Guzmán laboraba como oficial en la judicatura a cargo de la jueza Erika Aifán, de donde presuntamente sustrajo información de varios casos, motivo por el que fue capturada.
El viernes la oficial había sido reportada desaparecida a través de la Alerta Isabel-Claudina, pero horas después se supo que se encontraba en la carceleta a la espera de que un juez de tuno conociera su caso.
Aifán reveló que Guzmán tenía pocos meses de trabajar en el juzgado, y que durante ese tiempo se dieron varios incidentes, la mayoría por llegar hasta tres horas tarde al trabajo.
La jueza indicó que la mujer ingresó varias veces a su despacho con un celular, por lo que empezó a sospechar que la oficial la estuviera grabando. Para salir de dudas y evitar un problema mayor se comunicó el 4 de octubre con el jefe de seguridad del Organismo Judicial y pidieron a Guzmán que mostrara su teléfono móvil.
La joven se negó a que revisaran su teléfono, por lo que la juzgadora presentó la denuncia ante el Ministerio Público, para que con una orden se pudiera revisar el celular, donde se hallaron siete archivos, en algunos se escuchaba la voz de Aifán.
En la bolsa de Guzmán también se encontró un fólder con varios documentos del juzgado.
Además de este incidente, Aifán también denunció que del caso Fénix que conoce la oficial, uno de los documentos se extravió.
Mientras estuvo en la carceleta, Guzmán dio su versión de los hechos. Aseguró que todo se trataba de un conflicto laboral con la jueza Aifán y que prueba de ello es que denunció a la juzgadora en agosto de este año. Narró que intentó defender a otro compañero del juzgado quien también habría tenido un problema laboral, lo que provocó que la juzgadora se enojara.
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