Agentes de la Subdirección General de Análisis e Información Antinarcótica (SGAIA), de la Policía Nacional Civil (PNC), fueron alertados y pidieron Romero Girón que se sometiera a un examen en el Body Scanner, un aparato que detecta objetos en el cuerpo, pero este se negó.
Luego de practicarle un examen manual los agentes sospecharon que el hombre tenía “cuerpos extraños” dentro de su organismo por lo que los trasladaron al Hospital de la PNC, para hacerle una radiografía.
Luis Girón pretendía viajar a Washington, fue detenido en el aeropuerto La Aurora por llevar pepas c/posible heroína pic.twitter.com/fGrNwgZj8S
— PNC Guatemala (@PNCdeGuatemala) February 10, 2016
Médicos del centro asistencial realizaron el procedimiento y confirmaron que dentro del sistema digestivo de Romero Girón habían un número no determinado de capsulas.
Ante la evidencia, el hombre indicó a los agentes de la PNC que había ingerido 80 capsulas y que desconocía que era lo que tenían en su interior.
Hasta las 13 horas de este miércoles Romero Girón había expulsado de forma natural 40 capsulas, la PNC ya practicó una prueba toxicológica de campo y la sustancia dio positivo para heroína.
El hombre sigue en el centro asistencial con custodia policial y se espera que termine el proceso de expulsión de las capsulas previo a llevarlo al juzgado correspondiente.
Método utilizado
A las personas que transportan droga de esta forma se les denomina “mulas”, según la PNC, usualmente los traficantes los utilizan para no ser capturados ellos mismos y tener el mayor beneficio económico.
Las personas tragan las capsulas, generalmente hechas con globos de látex, condones o pedazos de guantes quirúrgicos, que contienen la sustancia, para luego recuperarla a partir de una evacuación fecal.
La mula típicamente recibe un pago que es poco comparado con el valor de la mercancía que lleva en su organismo, pero que al parecer es mucho dinero para alguien de escasos recursos, por lo que muchos aceptan hacer esto porque piensan que es una forma fácil de hacer dinero.
Aunque parece fácil, es una práctica sumamente riesgosa pues la persona puede morir en menos de tres horas si una de las capsulas se rasga o revienta cuando está en su sistema digestivo.
En los últimos tiempos los traficantes utilizan a mujeres embarazadas para que lleven las drogas en el cuerpo, pues ellas por norma no pueden ser sometidas a exámenes de rayos equis; sin embargo, el riesgo es mayor debido a que el feto y ellas pueden morir.