En El Chal, Petén, fueron localizados los cuerpos sin vida de Karen Yojana Barrera García, de 19 años; Virgilia Marisol Gómez León, 22, y Griselda Elisabeth Gutiérrez Gutiérrez, 23. Las tres estaban desaparecidas desde el pasado 17 de abril y fueron ejecutadas con saña. Estaban semidesnudas y una sobre otra.
Mientras que en el km 54 de la ruta al Atlántico fueron encontrados los cadáveres de dos mujeres, cuyos cuerpos estaban unidos con cinta adhesiva y tenían escritos mensajes homofóbicos, puesto que eran lesbianas. Fueron identificadas como Betzi Esmeralda Co Sagastume y Kelli Maritza Villagrán Recinos.
Violencia se ha normalizado
Al respecto, Dorotea Gómez, defensora de la Mujer de la Procuraduría de los Derechos Humanos, refirió que las estadísticas demuestran “la incapacidad del Estado y su indiferencia para garantizar a las mujeres sus derechos humanos”.
De acuerdo con Gómez, los asesinatos se cometieron con extremo odio, por lo cual “urge que el Estado fortalezca los mecanismos institucionales para prevenir, investigar y sancionar esas prácticas de violencia”.
“Hay una ausencia del Estado y de políticas públicas de justicia que envíen mensajes claros de condenas en contra de la violencia hacia las mujeres”, añadió la defensora. Expuso que esa indiferencia es la que alimenta la normalización de la violencia de género.
“Al Estado no le importa la vida de las mujeres porque si así fuera ya hubiera fortalecido los mecanismos de prevención y búsqueda de las desaparecidas”, subrayó.
Hasta el momento, ni la Policía Nacional Civil ni el Ministerio Público cuenta con hipótesis claras del porqué de los hechos de violencia, tanto en Petén como en El Progreso.
Hay un patrón en ataques
Carlos Romero, secretario ejecutivo de la Red Nacional de Diversidad Sexual y VIH de Guatemala, lamentó que la violencia contra los LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e interxesuales) también se ha naturalizado. El año pasado registraron 24 muertes violencias por razones de orientación sexual y este año ya van seis.
Mostró preocupación porque en época electoral se exacerba la violencia, y porque este año el patrón en casos relacionados con violencia de género es el mismo: escribir mensajes homofóbicos en los cuerpos.
“Nos preocupa que exista algo más articulado y fuerte en contra de las comunidades LGBTI porque creo que se ha exacerbado la violencia por el discurso político de las elecciones, ya que los partidos manipulan el tema de la orientación sexual e identidad de género para despertar rechazo hacia nosotros y nosotras”, enfatizó.
Romero expuso que este ha sido un inicio de año muy violento para la comunidad LGBTI, que en parte se produce porque las personas “creen que es legítimo despreciarnos y agredirnos”, además desde el punto de vista social, esta violencia es una forma de desahogar la cólera por los distintos problemas sociales.
El activista lamentó que la estrategia de sensibilización que se había hecho con el Ministerio Público se detuvo con la llegada de la fiscal general María Consuelo Porras.
Al respecto, Gómez indicó que la muerte de las dos mujeres lesbianas en El Progreso es una evidencia de la misoginia y odio con que “fueron asesinadas, por el hecho de ser mujeres y por ser lesbianas”. Señaló que esas prácticas “sistemáticas” parecieran ser de propias del conflicto armado interno que se utilizaron para someter y oprimir a la población.
Contenido relacionado
> Sujetos armados atacan a un grupo de árabes en la zona 5
> Dos muertos y 34 heridos al caer aubutós a barranco en Baja Verapaz
> Incendio consume varios vehículos en predio municipal de Mixco
