En los últimos años las fuerzas de seguridad han ubicado con frecuencia plantaciones de coca y laboratorios artesanales de cocaína, por lo que urge el incremento de vigilancia y más investigación para identificar a los grupos del narcotráfico que siguen experimentando con la producción local de la droga.
Alta Verapaz, Petén e Izabal están unidos por varios factores: son departamentos colindantes, tienen los índices de pobreza más bajos del país y extensas áreas de difícil acceso que entorpecen los patrullajes.
Por ahora, las operaciones de la Policía Nacional Civil y el Ejército se centran en Alta Verapaz, donde se detectaron por primera vez plantaciones de coca en mayo del 2018. Desde entonces, ubicar y destruir cultivos es una actividad frecuente.
A su vez, Petén es el departamento más extenso del país y ocupa gran parte de la frontera con México, una zona limítrofe porosa y con escasa presencia gubernamental.
La cercanía de Alta Verapaz con Petén es un punto a favor para las actividades del narcotráfico, al extremo de que a finales de 2008 el primero fue elegido como base de operaciones del cartel mexicano los Zetas.
El último hallazgo de los sembrados de coca se dio en la Sierra de las Minas, entre las aldeas San Antonio 1 y San Francisco, en Santa Catalina La Tinta, Alta Verapaz.
Según el Ministerio Público (MP), en una de las viviendas allanadas se capturó a José Antonio Pop Rodríguez, a quien se le incautó dos bolsas de pasta base y soda cáustica, insumos para la elaboración de cocaína. Las autoridades también destruyeron un pequeño laboratorio artesanal.
En el lugar se erradicó 83 mil 580 arbustos de coca sembradas en cinco parcelas y se decomisó dos canecas con combustibles y dos mezcladoras, así como dos bolsas plásticas con líquido que dio positivo a cocaína.
Laboratorios
En 2019, la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica (Sgaia) dio a conocer que se erradicó dos millones 343 mil 845 de arbustos de coca, mientras que el año pasado se destruyó un millón 210 mil 616. En los tres departamentos citados dichos hallazgos son recurrentes.
En 2019, durante el estado de Sitio ordenado por el entonces presidente Jimmy Morales en 22 municipios, entre ellos algunos de Izabal, Petén y Alta Verapaz, las autoridades encontraron un complejo de laboratorios para producir cocaína.
Un investigador no autorizado para dar declaraciones indicó que el año pasado las erradicaciones disminuyeron, en gran parte, por la pandemia, porque fue más difícil acceder a las comunidades donde les podían dar información para localizar las plantaciones.
En opinión de Mario Mérida, exviceministro de Gobernación y exdirector de Inteligencia del Ejército, la erradicación de matas de amapola, marihuana y coca no se detendrá. Señala que quienes optan por estos cultivos lo hacen por una necesidad económica.
“No se ha contemplado el uso de químicos para destruir esas plantaciones. Por eso, cuando ocurren esas actividades son más de marketing que de efectividad”, criticó.
Por su parte, el investigador coincide con Mérida en que las erradicaciones no son del todo efectivas para limitar el cultivo de las plantaciones, porque los agricultores vuelven a plantar, por lo que opina que la estrategia debería ser más preventiva.
Pobreza, la ventaja
Un informe del índice de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que en Alta Verapaz el 53.4 por ciento de su población vive en extrema pobreza y, de hecho, es el departamento más pobre de Guatemala. En Petén esta situación afecta al 20.2 por ciento y en Izabal, al 35.2 por ciento.
Carlos Menocal, exministro de Gobernación, opina que la debilidad del Estado se refleja en una ausencia de las fuerzas de seguridad en estos lugares, así como de educación y, en general, de desarrollo humano, por lo que el narcotráfico aprovecha la exclusión social para penetrar en comunidades necesitadas y lograr su colaboración o, al menos, su permisividad.
“Esto ocurrió en Alta Verapaz cuando llegaron los Zetas, y en Zacapa con los Lorenzana. Ellos tenían hasta clínicas y jornadas médicas. Al existir una debilidad institucional, el narcotráfico empieza a aproximar la producción de las drogas hacia el mercado a donde lo trasiega, y por eso es que se animan a probar con las plantaciones de coca, aunque no sé qué tan útiles son, porque tiene distintas modalidades de plantas”, indicó.
Menocal considera que estos cultivos son una alerta para que las autoridades generen planes estratégicos, porque el crimen organizado está creciendo frente al abandono del Estado y la ausencia de gestión gubernamental en seguridad ciudadana.
Tanto el Ejército como la PNC mantienen patrullajes en estos departamentos, afirmaron los portavoces de ambas instituciones.
Jorge Aguilar, vocero de la PNC, explicó que aparte de los agentes que están en sedes policiales, tienen personal especializado para efectuar análisis e investigación contra el narcotráfico.
Por su parte, Rubén Telléz, portavoz castrense, indicó que en Alta Verapaz hay desplegados más de 400 integrantes de las fuerzas armadas, en Izabal más de 2 mil y en Petén entre 2 mil y 2 mil 500.
Asimismo, precisó que se llevan a cabo patrullajes constantes y reconocimientos en estos departamentos, aunque reconoció que las áreas son extensas y de difícil acceso, lo cual dificulta los desplazamientos.