Más de 70 países han ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño, entre ellos Guatemala, donde ha permitido la aprobación de leyes como la de adopciones, contra la trata de personas, de Protección Integral de Niños y Adolescentes, y Alba-Keneth, entre otras.
En Guatemala, el tratado ha servido de marco para sentencias dictadas por jueces en casos donde las víctimas han sido niños, niñas y adolescentes. No obstante, más del 90 por ciento de delitos cometidos contra la niñez queda en la impunidad.
La convención articula el conjunto de derechos civiles, políticos, culturales, sociales y económicos de todos los niños y niñas, sobre la base de cuatro principios fundamentales: la no discriminación, el interés superior de la infancia, el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo y el respeto por los puntos de vista de los niños y niñas.
Las campañas Te toca, de Unicef y Plan Internacional, han permitido que temas que afectan a la niñez y adolescencia, como la desnutrición, impunidad y violencia sean discutidos más abiertamente por la sociedad guatemalteca.
Sin embargo, situaciones como efectos de la crisis económica o los cambios de clima, amenazan los avances que ha habido a favor de los derechos de la infancia. Los niños son especialmente vulnerables a sus efectos debido a su inmadurez fisiológica y a la susceptibilidad a las condiciones climáticas de la mayor parte de las principales enfermedades mortales para los de corta edad, como por ejemplo la desnutrición y enfermedades originadas por vectores.
Según informes del Ministerio de Agricultura, las pérdidas en el agro debido a tormentas y fuertes lluvias en el país este año suman Q25.7 millones. Productos como maíz y frijol, que forman parte de la dieta básica del guatemalteco, son algunos de los más afectados.