Los fiscales del Ministerio Público lograron probar ante el Tribunal que Díaz Diéguez cometió el crimen contra Panchita y desvanecieron dudas que al principio del caso sobresalían debido a que el acusado era el juez de Paz del municipio.
Panchita era la auxiliar de mantenimiento del Juzgado desde hacía una década y en ese mismo edificio residía Díaz Diéguez.
El Tribunal encontró culpable a Díaz Diéguez de femicidio y femicidio en grado de tentativa.
El 25 de abril del 2018 era el cumpleaños de Panchita, y sus hijos compraron un pastel para festejarla. Se fue a trabajar a las 6.30 horas y una hora y media después, María Isabel Guerra Meléndez -hermana de Panchita- recibió un mensaje del juez: “ven acá algo pasó”.
María Isabel conocía al juzgador, pues eran novios, por lo que acudió al llamado. Cuando entró al Juzgado encontró en la habitación a Díaz Diéguez herido y a Panchita había muerto en la cama.
María Isabel discutió con Díaz Diéguez y este le disparó en el abdomen.
Los paramédicos que atendieron la emergencia no entendían lo que había ocurrido, pero en el juicio se demostró que Díaz Diéguez disparó contra las hermanas Guerra Meléndez. En el debate no se estableció la razón por la que atacó a Panchita, pero declaraciones de testigos concluyeron que tenía conductas violentas.
El hijo mayor de Panchita relató que Díaz Diéguez usualmente portaba un arma y periódicamente efectuaba disparos al aire.
“Él siempre cargaba su pistola y cuando podía disparaba al aire. también le gustaba matar animales. Días antes de la muerte de mi mamá él estaba molesto porque decía que sus hijos -que procreó con su esposa- no lo querían y eso lo tenía frustrado”, recordó el hijo mayor de Panchita.
En el juicio, la Fundación Sobrevivientes fue querellante del caso y expuso que pese a que la defensa de Díaz Diéguez argumentó que “se encontraba bajo un trastorno depresivo” el Tribunal valoró los informes médicos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses y dictó sentencia condenatoria.
La Fundación Sobrevivientes expuso que la condena pasó desapercibida, pero el Tribunal en la Sentencia contempló una disculpa de la Corte Suprema hacia la familia de las víctimas y que se regulen los espacios para “operadores de justicia” en los juzgados.