Luego de instalarse con su familia, Monzón viajó en vehículo a un restaurante de Cancún, donde acordó la entrega del terreno a TCQ con su representante, Juan José Suárez, y otras personas.
Monzón definió las fechas en que se desembolsaría la comisón de US$24.5 millones para el contrato de TCQ. Ese día acordaron con Suárez que el primer pago sería de US$10 millones y el resto se programaría para su desembolso, pero ya no se cumplió.
Sin embargo, en esa reunión quedó todo aprobado, por lo que Monzón le informó del acuerdo a la entonces vicepresidenta Roxana Baldetti, y ella le indicó que le informara de inmediato a Pérez Molina.
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“Ya está solucionado lo de TCQ, ya puede entregar el terreno, le dije a Pérez Molina, y él hizo el anuncio un Miércoles Santo”, dijo Monzón.
La Fiscalía proyectó un documento hallado en una computadora de Juan Carlos Monzón, donde explicó que era un cuadro de a quiénes se debía pagar comisión de TCQ, entre ellos figuró el nombre de Allan Marroquín, Julio Sandoval y William Schwank. El documento fue entregado a Suárez.
El cuadro Hassam
Juan Francisco Sandoval, jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (Feci) del Ministerio Público (MP), abrió una bolsa de evidencias ante el juez Gálvez, donde se encontraban varios celulares y una computadora portátil y las puso ante Juan Carlos Monzón para que explicara de qué se trataba.
En uno de los cuadros que apareció en la computadora se encontró un archivo con el nombre Hassam del 5 de septiembre de 2014.
Monzón indicó que el archivo tenía ese nombre como referencia a Osama Aziz Aranki, donde provenía el dinero de las aduanas.
En el cuadro aparece un saldo inicial de Q113, pero en julio de ese año ingresaron Q2 millones 321 mil 750 que provenían de las aduanas, dijo Monzón.
La “cola” a la que hace referencia la fiscalía no corresponde a agilización de trámites en aduanas, señaló Monzón, sino que era la estructura de “La Línea”.
“Si un importador tenía que pagar Q100, no pagaba los Q100 sino Q80, pero Q20 para la comisión y Q60 para el arancel”, explicó Monzón.
En el documento se hace referencia a Nivel 4, que en este caso era Salvador González, y el Nivel 3 era Juan Carlos Monzón.
El 10% de comisión de lo que se recibiera de “La Línea“ correspondían a González y el 5% a Monzón, porque a este último lo había incluido en otros proyectos y a González solo en ese.
Monzón se detuvo para hablar del rubro denominado “burrito”. Recordó que Baldetti le pidió conseguirle un burro, que compró a través de su contador Víctor Hugo Hernández en la Secretaría Nacional de Bienes en Extinción de Dominio por Q5 mil.
También detalló que a los pilotos del avión denominado La Balita y a un instructor de buceo les pagaron aguinaldos por Q46 mil.
En el documento se detallan transacciones y pagos que debía realizar Monzón a diferentes personas y entidades, por varios conceptos, como alquileres de viviendas, pago para abogados, cancelación de montos de facturas. Sin embargo, si no tenía disponibilidad para pagar en ese rubro debía buscar en las nueve bodegas donde había dinero de comisiones ilícitas.
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