La Policía Nacional Civil (PNC) reportó la captura de Nelson Wilfredo Santos Estrada, quien era fue guardaespaldas y jefe de seguridad de los hermanos Valdés Paiz en Malacatán, San Marcos, durante un operativo de rutina.
Según la información de la PNC, Santos Estrada tenía pendiente una orden de captura desde el 2010, que fue solicitada por la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI).
Santos Estrada fue detenido y luego trasladado a la capital en donde fue puesto a disposición del Juzgado Tercero Penal, que es el encargado de la investigación.
El pasado martes 29 de marzo, se desarrolló la audiencia de primera declaración y el juez lo ligó a proceso por el delito de asesinato y fue enviado a prisión preventiva mientras solventa su situación legal.
Señalamiento contra el guardaespaldas
En 2010, la FECI señaló que el ahora detenido habría sido el encargado de contactar a un grupo delincuencial para asesinar a un supuesto extorsionador, pero que en realidad se trataba del abogado Rodrigo Rosenberg.
Luego del asesinato de Rosenberg, en la zona 14, apareció un video en el que el propio abogado culpaba de su muerte al entonces presidente constitucional, Álvaro Colom, su entonces esposa Sandra Torres, Gustavo Alejos, secretario privado de la presidencia y otros funcionarios y empresarios.
Rosenberg planificó su muerte
Según la desaparecida Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), el abogado Rosenberg planificó su propio asesinato y para ello dijo que estaba siendo víctima de extorsión y que necesitaba matar al supuesto delincuente.
Es allí que contacta con los hermanos Valdés Paiz, primos de su primera esposa, a quienes pide que lo ayuden con su problema.
Piden apoyo al guardaespaldas
Los empresarios le pidieron a su guardaespaldas Nelson Wilfredo Santos Estrada que los ayudara en contactar a quienes cometerían el asesinato.
Santos buscó a Jesús Manuel Cardona Medina, quien a su vez contactó a toda la organización delictiva liderada por William Gilberto Santos Divas.
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De acuerdo con las pesquisas, Rosenberg esperó sentado su muerte. Una vez ejecutado el hecho, los hermanos Valdés pagaron Q300 mil a los miembros de la banda.
Los hermanos Valdés Paíz estuvieron presos sindicados de haber incurrido en el asesinato de Rosenberg en el grado de complicidad. Esa acusación se basó en el testimonio de Luis Mario Paz Mejía, vinculado al grupo que participó en la muerte de Rosenberg que se convirtió en colaborador eficaz para delatar al resto de la banda.
Paz Mejía falleció en enero del 2014 en el hospital del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) de la zona 9, por una enfermedad terminal, y el 16 de julio de 2013, en una diligencia en ese hospital, se retractó de su declaración y dijo que un fiscal lo obligó a declarar contra los hermanos Francisco y Estuardo Valdés Paiz, señalados como autores intelectuales del crimen.
El 28 de agosto del 2017, el juez Tercero Penal, Mynor Moto, declaró el cierre definitivo del proceso contra los hermanos Francisco y Estuardo Valdés Paiz.
El 19 de abril de 2019, el empresario José Estuardo Valdés Paiz falleció aparentemente por un cáncer terminal que padecía.
Condenados por matar a Rosenberg
El 16 de julio de 2010, Catorce meses después de que fuera asesinado el abogado Rodrigo Rosenberg, el Tribunal Primero de Sentencia declaró ayer culpables a los nueve acusados por ese hecho y emitió condenas de entre ocho y 48 años de cárcel contra ellos.
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Lucas Santiago —quien disparó contra Rosenberg—, Idelmo López y William Santos fueron condenados a 38 años de cárcel —30 por asesinato más ocho por asociación ilícita—. A José Ruano le impusieron 48 años de prisión —30 por asesinato, ocho por asociación ilícita y 10 por tenencia ilegal de armas bélicas—.
Byron Santos, Balmoris Guzmán, Samuel Girón y Miguel de Jesús Ordóñez fueron condenados a ocho años de cárcel, por asociación ilícita. A este último le sumaron otros dos años y ocho meses, ya que estaba de alta en la Policía Nacional Civil (PNC).
Jesús Manuel Cardona Medina también fue hallado culpable del crimen, pero le impusieron penas benignas, por haber colaborado en el caso
