Por dar un ejemplo el delito de extorsión contempla sanciones entre 10 y 15 años, con la salvedad que puedan considerarse agravantes que puedan ampliar las penas hasta cinco años.
En Guatemala la pena por extorsión oscila entre seis y 12 años, si algún pandillero salvadoreño mantiene esas actividades ilícitas en el país y es ligado a proceso, su paso por la cárcel será menor.
“Por un lado allá en El Salvador las penas contra pandillas son más drásticas, ellos huyen porque son buscados por la justicia salvadoreña y vienen acá a Guatemala”, dijo Julia Barrera.
Pero no solo llegan quienes están siendo buscados por la justicia salvadoreña, existen otros motivos que causan la migración, inclusive de los cabecillas de estas estructuras del crimen.
“Aparte son quienes no tienen órdenes de captura y se vienen a Guatemala a realizar coordinaciones a nivel local y a nivel de los dos países, estamos hablando de cabecillas de las pandillas”, agregó Barrera.
Las investigaciones de las fiscalías han evidenciado la migración de pandilleros que es constante entre los tres países, aunque es mayor la cantidad de salvadoreños expulsados que la de guatemaltecos, dijo Jorge Aguilar el vocero de la Policía Nacional Civil (PNC).
Los más buscados
Según Jorge Aguilar la batalla contra las pandillas llevó a los tres países a crear el Centro Antipandillas Transnacional (CAT) que mantiene coordinaciones entre los entes policiales, por medio del cual comparten información de las investigaciones.
Continúe leyendo
“Hay mejor comunicación, El Salvador dio información de sus 100 más buscados y en Guatemala se han capturado a ocho de ellos, pero también se han detenido en Honduras, México y Estados Unidos”, dijo Aguilar.
Además las investigaciones de la PNC han determinado que en muchos casos los pandilleros usan Guatemala como un punto de tránsito para el trasiego de armas.
“El año pasado se detiene a unos pandilleros que compraban armas a cárteles del narcotráfico en México y luego las llevaban a El Salvador, pero no se quedaban en Guatemala, solamente hacían la compra”, dijo Aguilar.
La PNC mantiene alertas en los puntos fronterizos con El Salvador para tratar de impedir la migración de pandilleros, en esos lugares operan a través del CAT y con apoyo de la Interpol para efectuar las expulsiones a la brevedad.
Expulsiones
A propósito del tema, tres prófugos de la justicia salvadoreña con órdenes de captura a nivel internacional, se encontraban en Guatemala y fueron expulsados durante la última semana.
Uno de ellos fue identificado como Vilis Ernesto Cabrera Enríquez de 31 años, salvadoreño, supuesto integrante y cabecilla de la pandilla Teclas Locos Salvatruchas, a quien apodan Esparky o Payaso Bily.
El detenido es sindicado de coordinar operaciones de la pandilla entre Chimaltenango y El Salvador, además de los delitos de asociación ilícita. En su país tiene una orden de captura desde el 2008 por el delito de homicidio agravado.
Cabrera Enríquez fue detenido ayer en la zona 5, durante operativos de prevención situacional ejecutados por la Policía Nacional Civil.
Anoche en la 11 avenida y 11 calle de la colonia La Verbena, zona7, fue capturado José Roberto Sánchez, salvadoreño, de 41 años, quien fue identificado a través de su pasaporte.
La PNC detectó que Sánchez tiene una orden de captura internacional por estar sindicado en su país de tenencia y portación de drogas.
Sánchez posee varios tatuajes, pero ninguno característico de las pandillas que operan en El Salvador, detalla el informe de la PNC.
Otro caso es el de Milton Alberto Aguilar Sanabria, alias el Colocho, también de origen salvadoreño, guardaba prisión en la cárcel de Jutiapa cumpliendo una condena por agresión sexual, fue dejado en libertad el 11 de agosto, pero expulsado del país por un requerimiento de El Salvador. Era esperado por la justicia salvadoreña para enfrentar proceso por el delito de homicidio agravado imperfecto y atentado.
Aguilar fue dejado en libertad y de inmediato trasladado a la frontera de Valle Nuevo en Jalpatagua, Jutiapa, por donde fue expulsado de Guatemala y entregado al Centro Antipandillas Internacional de El Salvador.