“Siempre me habla o me escribe por Facebook, no tiene mi número de WhatsApp. Me escribieron y vi que tenían la foto de perfil de la amiga de mi mamá que se llama Marisol, pensé que era raro, porque además el trato era indiferente. Sospeché que era una estafa. Les seguí la corriente por algunos días, pero comenzaron a presionar que les mandara documentos de identificación”, contó.
Marisol le pedía que le compartiera un Documento Personal de Identificación (DPI) para enviar una maleta a la dirección que le compartiera, pero cuando los mensajes fueron demasiado insistentes le preguntó de forma directa a la verdadera Marisol por Facebook sí pensaba viajar a Guatemala y sí antes enviaría un paquete, le respondió que no tenía planes de regresar al país. Por fortuna, Marcela no cayó en la estafa.
Estos casos de estafa en los últimos meses han sido frecuentes, a causa de que, se incrementó el comercio electrónico y también los avisos de entrega de paquetes que se supone son enviados de países como Estados Unidos a familias que residen en Guatemala, porque no pueden viajar por la pandemia.
La táctica principal para hacer llegar este aviso es enviar un mensaje o realizar una llamada telefónica, en donde las personas explican que el paquete proviene de una empresa importante de distribución a nivel internacional de paquetes; sin embargo, para confirmar la entrega deben dar dinero a cambio.
Investigación
Edwin Pop, jefe del equipo uno de Investigación contra Estructuras Criminales de la Fiscalía Distrital Metropolitana del MP, explicó que, las estafas por el envío de paquetes por medio de Courier han sido documentadas desde noviembre del año pasado y hasta la fecha llevan 160 aproximadamente, pero fue a finales del año pasado donde más se incrementaron. “Las cantidades de dinero con las que estafan son fuertes”, advirtió.
El fiscal agregó que están investigando las estafas como delitos efectuados por una estructura criminal y no como casos aislados, porque han notado que hay muchas personas involucradas, además que coincide en la forma de operar y los números telefónicos de donde provienen las llamadas y mensajes.
“Ellos obtienen información por medio de perfiles de Facebook, los cuales duplican y utilizan para comunicarse con el familiar de esta persona. Por medio de esta red dicen que vendrán a Guatemala; sin embargo, por la pandemia han tenido dificultades para viajar, pero afirman que enviaron las maletas y necesitan números de teléfonos, direcciones y teléfonos para que las empresas de entrega de paquetes se comuniquen con ellos”, explicó Pop.
La Oficina Europea de Policía (Europol) advirtió el año pasado que los delincuentes aprovecharían la crisis que generó la pandemia del covid-19 par aumentar sus actividades como el cibercrimen, falsificaciones y los fraudes. Esta alerta también fue reforzada por la Policía Internacional (Interpol) y reiteró que las personas debían proteger sus datos personales de estafadores que pedían dinero a cambio de dar algún servicio inexistente.
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Forma de operar
El fiscal detalló que los estafadores se comunican con sus víctimas indicándoles que las maletas o el paquete enviado está “sobrepasado” del peso permitido, por lo que deben pagar un costo adicional. Sin embargo, resaltó que el error más común que cometen las personas que atienden las llamadas es que, se comunican con el supuesto amigo o familiar al número por el cual se comunicaron los estafadores y no confirman la información con los contactos que registran de ellos en sus agendas de números telefónicos.
“El problema es que no buscan o llaman a las personas verdaderas, sino que vuelven a llamar al número de teléfono que llamaron, por lo que les confirman el sobrepeso y les piden que paguen, por ejemplo, hasta US$ 4 mil y después les repondrán el dinero”, explicó.
Añadió que luego que las personas hacen el primer pago que les piden los llaman de nuevo para advertirles que verificaron el contenido del paquete y vieron que trasladaba hasta US$250 mil y para evitar una acusación de lavado de dinero les piden que paguen una nueva suma de dinero, que podría oscilar hasta en más de Q100 mil. Pop resaltó que en todos los departamentos tienen denuncias sobre estas estafas, pero principalmente se registran en Escuintla, Jalapa, Jutiapa y Quiché.
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Resaltó también que las cuentas bancarias en donde hacen los depósitos de dinero son personales o no institucionales o empresariales, lo cual debería generar una alerta a las personas que les piden que depositen dinero.
“Las personas están denunciado porque se han percatado de la situación a través de los medios de comunicación y por el temor de haberles dado fotografías del DIP y datos personales. Una cosa es que denuncien y otra es que venga, tenemos casos en donde las personas han desembolsado mucho dinero, pero no seguirán con el proceso porque les da vergüenza saber la forma tan vil en que fueron estafados”, dijo Pop.
Sin embargo, las autoridades continúan con la investigación debido a que las víctimas les proporcionaron suficientes datos como números de cuentas de bancarias, números telefónicos, forma de operar, entre otros.