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Migración: el largo y tortuoso camino de los migrantes en su paso por México
Las historias de los migrantes en la frontera entre Guatemala y México van desde la decepción hasta los daños físicos, pero algunos, a pesar de lo vivido, no se rendirán.
Migrantes y comerciantes guatemaltecos pagan Q10 por cruzar el Río Suchiate que separa de Guatemala con México. El objetivo es evadir el registro migratorio para llegar a Tapachula, Chiapas. (foto Prensa Libre. Erick Avila)
Una galera en Ayutla, San Marcos, es el último destino de los guatemaltecos que intentaron buscar mejores oportunidades en Estados Unidos pero fueron deportados de México. En ese lugar las autoridades gubernamentales y varias organizaciones no gubernamentales les brindan ayuda psicológica, asesoría legal y alimentación, pero al cruzar la frontera, el regreso a sus hogares se vuelve otra travesía.
Al Centro de Recepción de Retornados, Tecún Umán, llegan los connacionales deportados vía terrestre, y según el Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua), han atendido hasta el 1 de diciembre de año a ocho mil 346 personas. A unos 300 metros de la frontera entre México y Guatemala se encuentra el Centro de Retornados, que provee a los migrantes comida, artículos de higiene y capas para protegerse de la lluvia así como vestimenta, implementos que proporciona Conamigua, pero al salir del lugar deben pedir ayuda a sus familiares para volver a sus casas.
El viaje que planearon para buscar mejor calidad de vida queda truncado cuando no cumplen con los controles migratorios en México y Estados Unidos. “Dejé a mi familia, me gasté mis últimos ahorros para pagar los pasajes de bus y comprar comida en este viaje, pero mi sueño murió cuando me detuvieron en Tapachula, Chiapas”, comenta Juan Morales —nombre ficticio—, de 54 años.
La odisea de este hombre originario de Cayuga, Morales, Izabal, comenzó el 10 de noviembre último, y para llegar a la frontera de México con Estados Unidos contaba con Q 2 mil, dinero con el que pretendía comer, pagar hospedaje y transporte. El migrante llegó hasta Oaxaca, México, pero no le alcanzó el dinero para seguir comprando alimentos. Cuenta que hubo grupos que le ofrecían dinero a cambio de trasladar objetos ilícitos.
”Unos policías —mexicanos— me quitaron los últimos pesos que tenía y que había cambiado en la frontera. Me puse triste porque en vez de ayudarme me perjudicaron", relata.
Luego del incidente, Morales reflexiona y confiesa que no volverá a migrar de forma irregular, por la violencia e inseguridad que vio en México. “Caminar para allá es bastante duro, y aún más cuando no hay mucho dinero. Al final de cuentas, uno se arrepiente, las cosas se ponen más difíciles. Me quedé sin dinero para la comida y pasajes”, señala, mientras se frota los pies.
Morales caminó unos 500 kilómetros con sandalias, creyendo que sería fácil llegar al norte del continente. “Uno piensa que es fácil. Mi meta era trabajar para comprarle medicinas y alimentos a mis hermanos”, recalca. Además, refiere que su comunidad trabajaba limpiando casas y vendiendo artículos de cocina. “Yo le diría a la gente que lo piense bien; pero, mejor que no lo haga. Es muy difícil, complicado y peligroso. Creo que fue una tontera mía. No lo volvería a hacer”, afirma.
Morales recuerda con tristeza que no tenía dinero para pagar los dos autobuses, uno a la capital de Guatemala y otro a Izabal. Luego hizo una llamada por un teléfono público y su familia le prometió depositarle Q300 para que pudiera volver a casa.
Tortuoso camino
Las dificultades para llegar a Estados Unidos comienzan en la frontera entre México y Guatemala. La más concurrida es Ayutla, San Marcos. !Cámaras, cámaras… cámaras¡”, gritan en un callejón que conecta a la orilla del río Suchiate. Por cruzar la frontera hacia México cobran Q10, y lo hacen a través de dos flotadores amarrados con lazos, sobre los cuales colocan tablas, a lo que denominan “cámaras”.
Ya en Tapachula, algunos migrantes deciden viajar en taxi; otros en bus, y los que menos recursos tienen optan por caminar. A pesar del peligro que corren están decididos a cumplir su meta, llegar a Estados Unidos. La guerra entre los carteles Jalisco Nueva Generación y Sinaloa tiene en jaque a Chiapas, estado fronterizo con Guatemala, lo que ha provocado un aumento en los índices de violencia. Entre las víctimas se cuentan migrantes, según fuentes consultadas.
Recorrer más de cuatro mil kilómetros no es el único reto para los guatemaltecos que buscan llegar a Tijuana, frontera entre México y Estados Unidos, pues deben burlar a las autoridades migratorias y a las estructuras del crimen organizado. “La odisea inicia desde el río Suchiate”, refiere un connacional que por tercera vez intenta llegar al norte de América para buscar empleo y tener mejores condiciones de vida.
Agregó que la primera vez fue deportado vía área desde la frontera con Estados Unidos. Relata que el coyote tenía contactos en México, y cuando pasaron Chiapas les indicaron que en cada retén debían decir la clave “bebé azul”, para que los dejaran proseguir el viaje. Como en anteriores oportunidades, su plan falló y hoy es una más entre los muchos deportados. A ello debe sumar que perderá los Q75 mil que pagó para para que lo llevaran a Estados Unidos. Esta suma le garantizaba hacer tres viajes, por si los primeros dos fallaban, pero ninguno tuvo éxito.
Comenta que durante sus viajes observó que mujeres y niñas fueron abusadas por coyotes, y algunas no volvían al grupo porque eran captadas por el crimen organizado.
En julio de 2024, la embajada de Estados Unidos en Guatemala presentó un informe sobre la trata de personas, en el cual resalta que el gobierno de Guatemala no cumple completamente las normas mínimas para la eliminación de esta práctica, pero está haciendo esfuerzos importantes para lograrlo. “El Gobierno demostró un aumento general de los esfuerzos en comparación con el período anterior”, detalla el documento, y subraya que en los últimos cinco años los tratantes de personas explotan a víctimas nacionales y extranjeras en el país.
“Los delincuentes explotan a adultos y menores guatemaltecos en la trata sexual dentro del país y en México, los Estados Unidos, Belice y otros países”, se lee. Entre tanto, la Fiscalía contra Delitos Transnacionales del Ministerio Público informó que han detectado a estructuras dedicadas a la trata de migrantes que han creado aplicaciones móviles para comunicarse y evadir a las autoridades.
Raúl Pérez Bámaca, encargado de dicha fiscalía, indicó que estas organizaciones “utilizan aplicaciones; ya ni siquiera son llamadas telefónicas. Incluso existen redes que han desarrollado aplicaciones propias, son estructuras que se han establecido aquí en Guatemala”, informó. Un estudio presentado en el 2023 por el Programa Regional sobre Migración, denominado Las tecnologías de la información y comunicación y el tráfico ilícito de migrantes en América Central, México y la República Dominicana, evidencia que la mayoría de la oferta del tráfico ilícito sucede en las redes sociales y en las aplicaciones de mensajería instantánea.
Ayuda a migrantes
Gemayel Fuentes, coordinador de la casa del migrante en Ayutla, San Marcos dijo que en el 2023 atendieron a 30 mil 022 personas, en su mayoría venezolanos. Fuentes dijo que hasta el 30 de noviembre habían albergado a 31 mil migrantes, el 10 % son menores de edad. Raúl Berríos, secretario de Conamigua, hizo un llamado a los guatemaltecos a no dejarse engañar por los coyotes. “No se dejen engañar sobre de estas personas nefastas que son los denominados traficantes de personas, que solo vulneran la seguridad de las mujeres, vulneran la seguridad de los niños”, enfatizó.
Berríos dijo que los traficantes de personas se prestan a delitos como la trata, robo y secuestro que son temas que vulneran a la población guatemalteca, en especial los niños. “Nos preocupamos para brindar una asesoría legal, social y psicológica a los migrantes retornados. Berríos informó que, en el Centro de Recepción de Retornados, Tecún Human se encuentra el Instituto Guatemalteco de Migración, Ministerio de Relaciones Exteriores y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Hasta el 29 de noviembre Conamigua ha entregado 5 mil 844 kits de higiene a migrantes guatemaltecos y de otras nacionalidades en Petén, San Marcos, Chiquimula y Huehuetenango. El 3 de diciembre el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), informó que Alfredo Danilo Rivera, Director General del Instituto Guatemalteco de Migración, participó en una reunión bilateral con autoridades del Instituto Nacional de Migración de México -INM- en la Ciudad de México, con el objetivo de coordinar acciones conjuntas entre ambas naciones para abordar de manera integral los flujos migratorios en la frontera sur.
"Durante la reunión, se enfatizó en las condiciones actuales de los movimientos migratorios entre ambos países. Es importante resaltar que se habló sobre promover una migración segura, ordenada y regular, con un enfoque en protección de derechos humanos de las personas migrantes, independientemente de su condición migratoria", informó. Agregó que uno de los temas discutidos fue la atención a la niñez migrante, reconociendo la vulnerabilidad y la necesidad de implementar medidas de protección y asistencia conjunta.
"Las autoridades - de ambos países- destacaron la importancia de mantener comunicación permanente para atender los desafíos conjuntos en materia migratoria. Este esfuerzo bilateral busca construir soluciones integrales que beneficien a las personas en ambos lados de la frontera y promuevan el respeto a los derechos humanos", argumentaron. Subrayó que pretenden poner en marcha un nuevo proyecto para donde involucren a las comunidades de los guatemaltecos retornados.
"Estamos construyendo en este marco el modelo de atención de integración y reintegración, que va a tener un proceso escalonado de diálogo comunitario", puntualizó el director. Rivera indicó que están trabajando en un programa para apoyo a personas retornadas en caso que exista un aumento en el número de vuelos o deportaciones de las personas, para darle un seguimiento y una recepción pues mucho más cálida.