Los agentes realizaron controles en puntos de tránsito como aeropuertos, estaciones de autobuses y puestos fronterizos.
Según un balance preliminar, se detuvieron a 268 personas sospechosas de estar implicadas en tráfico ilícito de migrantes, trata de seres humanos o delitos relacionados, como falsificación de documentos y delitos sexuales.
Un total de 9 mil 15 migrantes irregulares fueron identificados y se rescataron a 128 mujeres y dos hombres víctimas de trata de seres humanos.
La mayoría de las víctimas de la trata procedían de Colombia y Venezuela. Muchos migrantes de todas partes del mundo que se dirigían a Norteamérica fueron interceptados en Centroamérica.
Fue el caso en particular en México con 2.400 migrantes procedentes de América (Venezuela, Cuba), África (Angola, Burkina Faso, Guinea y Etiopía) y Asia (Bangladés y Nepal).
En el caso de Guatemala se hicieron operativos, al igual que en Bolivia, Perú, Paraguay y Brasil, pero no se han dado detalles puntuales sobre los resultados puntuales del país.
En Nicaragua, la policía detectó a más de 2.000 migrantes procedentes de Asia, África, Haití y Ecuador que querían viajar a Estados Unidos o Canadá.
En Honduras fue detenida una mujer de 30 años sospechosa de estar implicada en la explotación sexual de tres menores.
Las autoridades de El Salvador detuvieron a varias mujeres sospechosas de explotar sexualmente a sus propios hijos, entre ellos una niña discapacitada.
“La trata de seres humanos y el tráfico ilícito de migrantes son industrias delictivas que mueven miles de millones de euros, financian a los grupos de delincuencia organizada más peligrosos del mundo y violan los derechos humanos de sus víctimas”, declaró el secretario general de Interpol, Jürgen Stock, citado en el comunicado.
“Las historias que escuchamos sobre la explotación de migrantes en todo el mundo en operaciones como Turquesa IV son desgarradoras”, añadió.
La operación fue financiada por el ministerio canadiense de Asuntos Mundiales.