El juez Octavo Penal, Josué Alvarado, recordó que la semana pasada había decretado falta de mérito a favor de Mario Adán Pineda Mayorga, debido a que “lo único que tenía” el avance de la investigación era su descripción física.
“En esta oportunidad no es así. Aparte de la descripción física, se cuenta con un informe del uso de su celular que se activó el día de los hechos y se comunicó con Juárez Argueta”, resolvió el juez Alvarado.
La Fiscalía también presentó una serie de fotografías tomadas de cámaras de vigilancia a las que tuvieron acceso, donde se intenta demostrar que Xiloj Rivera era quien conducía la motocicleta en la que llegó la Rancherita hasta el bus para hacer explotar el artefacto.
Édgar Danilo Xiloj Rivera fue procesado por asesinato en grado de tentativa y remitido a una prisión que debe definir la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP).
El juez otorgó a la Fiscalía de Delitos contra la Vida dos meses para avanzar en el caso. Ante el juez, Xiloj Rivera evitó declarar y solo dijo que era panadero.
El fiscal que compareció explicó que cuenta con la ampliación de la declaración de un testigo que lo reconoce, también un hombre que lo ubica en la colonia Alamedas Norte, en la zona 18 y el análisis de las cámaras del sector cuando conducía una motocicleta utilizada en día del hecho en la colonia Quinta Samayoa, zona 7.
Estuvo en prisión por tenencia de explosivos
El 14 de mayo de 2005 Xiloj Rivera fue detenido por la Policía Nacional Civil (PNC) por portación ilegal de explosivos. El caso se conoció en el Juzgado de Turno. También fue procesado por posesión para el consumo, robo y homicidio.
En el Juzgado Octavo Penal, a cargo de Josué Alvarado, se desarrolla la audiencia de primera declaración a Edgar Danilo Xiloj Rivera, supuesto cómplice de la Rancherita.
El @MPguatemala lo señala de participar en la explosión de un artefacto en un autobús de la ruta 32. pic.twitter.com/sRUo1fka3f— Kenneth Monzón (@kmonzon_pl) February 11, 2019
Extorsiones
La ruta 32 circula de la colonia La Verbena, en la zona 7, hacia la Terminal en la zona 4. A lo largo de 6.1 kilómetros los pilotos de los buses deben pagar extorsión a cuatro clicas de la mara Salvatruchas y de la pandilla 18.
El cobro comenzó hace 15 años pero la forma en que los pandilleros exigen el cobro ha cambiado. En el 2004, los conductores pagaban Q100 semanales a la pandilla 18, en el 2007 surgió otro grupo de la mara Salvatrucha al que también debían pagarle.
Hace dos años surgieron otros dos grupos de extorsionistas, ahora el territorio se lo disputan cuatro clicas.
Para no ser rastreados por agentes de la Policía Nacional Civil, los pandilleros cambian constantemente la manera en que realizan los cobros.
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