La caravana, cuya convocatoria fue hecha a través de las redes sociales, salió aproximadamente a las 7.10 horas desde la Plaza Salvador del Mundo, a donde algunos llegaron la noche del martes.
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Los salvadoreños buscan alcanzar a los más de 700 migrantes hondureños que salieron el pasado lunes de su país y el martes cruzaron la frontera con Guatemala con la intención de llegar a EE.UU., a pesar de las fuertes medidas de seguridad implementadas en las fronteras de esa nación por órdenes de Trump.
La caravana, primera que sale en 2019 y en un día en que se conmemora el 27 aniversario de los Acuerdos de Paz que puso fin a 12 años de guerra civil (1980-1992), se dirige al occidente de El Salvador y es acompañada por efectivos de la Policía Nacional Civil (PNC).
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Uno de los integrantes de la caravana, quien quiso ser identificado simplemente como Armando, comentó que tomó la decisión de viajar con su grupo familiar integrado por 8 personas, entre ellas 2 menores de edad, por “la falta de oportunidades que brinda el país”.
La quinta caravana de migrantes salvadoreños inicia en estos momentos su viaje rumbo a Estados Unidos. En la caravana van unos 15 niños acompañados de sus padres o familiares. Van escoltados por la @PNC_SV Video: Marvin Recinos. pic.twitter.com/s8cNRumSmD
— elsalvador.com (@elsalvadorcom) January 16, 2019
“Este país está para la gente que tiene dinero y vive cómoda pero nosotros los pobres tenemos que salir (…) es difícil dejar El Salvador pero no queremos volver por la situación que vivimos”, manifestó.
Antes de partir, los salvadoreños fueron abordados por personal de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), quienes entregaron mapas e información de albergues a los que pueden acudir.
“Decidimos viajar porque aquí, por vivir en una zona de inseguridad, desconfían de uno y no le dan trabajo”, declaró Franklin Martínez, de 34 años, acompañado de su pareja Zaraí y su hija Camila, 2.
Martínez intentó sobrevivir transportando personas en un microbús pirata al no encontrar trabajo formal, pero desistió por “las multas constantes” que le imponía la policía.
Jonathan Ramos, de 30 años, expresó que “la primera opción” es llegar a Estados Unidos, pero si esa meta no es posible, se quedará en “México trabajando” gracias a que ese país ofreció permisos laborales.
La viceministra para Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín, también llegó a la Plaza Salvador del Mundo para advertir a los migrantes los riesgos a los que se pueden enfrentar en el camino hacia los Estados Unidos.
“Nuestra labor es desalentar la migración y ofrecer las oportunidades que, como Gobierno de El Salvador, estamos ofreciendo. Sin embargo, estas personas ya decidieron salir del país y no está demás advertirles que Estados Unidos no los dejará entrar”, dijo la funcionaria.
Magarín señaló que ninguno de los miles de migrantes que en octubre pasado emprendieron viajes en caravanas “han logrado entrar a los Estados Unidos” y se encuentran en Tijuana, México, “esperando un proceso que no se sabe cuando se concretará”.
Más de tres mil salvadoreños, entre ellos menores y mujeres, comenzaron desde finales de octubre del año pasado un viaje en caravanas con rumbo a Estados Unidos, similar a las realizadas por miles de migrantes hondureños, con lo que huyen de la violencia, la pobreza y el desempleo.
De acuerdo con los registros de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), entre las razones que motivan la migración irregular en El Salvador se encuentran la búsqueda de mejores condiciones de vida, la reunificación familiar y la violencia.
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