En la charla, Triggs habló de las preocupaciones que tiene Acnur por la eminente reactivación en EE. UU. del programa Quédate en México, así como por las deportaciones de migrantes que han ingresado a Guatemala por El Ceibo, Petén, sin ninguna orientación ni apoyo, las cuales no van acorde a las leyes internacionales.
También lamentó el rompimiento de los sistemas de asilo en algunos países y a la vez subrayó que solo con fuertes inversiones en las poblaciones se puede frenar la migración irregular.
¿Cuál es el objetivo de su viaje a Guatemala?
La razón primaria es por las circunstancias muy especiales que hay en México, Guatemala y El Salvador que están incrementando de manera exponencial el número de reclamos para asilo. Estamos preocupados porque la frontera de EE. UU. efectivamente está cerrada y están retornando a las personas, muchas de las cuales requieren o tienen derecho a protección. También para entender mejor esta región y poder trabajar mejor con los gobiernos y con grupos basados en la fe, oenegés locales y grupos comunitarios que saben dónde están las necesidades de la gente.
¿Qué impresión se lleva de estos días de gira por Guatemala?
Para empezar, veo un país rico, precioso, con un ambiente delicioso, pero luego aterrizamos a la realidad. Como Acnur vemos el desplazamiento de muchos, creemos que hay personas que son desplazadas de forma forzada dentro de país por muchas razones, persecución, violencia criminal, violencia sexual, pobreza y falta de oportunidades. Los problemas han sido exacerbados por el covid-19 y hay muchísimas crisis para proteger a las personas. Nos preocupa el aumento del número de personas que piden asilo y el hecho de que la mayoría no van a ser admitidas en EE. UU. Aparte, Guatemala lidia con personas que pasan de largo de El Salvador y Honduras, aunque ahora vemos un número significativo de Haití.
¿Qué soluciones considera Acnur que pueden implementarse?
Una de ellas es invertir en estabilizar a las poblaciones e integrar a las personas para darles mejores oportunidades de empleo y medios de vida en general. En las Naciones Unidas y Acnur lidiamos con emergencias, pero tenemos que pensar en el largo plazo, entonces trabajamos con instituciones financieras locales para buscar invertir en el desarrollo del país y responder a la pobreza y ver la falta de oportunidades en el corto plazo.
Hablando de la coyuntura, EE. UU. está por reactivar el programa Quédate en México ¿Qué piensa de eso?
El principio fundamental de Acnur es que todos tienen derecho a reclamar asilo en cualquier país y todo país está bajo la ley internacional y pueden dar acceso a su territorio para que la persona solicite asilo. Ahora, EE. UU. con el MPP —Protocolos de Protección al Migrante, en inglés— está irrumpiendo con esa decisión. Entonces, sin entrar a discutir lo técnico del MPP nuestra posición de incidencia es que nosotros le solicitamos —a EE. UU.— que abra sus fronteras para que permita a las personas reclamar asilo.
Con las deportaciones exprés que están enviando a El Ceibo, la gente dice que no ha tenido oportunidad de pedir asilo ¿Cómo ve eso?
Es correcto. Cuando una persona ingresa de manera irregular a un país tiene derechos a pedir asilo. Si han sido detenidos y sacados del país, en este caso a Guatemala, y no se les da la oportunidad de levantar la mano y pedir asilo… Es un incumplimiento de las obligaciones de EE. UU. y México de considerar un reclamo de asilo. Nosotros sugerimos que las personas retornadas sin resguardo de sus derechos legales es un incumplimiento de la ley internacional y eso nos preocupa muchísimo.
¿Qué piensa del hecho de que estas personas han sido abandonadas sin ningún apoyo casi en medio de la selva?
También nos preocupa que sean enviadas a partes remotas del país donde no tienen ningún apoyo, ahí muchas oenegés y organizaciones comunitarias han dado soporte, pero ese apoyo debería ser proporcionado por los gobiernos, ellos son los responsables. Otra cosa que nos preocupa es que los ponen en aviones y la gente cree que serán enviados y procesados de forma normal en EE. UU. y al aterrizar en México y luego ser enviado a Guatemala los afecta terriblemente, se traumatizan porque ellos pensaban que podrían hacer un reclamo de asilo —en EE. UU.—. Vamos a hacer incidencia para que se adopten los procesos adecuados.
¿Incidencia quiere decir que tendrán acercamiento con los países?
Sí. Nosotros tenemos discusiones con cualquier gobierno que actúen de una manera que se arriesga a violar los principios. Lo hacemos con cualquier país que falle en los dos principios: reclamo a asilo y la prohibición de retornar a una persona a un lugar donde van a sufrir persecución y violencia, es decir, el principio de no retorno. Si lo están incumpliendo con la Convención del Refugiado de la ONU.
¿Qué futuro ve para la migración y los solicitantes de asilo en la región, duramente afectada por la pandemia y los fenómenos climáticos mientras los países se cierran?
Es un momento sumamente difícil porque tenemos crisis de protección por muchas razones, clima, pandemia, conflictividad y muchos riesgos de derechos humanos básicos para millones de personas. Por el momento vemos políticas restrictivas en muchas partes del mundo.
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Vamos a tener que encontrar una manera de invertir y alentar a las personas que de alguna manera son desplazadas de manera forzosa a quedarse donde están, pero dándoles paz, inversión, trabajo, buena gobernanza y leyes, eso es lo que vemos, pero por el momento miramos un rompimiento de los sistemas donde los países están negando derechos fundamentales de protección y donde construyen paredes y donde las naciones están viendo solo hacia adentro.
¿Quién debe encabezar estos esfuerzos para dar mejores condiciones de vida en las comunidades?
Necesitamos liderazgos políticos en las comunidades en los países y liderazgo regional, ver más colaboraciones entre grupos para que trabajen juntos, la visión para esa colaboración está en el Pacto Global sobre Refugiados que fue acordado en 2018, no es un documento legal, pero esencialmente habla de compartir la responsabilidad de las personas desplazadas en el país o a nivel internacional.
La lista de conflictos es larga en el mundo, Afganistán, los rohinyás, problemas en Mozambique… Por eso necesitamos líderes fuertes de EE. UU., China, Europa y por supuesto en América Latina, queremos ver más colaboración porque nunca vamos a resolver estos problemas de manera unilateral un solo estado no puede hacerlo.
