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En este caso hubo militares implicados que luego fueron condenados. Un sacerdote, políticos y hasta un perro fueron objeto de investigaciones en el intento de aclarar el asesinato de monseñor Juan Gerardi.
El asesinato
El 26 de abril de 1998, la Iglesia Católica se vistió de luto: monseñor Gerardi había sido asesinado en el interior de la casa parroquial de la iglesia San Sebastián, dos días después de haber presentado el Informe Guatemala Nunca Más, Recuperación de la Memoria histórica (Rehmi).
Mientras no se sepa la verdad, las heridas del pasado continuarán abiertas y sin cicatrizar. Juan Gerardi.
El documento denunciaba atrocidades del Ejército durante el conflicto armado interno.
Surgieron varias hipótesis sobre el hecho, como que había sido crimen pasional o político, delincuencia común, o que Balú, el perro del sacerdote Mario Orantes, lo había atacado. Orantes vivía en la casa parroquial junto con Gerardi.
Los dos primeros sospechosos fueron Orantes, ya que mandó a lavar la escena del crimen y no avisó a las autoridades sino horas después, y la empleada de casa particular, Margarita López, por encubrimiento.
Tras la investigación fueron señaladas como sospechosas 17 personas, 12 militares y cinco civiles.
Los culpables por el crimen de Gerardi tuvieron destinos diferentes.
El perdón sana la memoria, no la desaparece. Juan Gerardi.
El 20 de enero del 2000 fueron capturados los militares Byron Lima Estrada, Byron Lima Oliva (hijo de Lima Estrada) y el especialista del Ejército, Obdulio Villanueva, de quien un testigo declaró en el juicio que estaba detenido en la cárcel de Antigua Guatemala y que salió ese día para cometer el crimen.
El MP señaló la participación delictiva de los militares en el asesinato de Gerardi, pero no fueron los únicos implicados. La casa parroquial en la que vivió monseñor la frecuentaba Margarita López, la empleada doméstica, y fue relacionada en el comienzo del proceso penal.
¿Qué pasó con los implicados?
Cinco meses después de la muerte de Gerardi, el perro Balú, del sacerdote Mario Orantes, era sospechoso del asesinato y se le atribuía haber mordido al prelado. Fue sometido a una evaluación por veterinarios y entrenadores caninos.
Durante la diligencia efectuada por el juez primero de Primera Instancia, Isaías Figueroa, en la veterinaria San Francisco de Asís, zona 7, se estableció que el animal no era agresivo, y que desde 1993 recibía tratamiento médico.
Pese a los padecimientos de Balú el antropólogo forense José Reverte Coma, quien fue propuesto por el MP, afirmaba que Balú atacó a monseñor Gerardi por órdenes de su propietario, el padre Orantes, y lo mató.
Se determinó que el canino, de raza pastor alemán, tenía desplazamiento torpe, a causa de que arrastraba sus patas traseras, en especial la izquierda. Asimismo, se notó falta de coordinación en su cadera, y en ningún momento ladró ni mostró agresividad hacia las personas que estuvieron en el patio en que se hizo el análisis. Balú murió meses después a los 11 años.
Orantes quedó libre desde enero de 2013, luego que solicitó redención de penas y fue aceptado en diciembre de 2012.
Los militares
El 8 de junio de 2001 el Tribunal Tercero de Sentencia condenó a Lima Oliva, Lima Estrada y a Villanueva a 30 años de prisión por el delito de ejecución extrajudicial, y al sacerdote Orantes a 20, por complicidad, al determinarse su participación en un plan político para asesinar a monseñor Gerardi.
El tribunal determinó que la participación delictiva de los Lima y Villanueva se encuadraba en la conducta de coautores del asesinato.
La empelada doméstica fue absuelta del cargo de encubrimiento, y se ordenó su inmediata libertad.
A Lima Estrada fue favorecido con redención de pena el 13 de julio de 2012.
En cambio, Lima Oliva y Villanueva tuvieron finales trágicos.
El 12 de febrero de 2003, los internos del Preventivo para Hombres de la zona 18 organizaron un enfrentamiento, el cual dejó siete reos muertos, cuatro de los cadáveres fueron decapitados. Una de las víctimas era Villanueva.
Siembra verdad y justicia y cosecharás reconciliación. Juan Gerardi.
Posteriormente al enfrentamiento, el cual se debió a pugnas de poder entre reclusos, se formó un motín protagonizado por pandilleros, quienes manifestaban su descontento por los privilegios que tenían los reclusos militares que se encontraban en ese centro penitenciario.
El 18 de julio de 2016, fue asesinado Lima Oliva durante un enfrentamiento por el aparente control de la cárcel Pavón, donde murieron otras 12 personas.
El día de los hechos se dijo que el militar conversaba con la modelo argentina Joanna Elizabeth Birriel, de 24 años, quien murió durante el enfrentamiento a manos de un grupo de prisioneros encabezado por Marvin Montiel Marín, alias el Taquero, quien es señalado de esa masacre.
Tanto Lima Oliva como Villanueva pertenecieron al Estado Mayor Presidencial y fueron escoltas personales de Alvaro Arzú durante su Presidencia (1996-2000).
Casi dos décadas después seguía un vínculo entre Lima Oliva y Arzú.
La Comisión contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y el MP señalaron a Arzú el 5 de octubre de 2017 por peculado y financiamiento electoral ilícito, por haber aprobado plazas fantasma a la pareja sentimental de Byron Lima Oliva y a la viuda de Obdulio Villanueva. Aunque pidió el retiro de la inmunidad, la Sala Tercera de Apelaciones no lo otorgó, según resolución del 9 de marzo de 2018.
El 27 de abril de 2018, falleció Arzú a los 72 años.
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