A cuatro meses de que finalice este año, los homicidios, según el Cien, podrían tener una escalada en diciembre próximo, como ocurrió en julio último, con 273 homicidios. Sin embargo, esperan que la tasa de homicidios se mantenga en 16.3 por cada cien mil habitantes, lo que significa que no habría incremento en la violencia homicida al finalizar el año. No obstante, los cambios podrían percibirse en enero del 2024, cuando asuma el nuevo gobernante, dice Wálter Menchú, investigador del Cien.
“En un cambio de gobierno aumenta la violencia, debido a que los grupos criminales ocupan espacios y quieren demostrar su poder, diferente a lo que ocurre en julio y diciembre, cuando por lo general hay picos homicidas debido al movimiento económico que hay en esos meses por el pago de bono 14 y aguinaldo”, afirma.
Reacción
Agrega que, si bien este año hubo una reducción de crímenes en Guatemala y Quetzaltenango, en Izabal, Sololá, Chimaltenango y Alta Verapaz hubo incrementos importantes, lo que puede suceder en otras regiones con el cambio de gobierno, dependiendo de las estrategias en seguridad que implementen.
Este año, de enero a julio, hubo mil 655 homicidios. En el mismo lapso del 2022 se registraron mil 771 homicidios, 6.5% más, por lo que este año se redujeron. También disminuyó en 3.4% el índice de denuncias en nueve delitos principales, como homicidios, lesiones, violaciones, secuestros, extorsiones, robos de vehículos, motocicletas, furgones y atracos en viviendas.
A pesar de esos datos, Menchú subraya que por regla cada gobierno trata de “cambiar las normas del juego”, y eso provoca inconformidad en las estructuras criminales, si se toma en cuenta que también hay cambio de mandos en la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército.
Sin variaciones
Daniel Núñez, investigador en temas de seguridad del Observatorio de la Violencia, de Diálogos, dice que, según sus análisis, la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes en el 2022 fue de 16.7. Este año, con base en el comportamiento de las estadísticas de cada mes, la tasa podría cerrar entre 11.2 y 15.7 por cien mil habitantes, lo que significa que no habría incrementos.
“Si las cifras se mantienen entre los límites superior e inferior de aquí a diciembre, significa que es probable que se termine el año con menos violencia homicida respecto de las cifras del año pasado, manifiesta.
Núñez también coincide en que durante los cambios de gobierno siempre hay “vacíos de poder”, y aunque ellos no tienen “evidencias claras” de esos incrementos en el inicio de cada administración gubernamental, no descarta que haya incrementos en los primeros meses del 2024.
Mediante un modelo de alertas para la predicción de la violencia en Guatemala, Diálogos prevé que agosto termine con 190 homicidios y al finalizar el año se registren entre dos mil 454 y dos mil 869 muertes violentas. Esas cifras se obtienen de datos que proporciona la PNC, aunque reiteran que hay al menos cien homicidios que esa dependencia no registra, debido a que las víctimas mueren en hospitales horas o días después de ocurridos los hechos.
Carlos Mendoza, también de Diálogos, refiere que el aumento de la violencia en los gobiernos depende de los cambios que se hagan en los equipos de seguridad, pues son determinantes para obtener resultados.
“Si un equipo está haciendo bien el trabajo y se cambia parte de ese equipo, hay riesgo de que se deje de hacer lo que se hace bien”, afirma Mendoza.
Aunque este año podría haber una tendencia a la baja de homicidios, el analista no descarta que las estructuras criminales “reaccionen” ante las estrategias de seguridad de las nuevas autoridades.
Lucha de poder
De los 340 alcaldes electos durante los comicios generales del 25 de junio, el 24% ganó la reelección y el 76% asumirá en una nueva administración.
Varios municipios de los 56 que se encuentran en áreas fronterizas y en lo que los investigadores antinarcóticos denominan “corredor del narcotráfico” tendrán cambios de alcalde, lo que según expertos en seguridad podría provocar violencia en regiones como Petén, Izabal, Huehuetenango y San Marcos, debido a que los jefes ediles no compartirán los criterios para favorecer a ciertos grupos o porque aprovecharán su cargo para buscar afinidad con otras estructuras, puesto que es “muy común que las autoridades locales de áreas fronterizas se involucren en estos ilícitos”.
“El reacomodo de estructuras que no ganaron el poder político podría generar una reacción violenta, porque van a querer eliminar a quienes consideren contrarios a sus intereses”, afirma Stu Velasco, exsubdirector de Investigación Criminal de la PNC.
Muertes
Datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) reflejan que en el primer trimestre del 2020, año en que tomó posesión Alejandro Giammattei, se registraron 831 muertes violentas, comparadas con las mil 183 del 2021, en el mismo lapso.
No obstante, en los primeros tres meses del gobierno de Jimmy Morales, según el Inacif, se registraron mil 374 homicidios, seis crímenes más que en el mismo período del 2015. Expertos reiteran que cuando la violencia es atacada en determinadas regiones, esta se moviliza a otros lugares.