La frase ‘ya no estamos para cosas pequeñas’ puede ser el lema actual de las MS. La estructura que comenzó en Guatemala como una pandilla integrada por muchachos entre los 13 y 19 años, que se dedicaban a cometer asaltos, se han pasado a extorsionar y se han convertido en una pequeña empresa que acumula e invierte mucho capital. Ahora parece que buscan graduarse en el mundo del hampa y entrar en el negocio del trasiego de drogas por el país.
De subsistencia a acumulación de capital
La transición ha sido paulatina pero constante. Después de consolidarse en el país a principios de los años 2000 convirtieron la extorsión en su ilícita empresa, y del dinero que obtuvieron comenzaron a comprar armas en el mercado negro, y con esa capacidad de fuego tuvieron más capacidad de controlar más territorio.
Con el tiempo, la extorsión de los pandilleros ha cobrado la vida de miles de personas particulares, la de transportistas, pilotos y ayudantes de buses, así como de comerciantes, y se convirtió para ellos en la principal generadora de capital.
Con ese dinero, los MS han llegado a comprar inmuebles en áreas exclusivas, son propietarios de cadenas de tiendas de barrio, de empresas purificadoras de agua y de flotillas de mototaxis. Estos vehículos son estratégicos, pues no solo sirven como medio de transporte público, sino para el traslado de drogas para la venta local, la movilización de sus sicarios y las armas.
Según cuenta Mario Bosos, asesor de la Fuerza de Tarea contra Extorsiones, para la Salvatrucha integrarse a las organizaciones del narcotráfico le interesa como generadora de dinero, aunque sea ilícito.
Infiltrados en la ilegalidad
Con el dinero ilícito, los MS han comenzado a comprar mototaxis y lo hacen con el propósito de mezclarse con otros propietarios de estos transportes livianos. También para recabar el dinero de la extorsión que le cobran a pequeños comercios y panaderías y también para vigilar cómo se movilizan los autopatrullas de la Policía Nacional Civil y los otros pandilleros.
Las empresas purificadoras de agua les sirven de fachada para tener un negocio lícito, pero, a la vez, para tener vigilada a la comunidad donde expenden su producto.
Mientras tanto han ido camuflando cada vez más sus actividades. Los MS desde 2011 comenzaron a utilizar las transferencias bancarias para que sus víctimas depositaran el dinero que les exigían. Les daban un número de cuenta al extorsionado para que dejaran en esa cuenta el efectivo, y en la mayoría de casos eran mujeres quienes retiraban el dinero.
Para entonces el grupo denominado El Consejo de los Nueve, quienes son los máximos cabecillas-nada ocurre dentro de la pandilla sin que ellos lo ordenen – dieron órdenes de quienes entre sus integrantes del grupo tenían la habilidad de llevar la contabilidad, manejaran el efectivo y les rindiera cuentas. Fueron los del Consejo quienes organizaron la forma en que debía ser distribuido el botín, así como la forma en que debe ser invertido.
Uno de los tantos expedientes que obran en la Fiscalía Contra las Extorsiones del MP, cuyo caso ya está judicializado desde de junio de 2014, detalla que los pandilleros de la MS lavaron dinero entre 2008 y 2012 por un sistema de remesas locales que las depositaban en el occidente del país, y minutos después las retiraban en el oriente.
Un fiscal, que pidió el anonimato por su seguridad, y por no estar autorizado a dar declaraciones oficiales, calcula que a través de estas transferencias los MS lograron movilizar al menos 6 millones de quetzales en ese período, dinero obtenido producto de las extorsiones a empresarios del transporte y comerciantes en el municipio de Chimaltenango y en la zona 18 capitalina.
A través de las pesquisas, las autoridades constataron que la pandilla utilizó una empresa para poder hacer las transferencias bancarias, luego que una persona era la receptora de los depósitos de 25 mil quetzales. Las autoridades dicen que la operación les llevaba 15 minutos.
“Ahora el trabajo consiste en rastrear las finanzas de la Mara Salvatrucha, ya que en ocasiones cumplen sentencia por otros delitos, pero el dinero lo siguen teniendo. Lo que buscamos es quitarles ese dinero obtenido de forma ilícita”, refiere el investigador del MP.
“La empresa”
Las autoridades han comenzado a ponerle atención al proceso de maduración de los Salvatrucha. Juan Pablo Ríos, asesor del Ministerio de Gobernación, dice que el 30 de octubre de 2014 un juzgado categorizó a la MS como una estructura criminal, y dejaron de asumir que era un grupo de jóvenes integrantes de una alborotadora pandilla. Mario Bosos, asesor de la Fuerza de Tarea contra Extorsiones del Ministerio de Gobernación, dice que son más metódicos, tienen logística y tienen una idea clara de lo que buscan.
La nueva realidad de la MS está reflejada también en los salarios de los líderes. Según las investigaciones de la fiscalía, el denominado ranflero (cabecilla) ganaba al año un aproximado de Q312 mil igual cantidad también recibía al que llamaban El Llavero, encargado de guardar y cuidar las armas.
Pero la estructura funciona de manera vertical, pues luego del Llavero siguen lo que los pandilleros llaman el “homie” brincado 1, que es el jefe de los sicarios de la pandilla. A él le pagaban Q222 mil al año. El llamado brincado 2, que es también sicario, obtenía Q86 mil anuales y el brincado 3, quien es informante y cobrador de extorsiones, además encargado de conseguir vehículos, ganaba Q66 mil 800 al año.
Luego sigue el denominado Chequeo, cuya labor es prestar su cuenta bancaria para recibir los depósitos de las víctimas y esconder los ilícitos, es por lo regular un familiar de uno de los pandilleros de la MS. Por su trabajo en la estructura, recibía Q42 mil anuales.
Quien se desempeñaba como colaborador, que normalmente también es pariente de alguno de los pandilleros y que era quien vigilaba a posibles víctimas, recibía Q25 mil 500 al año.
Enma Flores, jefe la fiscalía contra Extorsiones, no sabe cuánto dinero movilizan los pandilleros, pero a través de varias pesquisas han visto la movilización de efectivo y la fiscal le calcula que la cantidad es una “monstruosidad”.
En una investigación que aún desarrollan, las autoridades llegaron a descubrir que dos empresas de transporte en la zona 6 capitalina le pagan 30 mil cada una de manera mensual, y eso lo hacen desde hace más de un año. Eso es solo lo que han podido descubrir, a través de la denuncia, pero suponen que hay más víctimas y por lo tanto debe haber más ganancias.
Para la estructura la extorsión es una empresa, saben que los cabecillas ordenaron que cuando una “clica” (grupo delictivo) esté de aniversario, les deben otorgar un bono. A la fecha, ignoran de cuánto es lo que obtienen.
El dinero lo invierten en bancos a través de las esposas o cónyuges de los cabecillas. Las cuentas están a nombre de otros.
Para Bosos, de antiextorsiones, los MS “pasaron de una fase puramente parasitaria, a una fase con criterios definidos para capitalizar sus acciones delictivas en actividades económicas remunerables”.
Además, Bosos reconoce que la estructura ha evolucionado y tienen la capacidad de ser estratégicos de poder llevar a cabo sus operaciones.
Ser legítimos
El 24 de agosto de 2013, agentes antiextorsiones capturaron a Allan Bruss Andrino Valle, en ese entonces de 38 años, apodado Fainter, y cabecilla de la MS. El cargo era por asesinato, pero cuando profundizaron en las pesquisas se sorprendieron de la acumulación de capital en poder de Andrino Valle.
Lo encontraron en una casa valorada en Q1 millón, ubicada en un exclusivo sector del municipio de Jocotenango, Sacatepéquez. El pandillero vivía rodeado de lujos, como vehículos, motos, muebles y otros objetos de valor, y todo obtenido a través de extorsionar comerciantes y dueños de viviendas en las zonas uno y 21 de la capital desde el 2010 cuando asumió el liderazgo.
Cuenta un fiscal que participó en la captura, que para evitar que el Fainter escapara, engañaron a los guardias de la garita de seguridad del condominio, y jamás se identificaron como fiscales, pues temían que si lo hacían fracasara el operativo.
Pero no solo El Fainter es quien busca otra forma de vida. Otros dentro de su pandilla estarían también interesados en legitimar sus actividades, pero sin dejar la Salvatrucha. Ríos cuenta que hace poco conversó con un cabecilla de la MS, quien tiene un alto perfil criminal, y le contó que tiene claro que el mundo criminal no es algo en el cual debería empeñarse todo el tiempo, y el pandillero tiene suficiente capital para tomar una decisión.
El tema es que nunca dice que dejará de ser Salvatrucha. Ríos dice que el cabecilla no puede decir: ‘Ya conseguí mis millones, gracias por todo MS’. Lo que sí supone Ríos es que dejará la criminalidad y tiene un plan para saltar a otra actividad que será lícita.
“Ellos quieren dejar de ser gángsters para pasar a ser comerciantes y empresarios”, refiere.
¿Narcotraficantes?
La llamada interceptada dentro de la cárcel dejó a las autoridades asustadas. Aunque desde hacía un tiempo los investigadores y fiscales que la MS está madurando, el paso que buscan dar para convertirse en traficantes internacionales de drogas representaría un salto mucho mayor.
Ríos y Bosos refieren que la evolución que están teniendo los MS es algo a lo que el gobierno debe ponerle atención.
Esto comienza-dice Ríos- desde el Sistema Penitenciario quien tiene a su cargo custodiar a los líderes. Hay cabecillas de los MS que en unos años estarán en libertad una vez concluyan sus condenas, y al salir tendrán una estructura con dinero y armas. “Ellos en su mano izquierda aún sujetan el arma, explica Ríos, pues la fuerza letal es para ellos un recurso. Si llegan a posicionarse dentro de un área geográfica, podrían cooptar a las autoridades de ese lugar. Pero su mano derecha la extienden para hacer negocios, y eso los convierte en una organización fina. En ambas cosas hay que prestar atención”, explica.
Ni los fiscales, ni los investigadores policiales tiene aún la certeza hasta dónde están vinculados los Salvatrucha con las organizaciones internacionales de narcotraficantes, pero coinciden en que el narcomenudeo ha crecido en muchos sitios y los MS se han empoderado en algunos territorios. Refieren en que es momento de trabajar en eso, sin descuidar las acciones evolutivas de la pandilla que cada vez acumula más dinero.