Desde que se implementó el ACA más de 800 ciudadanos de esas naciones han llegado a Guatemala desde EE. UU., país que les negó la opción de asilo; sin embargo, apenas 14 han optado pro solicitar protección al Estado guatemalteco.
Pero, a pesar de que los propios salvadoreños y hondureños son quienes deciden si se acogen al sistema de asilo de Guatemala al ser deportados desde EE. UU., cerca del 90 por ciento de los migrantes que han sido entrevistados por organizaciones humanitarias han expresado sentir temor de regresar a sus lugares de origen por la violencia y persecución, según lo expuesto pro Bassu.
“Entonces no podemos sacar la conclusión de que esas personas no tenían necesidad de protección hay otras —conclusiones— que se pueden sacar, por ejemplo, que no tenía la información necesaria para quedarse en Guatemala o que no consideran a este país un lugar donde encontrar seguridad”, expuso a Prensa Libre el funcionario internacional.
Sin embargo, para EE. UU. la mayoría de migrantes de Honduras y El Salvador viajan al norte por razones económicas y no de seguridad, argumento que sirvió de base para impulsar el convenio con Guatemala.
Para Bassu, puede haber varias conclusiones del porque la mayoría ha rechazado quedarse en Guatemala “pero no es fácil” quedarse con una.
Agregó que el gobierno anterior “no hizo mucho para implementar su parte del acuerdo”, por lo cual “preocupa mucho” que las personas que han regresado solo hayan tenido 72 horas para decidir si se acogen al sistema de asilo de Guatemala o no, puesto que muy probablemente no han tenido la información necesaria para tomar una decisión.
Bassu también mostró preocupación porque durante la administración pasada no hubo “arreglos humanitarios”, como albergues para los migrantes, alimentación o acceso a los servicios de salud y se dejó a las organizaciones de la sociedad civil “rellenar ese vació” que tendría que ser responsabilidad del Gobierno, según ACA.
Respecto a las capacidades que tiene el país para recibir a los peticionarios bajo el ACA, Bassu reconoció que “claramente no existen las condiciones necesarias” Y urgió al Estado de Guatemala a extender el plazo de 72 horas para que los migrantes tomen la decisión de retornar a su país o quedarse, así como darles más asesoría sobre las opciones que tiene para sentirse seguro.
“Es urgente darles el trato humanitario necesario, un albergue ofrecido por el Estado, ayuda psicosocial, salud… De verdad falta mucho”, recalcó el representante regional de Acnur, quien confía en que el nuevo gobierno que ha mostrado “buena voluntad” pueda echar a andar estas acciones.
- Centroamericanos trasladados a Guatemala por ACA
Honduras | |
---|---|
Hombres | 137 |
Mujeres | 179 |
Niños | 91 |
Niñas | 116 |
Subtotal | 523 |
El Salvador | |
Hombres | 68 |
Mujeres | 132 |
Niños | 54 |
Niñas | 61 |
Subtotal | 315 |
Total | 838 |
“No somos parte de ACA”
Bassu también afirmó que Acnur no es parte del acuerdo ACA, y que EE. UU. ha financiado a esa oficina de la ONU, pero para apoyar el marco de acción que tiene en Centroamérica en el cual los gobiernos se han comprometido a fortalecer las respuestas de protección de personas. “No podemos decir que no tenemos que ver con la temática de ACA, pero no somos parte”, enfatizó.
Destacó que en los últimos meses ha habido una aceleración de los procesamientos de solicitudes de asilo, las cuales a la fecha suman alrededor de mil, 700 de las cuales se recibieron entre el 2018 y 2019; sin embargo, aún hay “varios retos a nivel social, económico y de seguridad” que superar, alguno de ellos son de fondo.
Para Bassu el número de mil solicitantes de asilo “todavía es pequeño”, pero si el número aumenta “será más difícil de absorber”.
¿Quién los recibe?
El sacerdote Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante, confirmó que la mayoría de los hondureños y salvadoreños que son deportados a Guatemala bajo el acuerdo ACA son enviados a la organización que él dirige, y que, al llegar, los migrantes les han confirmado que sienten temor de regresar a sus países.
De los 823 que han sido enviados de vuelta a Guatemala hasta el 9 de marzo, unos 700 han sido albergados en la Casa del Migrante durante las 72 horas que tienen para decidir si piden asilo en este país o se regresan a Honduras o El Salvador, depende la nacionalidad del migrante.
Verzeletti añadió que estos migrantes, de los cuales cada día reciben entre 10 a 30, afirman que Guatemala no es el destino que esperaban para sentirse protegidos puesto que, por la cercanía con Honduras y El Salvador, fácilmente las estructuras criminales que los persiguen pueden hallarlos.
Por esta razón, añadió el sacerdote, “muchos intentan regresar a EE. UU. ya que no les queda otra alternativa” y muy pocos regresan a sus países de origen.
Una vocera del Instituto Guatemalteco de Migración indicó que tanto esa organización como el Refugio de la Niñez son “aliados estratégicos” del Estado y brindan ese apoyo a los retornados.