El debate contra Ríos Montt y José Mauricio Rodríguez Sánchez, ex jefe de Inteligencia Militar (G-2), llegó ayer a la cuarta audiencia. Doce testigos declararon ayer ante el Tribunal Primero A de Alto Impacto.
Por medio de los testimonios, el Ministerio Público intenta convencer a los jueces de que el Ejército, a cargo de Ríos Montt, es responsable de una serie de atrocidades en Santa María Nebaj, San Juan Cotzal y San Gaspar Chajul, región conocida como Triángulo Ixil.
“Nos escondimos”
Las declaraciones empezaron a las 8.30 horas, al igual que los días anteriores. Cecilia Sánchez Sánchez, de 50 años de edad, fue la tercera persona que testificó ayer.
Recordó que el 9 de septiembre de 1982 ingresó el Ejército en la aldea Vijolom 3, Santa María Nebaj.
“Eran unos hombres vestidos con ropa de color verde pino. Ellos mataron a mi esposo —José Brito Sánchez—, así me contaron unos amigos. Murió mucha gente. Yo tuve miedo y me llevé a mis hijos —José, María y Teresa— y nos escondimos en la montaña”, relató.
José era su hijo mayor, tenía 8 años. Murió en la montaña cuando una avioneta militar atacó el área. “Había un instrumento que volaba y que lanzaba bombas”, expresó.
Teresa, quien en aquella época era una bebé, hoy tiene 37 años y aún vive en Quiché, dijo Sánchez.
En 1989, la testigo encontró los huesos de su esposo después de una exhumación en Vijolom 3.