Los tres tomaron la decisión de viajar a ese territorio para mejorar sus ingresos económicos, pagar deudas, proteger a sus hijos y escapar de amenazas de muerte debidas a la inseguridad prevaleciente en Guatemala.
“No importa el estado donde estés, la preocupación es la misma. Mi esposa lee todas las noches por internet, para informarse de los cambios y me los comenta, pero persiste la incertidumbre por lo que viene”, relató Obdulio Mateo, guatemalteco que viajó hace 10 años desde Quiché a Los Ángeles, California.
Agregó: “Soy sincero, mi mayor preocupación es dejar a mis hijos si me deportaran, pero además temo regresar a Guatemala y no hallar trabajo. Mis hermanos me cuentan que la situación está peor que antes de que me viniera”.
La mayor preocupación de los connacionales surge por las nuevas normas migratorias anunciadas por el presidente de esa nación norteamericana, Donald Trump, una semana después de haber tomado posesión.
María Siu, quien también radica en ese estado desde hace 17 años, manifestó que su preocupación es no conseguir trabajo, por no contar con un respaldo. “En realidad no he aplicado para algún permiso de trabajo. Entonces, si no lo obtuve antes, ahora es imposible… Prácticamente, sin un amparo es difícil encontrar un empleo”, añadió.
La connacional comentó que al no tener ingresos, la situación los obligaría a regresar a Guatemala y dejar a sus hijos. “No me importaría regresar, el problema es que mis hijos están pequeños y se quedarían solos”, señaló.
Dispuesta a esperar
Judith González radica en New York desde hace seis meses. Llegó en busca de asilo, debido a las amenazas de muerte de parte de su exesposo.
Aunque sabe que su caso es diferente, le preocupa que las normas le afecten.
No obstante, contó que prevalecen las dudas y que esa situación ha obligado a algunos amigos a comprar boletos para regresar a Guatemala sin ser detenidos. Pero no pierde el ánimo: “Lo mejor es esperar”, comentó.