica corrupción que ha llevado a países como Guatemala y Honduras a ser considerados narcoestados, agregó.
Aparte, la emergencia del coronavirus impactó más fuerte a la economía informal a la cual se dedica la mayor parte de estas poblaciones, arriba del 70 por ciento.
José Luis González, Red Jesuita con los Migrantes
Situación en Honduras
Carlos Sierra, coordinador del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos de Honduras, explicó que las condiciones de pobreza violencia y falta de oportunidades en su país “siguen intactas”, lo que ha impulsado la migración de familias completas, cuando hasta hace unos años, era solo el padre del hogar el que hacía el viaje.
Aunque no descarta que una de las motivaciones para viajar en grandes grupos sea el ahorro de recursos, más bien considera que el migrante hondureño también migra de esta forma porque siente una mayor percepción de seguridad. “Recuerde las denuncias de abusos de policías y bandas criminales”, subraya.
Representantes de los gobiernos de México, Guatemala, El Salvador y Honduras se reunieron el pasado lunes en la frontera de El Corinto para hablar de aspectos relacionado con la caravana.
Después de la reunión emitieron un comunicado en el cual se comprometieron a proteger los derechos humanos de quienes migran a quienes instan a hacerlo de una forma “segura, ordenada y regular”; además, reafirman el compromiso de abordar el fenómeno desde un punto de vista integral y desde el principio de responsabilidad compartida.
Pero el sacerdote José Luis González de la Red Jesuita con los Migrantes considera dicho pronunciamiento “un poco hipócrita” puesto que, a su juicio, quienes participaron en la reunión representan a gobiernos que no han hecho nada para fomentar la migración regular, es decir, para que esta no sea forzosa.
“Aquí lo que hay es una irresponsabilidad compartida por los gobiernos. Que bonito es hablar de migración ordenada, segura y regular, pero no hacen nada para que esto se produzca”, cuestionó González.
“Son gobiernos que se sientan a hacer un documento bonito, políticamente correcto, pero ¿qué hacen para atender las causas de la migración? ¿Cómo puede ser que haya casas inundadas dos meses después de los huracanes y la gente no tiene ayuda?”, cuestionó, al referir que muchos de estos hondureños afectados, sin duda, formarán parte de las caravanas.
Derechos Humanos
Los entrevistados coinciden en que los derechos humanos de los migrantes deben respetarse y esperan que no se criminalice la movilización.
González no duda de que el endurecimiento de las medidas obedezca al deseo de quedar bien con EE. UU. y teme que eso repercuta en el trato que se le dará a la caravana, como en octubre pasado cuando el presidente Alejandro Giammattei decretó estado de prevención en ciertas regiones del país por dicha movilización.
“Ojalá no ocurra esa cacería de migrantes que hubo. El año pasado hasta hacían la invitación para que se denunciaran a las personas sospechosas de ser migrantes, eso es increíble”, subrayó.