“El Ministerio de Defensa ya tiene el plan para movilizar los hombres”, afirmó el titular de la cartera del Interior.
Según, el funcionario, ya comenzó la reubicación y apenas a unos días de que finalice la colaboración del Ejército con la Policía, aún faltaba poco menos de la mitad de soldados por ser redesplegados.
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El Ministerio de Gobernación, Fernando Lucero, “la población puede estar tranquila, toda vez que la seguridad ciudadana es uno de los ejes principales del plan estratégico del ministro”. En ese sentido, destacó que todos los ejes de trabajo del plan estratégico están enmarcados en reforzar la prevención de la violencia y el delito.
Fuera de las calles
Desde el 2000, el Ejército prestó apoyo a la PNC en seguridad ciudadana, enfocándose principalmente en 34 municipios priorizados por el Ministerio de Gobernación por sus altos índices de delitos contra la vida, robos contra la propiedad privada, extorsiones, etcétera.
No obstante, a petición del exministro de Gobernación Francisco Rivas y en cumplimiento de un acuerdo al que se llegó con el Gobierno de EE. UU. en el marco del plan Alianza para la Prosperidad, el 27 de abril del 2017 se inició el repliegue para que el Ejército dejara los patrullajes combinados.
Hasta la fecha, el Ministerio de la Defensa ha retirado a sus efectivos de 22 destacamentos militares ubicados en diferentes municipios del país, con lo que se inició un proceso de transición para que la PNC tome su lugar, tanto en las instalaciones del destacamento como en funciones.
Los referidos sitios son San Marcos, Tecún Umán, Malacatán y San Pedro Sacatepéquez, en San Marcos; Quetzaltenango, Quetzaltenango; Mazatenango, Suchitepéquez; Huehuetenango, La Libertad y Nentón, en Huehuetenango; Cobán, San Cristóbal Verapaz y San Juan Chamelco, en Alta Verapaz; Salamá y Rabinal, en Baja Verapaz; Guastatoya, El Progreso; Jalapa, Jalapa; Asunción Mita, Jutiapa; Cuilapa, Santa Rosa; La Democracia, Escuintla; Chimaltenango, Chimaltenango; Antigua Guatemala, Sacatepéquez; y Mixco, Guatemala.
Los destacamentos que siguen activos y prestan servicios de seguridad ciudadana son los ubicados en Guatemala, Amatitlán y Villa Nueva, en Guatemala; Escuintla, Nueva Concepción y Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla; La Liberad y Sayaxché, en Petén; Puerto Barrios y Morales, en Izabal; Chiquimula y Esquipulas, en Chiquimula.
Estos destacamentos dejarán de patrullar a finales de mes. Y paulatinamente entre mil 900 y dos mil cien soldados asignados a estos serán enviados a las fronteras.
Fronteras
La reubicación de las fuerzas de tierra de la seguridad ciudadana a las fronteras ya comenzó. De acuerdo con el vocero del Ejército, Óscar Pérez, varios grupos de soldados ya fueron destacados en las que serán sus bases de ahora en adelante.
“Ya están en sus sedes los efectivos de Mazatenango, en la Brigada de Operaciones para Montaña en San Marcos, en la Quinta Brigada de Infantería Mariscal Gregorio Solares en Huehuetenango, en la Brigada Especial de Operaciones de Selva en Petén, y también en el área fronteriza en Chiquimula y Zacapa”, informó el portavoz de las fuerzas castrenses.
Los soldados que aún faltan por ser movilizados serían reubicados en la parte sur del país. Estos serían distribuidos para proteger la frontera con El Salvador, entre los departamentos de Chiquimula y Jutiapa.
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Pérez explicó que estos movimientos de fuerzas militares se hacen en coordinación con las autoridades de México, El Salvador y Honduras, y responden a un plan estratégico de protección regional para hacer frente a las estructuras del crimen organizado trasnacional. También asegura que tiene comunicación constante con el resto de países centroamericanos, especialmente con los del Triángulo Norte, para aunar esfuerzos contra el tráfico de armas, narcóticos y personas.
Otras competencias
Según el portavoz del Ejército, durante el tiempo que los soldados apoyaron en la seguridad ciudadana aprendieron a realizar patrullajes civiles, y que ahora van a regresar a realizar la labor que es más propia a sus capacidades naturales.
En ese sentido, aseguró que los soldados que van a pasar a proteger las fronteras recibirán entrenamiento y en dos meses estarán acoplados en su nueva función.
Nuevas capacidades
En consideración de Lizandro Acuña, analista del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, la salida del Ejército de las calles era necesaria para dar cumplimiento a los acuerdos de paz firmados por el Estado en 1996. No obstante, reconoce que la PNC aún debe cerrar brechas técnicas y deberá fortalecer su institucionalidad mientras hace frente, sola, a la seguridad ciudadana.
“El Estado de Guatemala tuvo ya bastante tiempo para fortalecer la PNC; no obstante, desde los acuerdos de paz se ha manifestado un desinterés total en fortalecer a la Policía. Es un gran reto para las autoridades superar la debilidad institucional de la PNC, mientras paralelamente hace frente a las amenazas de la delincuencia común y el crimen organizado”, afirmó.
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En ese sentido, Acuña reconoce que la ciudadanía confía más en el Ejército que en la Policía. “El Ejército ha venido a incrementar la percepción de seguridad en algunas comunidades; sin embargo, no debemos demeritar el trabajo y los avances de la PNC”, comentó el experto.
El tamaño de su fuerza y equiparla adecuadamente serán los dos grandes retos que deberá enfrentar la policía, de acuerdo con el analista.
Según Acuña, la PNC sobrepasó la marca de 38 mil agentes activos, pero para el tamaño de la población se requerirá de 50 mil elementos como mínimo para dar una cobertura efectiva a la ciudadanía, lo que representa un desafío en los próximos años.