El exsecretario se definió como “el mil usos” de la vicepresidenta y precisó cómo es que hizo varios encargos, que fueron desde recoger información privilegiada, ir a la provincia y la forma en que se ganó la confianza de Baldetti.
Prensa Libre tuvo acceso al documento de declaración testimonial, que consta de 216 páginas, y que se usa como anticipo de prueba por el caso Cooptación del Estado.
Monzón comenzó su declaración afirmando que buscó desde un inicio un acercamiento con la Fiscalía y, cuando buscaba eso, dos abogados, Jonathan Altalef y Byron Acevedo, hablaron con su esposa y afirmaron que tenían contacto con la embajada norteamericana.
Los hombres le aseguraron que tenía que dar información y luego ellos se encargarían de sacarlo del país, pero a cambio le exigían Q6 millones, Q5 millones para la embajada y Q1 millón para ellos.
Supuestamente estos abogados se acercaron a la cónyuge de Monzón a solicitud de Daniela Beltranena, quien fuera asistente de Baldetti.
Luego explicó cómo comenzó a tener la confianza de Baldetti. Según Monzón, escaló puestos dentro del partido. Primero, atendiendo un proyecto denominado “Celular patriotas”, y luego al hacer el trabajo la ex vicepresidenta le pidió personalmente que fuera su asistente.
Cuando Monzón fue declarado oficialmente el colaborador de Baldetti, tuvo a cargo coordinar su agenda pública y privada y, según cuenta, su trabajo fue de menos a más.
Seguridad gratis
Una jugada que le valió muchos puntos a Monzón fue el hecho de que mediante gestiones logró que Roxana Baldetti tuviera un grupo que le brindó seguridad personal de forma gratuita.
Monzón declaró que habló con Miguel Ángel Martínez, dueño de la empresa Escorpión, quien luego de una negociación acordó poner el 60 por ciento del dinero para pagar un equipo conformado por dos grupos de ocho personas y un coordinador.
Monzón pagó otros 20 por ciento y el entonces candidato a diputado Édgar Cristiani aceptó pagar el restante 20 por ciento. Sin embargo, este aporte no era del todo altruista, debido a que Monzón indica que se pactó que cuando el Partido Patriota (PP) llegara al poder se darían algunos contratos a la empresa.
En un principio se habló que se podría beneficiar a la empresa con contratos en las portuarias, Instituto Nacional de Electrificación (INDE) e Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y luego se repartirían las ganancias que se obtendrían.
Villagrán filtró el padrón
Monzón aseveró que la entonces presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), María Eugenia Villagrán, filtró los datos del padrón electoral al PP con los cuales se hacían comparaciones. Ella recientemente renunció al cargo de jefa de la PGN por supuestas amenazas.
Afirmó que este procedimiento de filtración se volvió rutinario y se referían a él como “ir a traer la televisión”.
Según Monzón, la primera vez que hizo esto fue a solicitud de Baldetti, quien fue la que le pidió ir a traer una televisión a un apartamento ubicado en la zona 10 capitalina.
Le indicó que tenía que preguntar por Chiqui, sobrenombre con el que se referían a Villagrán, pero cuando llegó al lugar quien lo atendió fue “el general Letona Hora”, esposo de Villagrán, quien le entregó un maletín con una laptop.
La declaración detalla que Monzón llevaba el aparato al coronel Carlos Chavarría, quien tenía un call center operando a favor del partido y que en una oportunidad, luego de ganarse su confianza, le dijo que la computadora tenía los datos actualizados del padrón electoral.
Estos datos se utilizaban para hacer comparaciones con los datos que tenía el partido y a partir de ellos definir estrategias en los distintos departamentos.
Detalla sabotaje
En su declaración, el ahora colaborador eficaz del MP explicó que luego de ganarse totalmente la confianza de Baldetti ella misma le encomendó una tarea compleja para la campaña.
Esta consistiría en visitar varios departamentos donde el partido no era fuerte y buscar a los coordinadores del programa Bolsa Solidaria y ofrecerles dinero para que ellos evitaran que los beneficiarios votaran.
El PP suponía que los beneficiarios de los programas sociales votarían por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y con esto sabotearían las elecciones impidiendo que las personas votaran.
Monzón detalla que se reunió con varios líderes comunitarios, quienes afirmaron que tenían suficiente poder para evitar que los beneficiarios votaran.
Según aseguró, para este plan vio que se tenían destinados unos Q6 millones y afirmó que él mismo le entregó US$150 mil a una mujer que afirmaba era la coordinadora del programa y evitaría que los beneficiarios emitieran su sufragio.
“¿US$150 mil? Ala púchica. Bueno. Vení traerlos”, dijo Baldetti cuando fue informada del costo del plan, según Monzón. Agregó que ella le dio el dinero en la casa de campaña.
