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Por su parte Pérez Molina es implicado como un cabecilla de la estructura, que se dedicaba a la defraudación aduanera en Puerto Quetzal.
La intención de separar del proceso al juzgador surgió de la entrevista realizada en 2016 por Prensa Libre.
Según el abogado, César Calderón, cuando a Gálvez le preguntaron ¿Qué piensa de que la defensa de varios señalados lo llama el juez de la Feci –Fiscalía Especial contra la Impunidad-?. Gálvez respondió “No tan de la Feci”.
“Es un juez de la Feci, en algún porcentaje, pero es de la Feci”, expresó Calderón ante los magistrados de la Sala que decidirá el futuro del proceso. El defensor citó una doctrina sobre la imparcialidad que indica que un juez no debe hacer comentarios que afecten el resultado del proceso.
“No estuviéramos aquí si el propio juez no emite sus declaraciones”, secundó Pérez Molina los comentarios de su defensa.
El expresidente también aprovechó para arremeter contra el fiscal Francisco Sandoval, por supuestamente haber dado declaraciones a medios de comunicación.
Sandoval respondió y rechazó las declaraciones del señalado como cabecilla de La Línea. Calificó como un litigio de “caprichos y antojos” las acciones del defensor.
“No es mi intención atrasar el proceso, busco un proceso independiente”, remarcó Pérez Molina.
Los magistrados resolverán si Gálvez sigue al frente del caso a las 13 horas
Niega recusación
Gálvez aclaró que la mención en Prensa Libre no es causa para aceptar la recusación planteada.
Esta situación hace que la etapa intermedia del caso La Línea se mantenga suspendida y sin fecha para comenzar la etapa procesal.